Dakar, 4 may (EFE).- En los últimos meses, activistas y organizaciones pro derechos humanos han denunciado un aumento de la represión por parte de las autoridades contra opositores y periodistas en Senegal a medida que se acercan las elecciones presidenciales, previstas para febrero de 2024.
Las críticas se dirigen particularmente contra la prohibición sistemática de manifestaciones y su violenta represión policial; la persecución por vía judicial del principal opositor y candidato presidencial, Ousmane Sonko; la detención de voces disidentes y los ataques a periodistas mientras cubren protestas o por tratar determinadas cuestiones políticas.
«Estamos preocupados por el giro que han tomado las cosas. Observamos que las autoridades (…) han decidido embarcarse en una operación para reprimir cualquier forma de crítica, sea cual sea: publicaciones de Facebook, cartas abiertas en los medios, vídeos…», explica a EFE Samira Daoud, directora de Amnistía Internacional (AI) para la región de África occidental y central.
Aliou Sané, coordinador del principal movimiento ciudadano de Senegal, Y’en a marre, asegura a EFE que la represión «ha adquirido proporciones graves en comparación a lo que conocíamos hasta ahora».
INSTRUMENTALIZACIÓN JUDICIAL
Miembros del partido de Sonko, periodistas y activistas han sido detenidos por expresarse sobre los procesos judiciales en los que se ha visto envuelto el líder opositor en los últimos meses, por participar en campañas de «crowdfunding» (microfinancación colectiva) para apoyar a miembros del principal partido opositor o por realizar críticas contra el presidente senegalés, Macky Sall.
En consecuencia, han sido acusados de difamación, difusión de noticias falsas, desacato al tribunal, cobertura mediática irresponsable o financiar actividades que puedan socavar la seguridad pública, entre otros cargos.
«Se ha establecido un sistema para aplastar todas las voces discordantes a través de una justicia que se utiliza para detener a la gente», indica Sané.
Daoud constata que el «sistema judicial es particularmente rápido y eficaz cuando se trata de arremeter contra personas de la oposición».
«Pero no vemos que la justicia actúe cuando se trata de acusaciones muy graves de malversación de fondos contra personas que forman parte del Gobierno o que dirigen instituciones del Estado», agrega.
LA ELEGIBILIDAD DE SONKO
Sonko, quien quedó tercero en las elecciones presidenciales de 2019, está actualmente procesado por dos causas: por haber difamado a un ministro, cuya audiencia está prevista para el próximo 8 de mayo; y por supuestamente haber violado a una masajista, con una vista el día 16.
Según la ley senegalesa, basta que sea condenado a tres meses de prisión para que no sea elegible como candidato para 2024.
Además, en el sistema senegalés, la Fiscalía depende del Ministerio de Justicia y el fiscal general es designado por el presidente de la República, lo que impide «tener una justicia verdaderamente independiente», explica a EFE Alioune Tine, reconocido activista senegalés pro derechos humanos y fundador del laboratorio de ideas Afrikajom.
«Estamos en un momento en el que prácticamente se ha decapitado a la dirección de un partido (…) y en el que se está intentado neutralizar a su presidente a través de una serie de juicios para hacerlo inelegible. Esto no tiene precedentes», advierte Tine.
TERCER MANDATO INCONSTITUCIONAL
Así pues, las dos cuestiones principales que alimentan el debate político en Senegal y que generan a su vez violentas protestas y detención de voces críticas, son que Sonko no pueda presentarse en 2024, lo que sería visto como un ataque por parte de sus partidarios; y que Macky Sall anuncie su candidatura a un tercer mandato no permitido por la Constitución y ésta sea validada por el Consejo Constitucional.
«La situación está extremadamente tensa», declara a EFE la directora de AI.
«Todos los mensajes que se han mandado desde el entorno del presidente y el mismo presidente (…) indican que tiene la intención de presionar para un tercer mandato», añade Daoud.
Pero, según advierte Tine, «los senegaleses no quieren un tercer mandato, es problemas y violencia».
Esta es la razón por la que a mediados del pasado abril se creó la plataforma F24, que aglutina a más de 130 organizaciones, entre ellas Y’en a marre, y cuya primera acción será una gran movilización el próximo 12 de mayo contra un eventual tercer mandato de Sall.
«No se puede esperar a que se presente para luchar. Hay que decirle que no tiene derecho a hacerlo y que no debe hacerlo», apunta Sané.
Tine recuerda que fue Sall quien en 2011-2012 mandó a sus seguidores a la calle para protestar contra la tercera candidatura anticonstitucional de su predecesor, Abdoulaye Wade, y que por eso fue elegido presidente.
«Así que -concluye Tine- hoy la solución es que (Sall) se vaya por todo lo alto, respetando la Constitución».
María Rodríguez