París, 17 may (EFE).- El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado en apelación a tres años de cárcel, dos exentos de cumplimiento, por un delito de corrupción cometido en 2014, la misma pena a la que fue sentenciado en marzo de 2021 en primera instancia.
Sarkozy, el primer ex jefe del Estado condenado a una pena de prisión efectiva, no ingresará en prisión, porque el tribunal precisó en su condena que puede cumplir la pena en arresto domiciliario y con un brazalete electrónico.
Vestido de gris, con semblante serio, Sarkozy, retirado de la primera línea política desde 2016, pero muy influyente entre los conservadores franceses, asistió a la lectura del veredicto en el palacio de Justicia de París, que abandonó sin hacer declaraciones.
Su abogada, Jaqueline Laffont, consideró la sentencia «desconcertante», destinada a dar «lecciones morales pero no de derecho», al tiempo que confirmó que recurrirán al Supremo y llegarán «hasta el final» para demostrar la inocencia del expresidente.
El expresidente fue condenado en primera instancia en marzo de 2021 a tres años de cárcel, dos de ellos exentos de cumplimiento, por un delito cometido en 2014, dos años después de abandonar el poder, cuando, según la sentencia, utilizó su influencia para obtener beneficio en otra causa.
Durante el juicio en apelación en diciembre pasado, la Fiscalía había pedido una reducción de esa pena, con tres años exentos de cumplimiento, pero el tribunal ha sido más duro con Sarkozy.
Dos años después de abandonar el Elíseo, Sarkozy trató de obtener beneficios judiciales de un alto magistrado, algo que salió a la luz por las escuchas telefónicas a las que estaba sometido en otra investigación.
El tribunal condenó también a los otros dos acusados, el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, a tres años de cárcel, dos exentos de cumplimiento, además de tres años de prohibición de ejercer su profesión; y al magistrado Gilbert Azibert a la misma pena con tres años de privación de sus derechos cívicos.
Sus abogados también anunciaron un recurso ante el Supremo y ninguno tendrá que ingresar en prisión.
La sentencia es particularmente dura con Sarkzoy, porque, según explicó la presidenta del tribunal, «se benefició de su estatus de expresidente (…) para obtener un beneficio personal».
El caso, prosiguió, «atenta contra la confianza que los ciudadanos pueden legítimamente esperar de la justicia».
Aunque Sarkozy siempre ha negado su culpabilidad, ya solo le queda la vía del Tribunal Supremo para poder demostrarla. Tiene cinco días para presentar ese recurso.
Se trata de un nuevo revés judicial para el hombre que presidió Francia entre 2007 y 2012, condenado también a una pena de un año de cárcel en septiembre de 2021 por la financiación irregular de la campaña electoral para las presidenciales de 2012.
El presidente recurrió también esa segunda condena, que será juzgada en apelación en noviembre próximo.
Sarkozy encara un tercer frente jurídico, puesto que la Fiscalía Nacional Financiera solicitó la semana pasada que comparezca por la financiación de su campaña presidencial de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi. EFE
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