Javier Herrero
Madrid, 25 abr (EFE).- Con «ilusiones renovadas» y superado el trance de la inesperada marcha de su guitarrista, el ahora trío Miss Caffeina regresa con cinco canciones nuevas que muestran «un proyecto nuevo» en un momento con «las cosas más claras que nunca».
«Teníamos urgencia de otra cosa», explica la banda a EFE ante la publicación solo un año después de su anterior álbum, «El año del tigre» (2022), de un EP titulado «Shanghái Baby» (Warner Music), un formato al que no recurrían desde sus inicios, pero que les ha permitido ponerse al día de forma rápida con sus emociones actuales.
Alberto Jiménez (voz), Sergio Sastre (teclados) y Antonio Poza (bajo eléctrico) siguen con la relación de motivos para ello: «Teníamos ilusión renovada, somos otra banda, estábamos sonando genial, con muy buena comunicación entre nosotros, así que dijimos: ‘Vamos a juntarnos a hacer temas para reflejarlo».
Así surgió este trabajo que continúa con la «era asiática» de su predecesor, al menos en términos estéticos, pero con una producción diferente en la que, por primera vez tras cuatro álbumes, son ellos quienes asumen los mandos y no Max Dingel (esta vez en las mezclas).
«Últimamente trabajamos con él a distancia y eso hace las cosas más frías. Además, con él todo es más experimental: las cosas parten de cero y aquí teníamos claro lo que queríamos, de hecho, era de las veces que más claro lo teníamos», alega el grupo, que ha recurrido a Guille Mostaza para los toques finales.
A resultas de estos cambios, en los nuevos temas se percibe una vibración más vívida y pop, con los sintetizadores más presentes. «La clave era que en cada parte de cada tema hubiese algo memorable y que se impregnara en la cabeza de la gente. Y los que quedamos no somos muy de punteos, por eso era más fácil que una línea musical concreta saliese de un sinte y no de una guitarra», cuentan.
Con esa energía, en «Shanghái Baby» cantan a dos historias de amor (una más bien un escarceo sexual), a dos grandes decepciones (que se sacuden en la pista de baile) y se cierra con un tema titulado «Sin embargo no» que trata sobre la salud mental, en concreto, «el punto más bajo que se puede tener cuando te falta y piensas: ‘Si mañana no me levanto, me da igual'».
Los tres ensalzan en ese punto las virtudes de la terapia, que les ha permitido por ejemplo sobrellevar los «altibajos» y el desgaste que provoca «un proyecto como el de Miss Caffeina, que es muy absorbente», implica mucha interacción entre ellos y con el exterior «y es muy demandante respecto a la vida personal».
«Lo que le pasó a él (dicen por Álvaro Navarro, su exguitarrista), que se te acabe la ilusión, nos podría haber pasado a cualquiera; entonces lo mejor es dejarlo», señalan de manera comprensiva ante una situación que, con todo, les pilló «por sorpresa» y que en un primer momento vivieron «como un drama».
Compañeros desde 2006, confiesan que hasta el año pasado no se habían parado a pensar en todo lo vivido juntos. «Es verdad que somos nuestra relación más larga», bromean tras haber alcanzado un conocimiento mutuo muy profundo.
«Nos viene muy bien tener cada uno su vida aparte y juntarnos para esto. Y también que, cuando pasa el tiempo, te quitas mucha tontería, mucho ego y mucho pique», añaden.
De cara a futuro, su vista está puesta en su gira más inmediata, a a la que se incorporarán parte de estos nuevos temas en festivales como Warm Up de Murcia el 28 de abril, el Low Festival de Benidorm (Alicante) entre el 28 y 30 de julio o el Sonorama Ribera de Aranda de Duero (Burgos) entre el 9 y el 13 de agosto.
«También nos gustaría volver a México y después tomarnos un descanso más o menos largo, porque llevamos mucho tute y tenemos comprobado que nuestros mejores discos salieron de parones así», afirman tras descartar la opción de un grandes éxitos. «En todo caso, un ‘Unplugged’ de los de MTV», esbozan en alto.