Javier Herrero.
Madrid, 23 sep (EFE).- Juan Sebastián Elcano llegó a España el 6 de septiembre de 1522 al frente de 17 hombres y un barco que apenas flotaba para convertirse en el primer marino que completó la vuelta al mundo, pero su gesta quedó «silenciada» y mal retribuida, «una injusticia histórica» que 500 años después intenta reparar la música.
Ese es uno de los motores de «Cantata Juan Sebastián Elcano», compuesta por Gabriel Loidi y con libreto y narración de Martín Llade, que recalará el próximo jueves en el Auditorio Nacional en un concierto especial con la participación de la Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real, bajo la dirección de Miguel Pérez-Sierra.
Su celebración se integra dentro de los actos del quinto centenario de la primera circunnavegación de La Tierra en la historia, que arrancó en 1519 con una expedición capitaneada por Fernando de Magallanes formada por cinco barcos y más de 200 hombres con el objetivo de buscar un paso entre el oceáno Atlántico y el Pacífico.
Después de miles de vicisitudes, incluida la muerte del capitán, los pocos supervivientes eligieron a Elcano como máximo responsable del viaje de regreso y aquel decidió navegar hacia el oeste por el océano Índico y alrededor de África a bordo de una única embarcación que debía ser achicada constantemente para no hundirse.
«Casi nadie fuera de España lo recuerda. Me sorprende que se hable tanto de Magallanes, que no dio la vuelta al mundo, ni tenía ganas ni intención», protesta Llade en declaraciones a Efe al preguntársele por el origen de esta pieza. «Si Elcano no llega a Sanlúcar de vuelta, a Magallanes no lo habría conocido nadie», apostilla Loidi.
Ambos autores, que ya habían colaborado en el pasado en una cantata sobre los balleneros vascos, convinieron durante un paseo casual que la mayor gesta marina protagonizada nunca por un paisano suyo había sido aquella, pero que su voz «seguía silenciada 500 años después», apeado de relatos históricos como el de Pigafetta, uno de los expedicionarios supervivientes y amigo del portugués.
«Era una injusticia histórica que había que reparar en la medida de lo posible», pensaron al sumirse en la creación de esta cantata que a través de su amigo y confidente Andrés de Urdaneta narra aquel periplo increíble hasta su muerte en 1526 en otra expedición, «endeudadísimo» porque la pensión que le prometió Carlos I nunca llegó a sus manos.
Para Loidi, la misión de la música en este caso es «vivificar y clarificar las emociones que despierta el texto» y, con ese objetivo, convencido de que «el verdadero protagonista es toda la expedición», se preguntó cómo dar cuerpo a las emociones de aquellos hombres de mar, «pocos expresivos, parcos en palabras, duros y muy estoicos».
«En mi pueblo, en Orio (Guipúzcoa), muy cerca de donde nació Elcano, las emociones se canalizaban a través del coro, donde la gente cantaba y muy bien», cuenta sobre el motivo por el que el Coro del Teatro Real jugará un papel tan importante en esta cantata que, en realidad, «está a medio camino de la ópera, porque hay pequeñas partes semiescenificadas a través de algunas voces solistas».
Aquella historia para él «shakespeariana» tuvo de todo: ataques de poblaciones nativas, la persecución de la flota portuguesa, motines y todas las inclemencias y maravillas de la naturaleza, como el Fuego de San Telmo, un fenómeno eléctrico que los marinos desconocían hasta entonces e interpretaron como una señal divina.
«Toda la orquesta estará al servicio de esas circunstancias: una tempestad, la muerte de los capitanes que se rebelan, el hambre, el mar y la muerte cuando no tienen vuelta atrás», destaca Loidi ante la principal diferencia con el estreno previo de esta cantata, que tuvo lugar en 2018, entonces junto al Coro de RTVE y en formato de quinteto para viento y percusión.
Como en aquella ocasión, cuando se rapó la cabeza para representar mejor el papel del monje Urdaneta, será el propio Llade quien ejerza como narrador. «Pero esta vez, sin tonsura», remacha entre risas.