Jerusalén, 18 dic (EFE).- El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó este miércoles que no buscó favorecer su imagen, sino la «existencia» de Israel, en los intentos de influir en el diario Walla de los que se le acusa, durante su cuarta comparecencia en el juicio que se le sigue por corrupción.
Netanyahu aseguró en el estrado que cuando habla con el empresario Shaul Elovitch, propietario de Walla, le habla de la «existencia» de Israel: «Te sientas ahí, con una web con la que puedes ser influyente y no haces nada. Eso es molesto. Es un gran error. Acudí a él con una solución a este problema», dijo.
En este caso, Netanyahu se refiere a una conversación con Elovitch después de que el diario publicara un artículo alegando que la «amenaza nuclear iraní» estaba «muerta». El primer ministro justificó su acercamiento al propietario del periódico al asegurar que escribir algo así es un problema para la «existencia» de Israel.
La sesión se centró en el llamado caso 4000 que involucra a Elovich, quien presuntamente a cambio de favores regulatorios entre 2012 y 2017 para el grupo de telecomunicaciones Bezeq -del que es accionista mayoritario- permitió que la cobertura de Walla se inclinara hacia los intereses de Netanyahu y de su familia.
Netanyahu destacó que, en los últimos años, el portal Walla no ha ofrecido una cobertura favorable y, por el contrario, ha sido «hostil» hacia él y positivo hacia el líder de la oposición, Yair Lapid.
Además, afirmó que, debido a su apretada agenda, no estaba al tanto de solicitudes para modificar artículos específicos, como uno relacionado con el aniversario de la muerte del padre de su esposa, Sara Ben-Artzi.
La vista de este miércoles sigue a la cancelación de la del martes por «circunstancias excepcionales» alegadas por el primer ministro, que resultaron después consistir en una visita al monte Hermón, territorio de Siria en el que Israel ha desplegado sus tropas.
El juicio contra Netanyahu comenzó el pasado 10 de diciembre, ocho años después del comienzo de las investigaciones y tras años de retrasos en sus comparecencias judiciales, ahora establecidas en al menos dos sesiones semanales de seis horas en los próximos tres meses.
El primer ministro aseguró que todo este tiempo estuvo esperando para «para decir la verdad» tal como la recuerda.
Este juicio marca un hito en la historia de Israel, al ser la primera vez que un primer ministro declara como acusado en un juicio penal; en casos previos, sus antecesores renunciaron antes de enfrentar procesos judiciales.
Además del caso 4000, Netanyahu, de 75 años, se enfrenta a la justicia por otros dos casos, el 2000 y el 1000, asociados presuntos delitos de soborno, fraude y abusos de confianza cometidos entre 2007 y 2017.