Por Álvaro Rodríguez del Moral
Sevilla, 10 sep (EFE).- Las dolencias psiquiátricas que arrastra Morante de la Puebla desde el pasado año le han obligado a interrumpir sus actuaciones sin que el torero haya decidido aún dar por concluida una temporada en la que aún tendría siete compromisos por cumplir.
José Antonio Morante arrastra un trastorno de la personalidad desde hace más de 20 años que ya le obligó a una retirada temporal en 2004. Pero esas dolencias han rebrotado en los últimos tiempos obligando al matador a seguir un estricto tratamiento aunque los facultativos que le atienden le habían recomendado retomar el ejercicio de su profesión.
No es la primera vez que el diestro de la Puebla del Río interrumpe la presente campaña, condicionada por esos problemas de salud desde su inicio. Lo hizo brevemente antes de afrontar la corrida del Domingo de Resurrección de Sevilla y volvió a hacerlo, mientras su estado anímico se hacía evidente en la plaza, a primeros de junio.
En ese momento se anunció un corte indefinido, condicionado a la mejoría del torero, que adquirió el compromiso de volver en plena temporada. Pudo cumplirlo el pasado 23 de julio en la feria de Santander iniciando una serie de actuaciones de alto nivel que le llevaron a los ruedos de Azpeitia, Huelva, El Puerto, Marbella, Pontevedra, Huesca, San Sebastián, Málaga, Gijón, Almería, Antequera y Cuenca.
Todo empezaría a torcerse el pasado 28 de agosto en Linares, el mismo día que se conmemoraba el aniversario de la cogida mortal de Manolete, a raíz de caerse del cartel en unión de Manzanares por unas supuestas desavenencias con la presidencia del festejo y el equipo veterinario para lidiar completa la corrida prevista, del hierro de Álvaro Núñez.
El diestro Curro Díaz acabaría asumiendo el compromiso en solitario mientras que la autoridad gubernativa de la Junta de Andalucía abría expediente a Morante y Manzanares, que habían enviado sendos partes facultativos después de intentar ser localizados sin éxito por la presidencia, que ya había repescado un toro rechazado para completar la corrida de Núñez.
A partir de ahí Morante dejó de actuar en las plazas de Tomelloso, y Tarazona –en esta ocasión por las inclemencias meteorológicas- reapareciendo fugazmente en Palencia, aparentemente en plenitud. Desde entonces se han sucedido las incomparecencias –aduciendo problemas de salud- en las plazas de Valladolid, Aranjuez, Villanueva del Arzobispo y en el ruedo portugués de Moita, donde estaba anunciado este mismo martes.
La siguiente cita que figura en su agenda es el próximo viernes, 13 de septiembre, en Guadalajara. Está anunciado con reses de José Vázquez y Puerto de San Lorenzo en unión de Alejandro Talavante y Juan Ortega. Hasta el momento no hay ningún tipo de comunicación que afirme o desmienta que podrá cumplir ese contrato quedando en el aire el resto de su temporada.
Después del coso alcarreño, si esos problemas de salud mental le dieran tregua, le esperarían las plazas de Utiel, Almodóvar del Campo, Murcia, Salamanca y Logroño. El colofón de la temporada está previsto el día 29 de este mes en la Feria de San Miguel de Sevilla, amparando la despedida del ruedo de la Maestranza del rejoneador Pablo Hermoso junto al diestro Juan Ortega.
En cualquier caso, las circunstancias que están rodeando el desarrollo de la temporada 2024 son muy semejantes a la de la campaña de 2023, convertida en un ir y venir por una molesta lesión de muñeca que, según ha admitido el torero recientemente, eclipsaba el rebrote de esos problemas psiquiátricos que ya le atenazaban cuando cortó el rabo en Sevilla el 26 de abril del pasado año.