Entrevistamos a Miriam Díaz-Aroca: actriz y mentora estratégica de alto impacto
Miriam Díaz-Aroca, ¿cómo estás? ¿Cómo te encuentras en este momento de tu vida?
Siendo humana, surfeando la ola lo mejor que puedo y sé. Algunos días con más energías que otros. A raíz del covid, el desgaste mental y emocional es mucho. Hoy por ejemplo he decidido dedicarme a no pensar. Al ser solucionadora de vida, responsable de una casa, de una familia, de unos hijos, de una empresa… y serlo todo yo, es imposible no “pensar para solucionar”, pero llega un punto en el que te desgastas demasiado. Así que hoy me he levantado para no pensar.
¿Y cómo se hace lo de no pensar?
Bailando, levántate por la mañana bailando. En mi trabajo como mentora, el juego es una de las herramientas que más utilizo. A través de estas dinámicas de juego se desencorsetan las cargas de responsabilidad y permiten romper muchas cosas que tenemos consolidadas. Cuando te cantas tu vida, bailas tus emociones, le vas poniendo sentido del humor… funciona.
Actriz, periodista, conferenciante, presidenta de la Fundación Elígete… En este momento de tu vida, ¿en cuál te encuentras más cómoda o abordas con más ilusión?
Gracias a este regalito de guardarnos en casa durante algún tiempo, abrí una puerta más a mi vida. Todo lo artístico se cerró y empecé a mirar hacia adentro. A mí de forma natural siempre me ha gustado guiar a la gente, poder escucharla, ayudarla… y decidí hacerlo de forma profesional. Me metí en un máster y me certifiqué como mentora estratégica, que es una mentoría de alto impacto, y está siendo una experiencia extraordinaria.
Mi talento innato, mi pulsión y pasión, es la interpretación. Yo por encima de todo soy actriz, que es lo que realmente me hace vibrar y brillar. Y luego está esto otro que forma parte de mi propio desarrollo como ser humano y de mi evolución, ya que todo lo que he aprendido en mí lo pongo al servicio de los demás.
Mi talento innato, mi pulsión y mi pasión, es la interpretación. Yo por encima de todo soy actriz
Has trabajado con grandes directores de cine, en el teatro, en la televisión… Tu última participación ha sido en “Toy Boy”, una serie de Netflix. ¿Qué diferencias encuentras al trabajar en soportes tan diferentes? ¿En cuál de estos medios te gusta más trabajar?
El denominador común es que trabajo, me da igual la plataforma. Eso es lo importante: trabajar, estar en activo, hacer cosas chulas. La diferencia más grande es que en unas plataformas te ven a nivel planetario y en otras a nivel más local. Luego está el regalo de que puedas ver una serie entera sin tener que estar esperando semana a semana… Por eso hay tanta producción, tiene muchísimas ventajas. La televisión tiene su encanto especial, pero las plataformas han arrasado con todo.
Para las mujeres, en nuestra sociedad en general y para las actrices particularmente, puede resultar más complicado lograr grandes éxitos en su carrera. ¿Cómo lo has vivido en tu caso? ¿Crees que la sociedad ha avanzado en este aspecto en las últimas décadas?
Yo soy muy optimista. No hemos conseguido el rasero del equilibrio donde las oportunidades, los precios y los cachés sean los mismos para hombres y mujeres, pero sí que hemos conseguido grandes cosas y seguimos avanzando hacia ello. En mi caso, nunca me he comparado ni me he preguntado si cobrarán más ellos que yo. He trabajado, he disfrutado muchísimo, he intentado ser lista a la hora de negociar y, aunque seguramente lo podría haber hecho mejor, nunca he entrado en esa comparativa.
La Fundación Elígete, de la que eres Presidenta, tiene como objetivo principal “un mundo sin violencia, comprensivo, humanizado, inclusivo, igualitario”. ¿De dónde nace la idea de crear esta fundación?
Nace en un momento de tranquilidad laboral y profesional en el que se aúnan varios factores. En eventos, me empiezo a encontrar con muchas mujeres que comparten conmigo de forma natural y espontánea sus vivencias de violencia de género. Sentí que era una señal y que tenía que hacer algo. Cogí mis mejores herramientas, que al final es subirme a un escenario, y creé “Elígete”: un evento que consiste en sacudir conciencias para resetear patrones educativos y evitar que se produzcan situaciones de maltrato.
“Elígete”: un evento que consiste en sacudir conciencias para resetear patrones educativos y evitar situaciones de maltrato
Nos dedicamos a ofrecer cambios en patrones educativos para no permitir los abusos que incorporamos en la vida por un amor equivocado, por complacer, por no crear conflicto… En la fundación, buscamos una vida digna sin maltrato, tanto en el mundo femenino como masculino, en el mundo de los niños, de los abuelos, de las discapacidades… Así, proporcionamos información para no normalizar situaciones, para no acostumbrarnos al dolor. La costumbre es el amor.
