Max Richter, compositor de «Waltz with Bashir», toca en Madrid el 19 de junio

El pianista y compositor alemán Max Richter en una imagen de archivo. EFE / Victor Lerena.

Madrid, 10 jun (EFE).- El compositor e intérprete minimalista Max Richter (1966), autor de la banda sonora de la película «Vals con Bashir» y de una reinterpretación de las «Cuatro Estaciones» de Vivaldi recién publicada, actuará el próximo 19 de junio en los Teatros del Canal de Madrid con las piezas «Infra» y «The blue notebooks».

El alemán, uno de los más destacados autores de música clásica contemporáneos, se pondrá al frente de cinco músicos y una narradora, ha informado hoy el teatro en una nota.

Su música – que va desde el minimalismo de los noventa a la música clásica del siglo XIX, la electrónica contemporánea, el heavy metal y el krautrock- abarca no solo álbumes en solitario, sino también ballets, obras de teatro, cine («Ad Astra» u «Hostiles»), televisión e instalaciones artísticas.

En 2003 escribió una de sus grandes obras, «The Blue Notebooks», que se publicó en 2018, una reflexión sobre la guerra de Irak, y una protesta sutil y pacífica contra la brutalidad política, social y personal, elegida por el diario inglés The Guardian como una de las mejores obras clásicas del presente siglo.

Entre las piezas que la componen se incluyen textos de «Cuadernos en octavo», de Franz Kafka, y de «Tierra inalcanzable» del poeta polaco y ganador del Nobel de Literatura Czesław Miłosz, que una voz va recitando entremezclada con la música y el sonido de una máquina de escribir.

«On The Nature Of Daylight» es el tema más conocido de esta obra, sobre todo por formar parte de la banda sonora de la película «Shutter Island», de Martin Scorsese, y, más recientemente, de «La llegada» de Denis Villeneuve.

En 2008, Richter compuso «Infra», un comentario sobre política contemporánea a partir del canon literario. Escrito como reacción a los atentados en el metro de Londres en 2005, está inspirado en el poema «La tierra baldía», de T. S. Eliot.

Fue compuesto para un ballet de la Royal Opera House, con coreografía de Wayne McGregor. Esta pieza, muy indicativa de la característica voz musical de Richter, que mezcla minimalismo y armonía, revela un viaje emotivo entre lo individual y los paisajes sociales.