Copenhague, 4 ene (EFE).- La reina Margarita II de Dinamarca, la monarca viva con más tiempo en el trono, se llevó este jueves el homenaje de miles de daneses, que acompañaron su recorrido en carroza por el centro de Copenhague para clausurar las tradicionales recepciones de Año Nuevo, la última aparición en público prevista antes de su abdicación.
A punto de cumplir 52 años de reinado, partió de su residencia en el castillo de Amalienborg escoltada por el regimiento de húsares de la Guardia Real y en la conocida como ‘carroza dorada’, adornada con hojas de oro de 24 quilates y cuatro coronas, construida en el siglo XIX para el rey Christian VIII.
En ella acostumbra a desplazarse para las recepciones oficiales de cada año en el cercano castillo de Christiansborg, y sede del Parlamento; tras recibir en días anteriores a miembros del Gobierno, de la judicatura y del cuerpo diplomático, hoy hizo lo mismo con oficiales y representantes de diversas organizaciones.
El frío reinante -las temperaturas no superaron los dos grados bajo cero en todo el día en Copenhague- hizo que la reina se tapase con una manta durante el trayecto, y que los caballos luciesen unos cascos especiales para la nieve.
En Christiansborg, la reina estuvo acompañada por el príncipe heredero, Federico, que se convertirá en rey dentro de diez días, y su esposa, la princesa Mary, además de por su otro hijo, el príncipe Joaquín, de uniforme, por su condición de agregado militar en la embajada danesa en Washington.
La monarca emprendió el mismo camino de vuelta cinco horas después, en su último viaje en carroza previsto por la capital, y de nuevo miles de personas la acompañaron en su recorrido, pese a las bajas temperaturas.
«Estamos aquí porque es un gran acontecimiento danés, así que es bonito ser parte de él y apoyarlo como ciudadana danesa. Me parece emocionante poder ver la última vez que viaja en la carroza dorada», dijo a EFE Paulina, una joven de 25 años que se acercó a Christiansborg aprovechando su baja por maternidad.
Margarita II anunció, en su tradicional discurso de Fin de Año y de forma inesperada, su abdicación, que rompe con la tradición en las monarquías nórdicas de reinar hasta la muerte, aludiendo a su edad y a sus problemas físicos tras una operación de espalda.
Tanto ella, como el futuro rey Federico X, gozan de una amplia popularidad en su país, con cifras de apoyo que superan el 80 %, según un sondeo reciente.
«La monarquía también es histórica, la danesa es muy antigua. Significa mucho para nosotros, como ciudadanos de un país pequeño, participar, seguirla y apoyarla», afirmó Paulina. EFE
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