¿Qué feedback sueles recibir después de estos talleres e intervenciones en los que hablar sobre la eliminación de la violencia?
Sobre todo, agradecimiento. Es cierto que hemos normalizado muchas situaciones y que, por una educación castrante, nos hemos acostumbrado a relaciones que no son muy nutritivas. Cuando les enseñas cuáles son las sintomatologías, por qué lo hacemos… Sin crítica ni juicio: es simplemente entender que nos han entrenado para eso y ahora hay que entrenar otro tipo de actitudes. Entonces, sobre todo gratitud, ya no solo por cambiar la vida de uno mismo, sino por ser un referente para nuestros hijos e hijas.
Además, eres mentora y trabajas, a través del coaching, en realizar “intervenciones estratégicas” que buscan la transformación personal. ¿En qué consisten exactamente estas “mentorías de alto impacto”?
Es un coaching concentrado. En vez de realizar sesiones cada semana, cada quince días… lo concentramos todo en un día y es una metodología que me gusta mucho. Todos los seres humanos funcionamos desde las heridas, y a partir de ellas creamos un personaje para ser validados, para ser comprendidos y reconocidos. Entonces, durante dos horas y media, vamos directamente a la herida: la detectamos, la desmontamos con mucho amor — entendiendo por qué se produjo y para qué— y desde el entendimiento se va desvaneciendo y se quitan muchísimas culpas, muchísimos miedos.
A partir de ahí, vamos estableciendo nuevos vínculos con la persona, con el entorno social, con la familia, con el trabajo. Hacemos dinámicas para encajar aquello que hemos descubierto, para consolidar ese nuevo patrón de actuación. Pasamos del plomo al oro: todo lo que te pesa lo convertimos para que puedas vivir de otra forma y desde otro sentir.
“Pasamos del plomo al oro: todo lo que te pasa lo convertimos para que puedas vivir de otra forma y desde otro sentido”
Trabajas desde la empatía, el autoconocimiento y la superación personal. Cuéntanos, ¿qué historias personales te han llegado a conmover de una forma especial?
Las historias de mis clientes son privadas, pero hay historias para crujirte el alma. Hace poco trabajé con una persona que, por el hecho de ser muy muy agraciada desde pequeña, recibía palizas interminables. Si te pasa eso, puedes pensar que tienes todas las papeletas para ser una persona destructiva, pero todo lo contrario, aunque esa herida está ahí. Las heridas vienen de la parte de la educación, de la niñez, de los papás y las mamás… Pero no trabajamos desde la culpa, sino siempre desde el entendimiento.
Otra de tus facetas es la de speaker y presentadora de eventos corporativos, habiendo trabajado con importantes empresas y multinacionales. ¿Cómo te sientes en este papel?
Yo me llamo “charlóloga», aunque es una terminología que no existe, me la invento yo [risas]. Me siento muy útil al explicar cómo ha sido el proceso personal de desmontar mi personaje, abanderar la autenticidad y la coherencia y, desde ahí, construir la vida que quiero y la mujer que quiero ser. Me gusta mucho compartir mi propia experiencia.
Aunque ya estemos en abril, ¿qué le podemos pedir a este 2022?
Yo le pido a la vida, me da igual el año. Mucha coherencia, que seamos tratados con respeto y no como esclavos, que nos cuestionemos las cosas y no nos quedemos con lo que nos dan —hay muchas alternativas informativas—, que entremos en un sistema de colaboración y no de competición, que empecemos a vivir desde el corazón con la arquitectura emocional bien colocada, que nos atrevamos a cuidarnos y no esperemos a que nos construyan vidas maravillosas, no le pidamos peras al olmo. Tú eres tu peral y tú eres tu olmo. Constrúyete tú, tú eres tu mejor empresa, dignifícate, límpiate, sé referente para ti y para todo el mundo. Desde ahí vamos a construir vidas preciosas, bonitas, honorables. Y la simplicidad: en tu mente, en tus emociones, en tus amistades, en tus parejas, en tu casa, en tus armarios… Vamos a simplificar la vida.
Como sabes, los periódicos de vivir Ediciones son leídos diariamente no solamente en la Comunidad de Madrid, sino también en Ciudad Real-Tomelloso y Sevilla. ¿Qué mensaje te gustaría lanzarle a nuestros lectores y lectoras?
Quiero compartir el lema con el que hoy en día me defino. Nos han educado pensando que más vale “lo malo conocido, que lo bueno por conocer”, “los amores reñidos son los más queridos”, “la letra con sangre entra”… Hay que cambiarlo. Mi lema: “más vale lo bueno por conocer que lo malo conocido”.