María del Mar Domínguez
Málaga, 21 feb (EFE).- Pisar la superficie de Marte podría ser viable a partir de 2039 si se cumple la previsión de la agencia espacial estadounidense NASA, que planea usar la Luna como «plataforma de pruebas» de tecnología innovadora e investigaciones que posibiliten al ser humano sobrevivir en el planeta rojo.
La llegada del hombre a Marte será un «paso gigantesco» para la humanidad, pero previamente es necesario regresar a la Luna, transcurridos más de 50 años de la última misión Apolo, para desplegar la tecnología, logística y acometer las operaciones que permitan ampliar la exploración del espacio, explica a EFE el ingeniero en la NASA Carlos García-Galán.
Cómo vivir en la Luna, protegerse, trabajar y explorar su superficie forman parte del programa Artemis de la NASA, que consta de varias fases: la primera nave no tripulada se lanzó el 16 de noviembre de 2022 y en 2026 está previsto llevar astronautas al satélite natural de la Tierra.
«Esta década vamos a estar haciendo lo que necesitamos para volver a la Luna. La siguiente nos enfocaremos en la infraestructura, la superficie y en terminar de construir la estación espacial Gateway», detalla.
García Galán es el director de la Oficina de Integración del módulo de Servicio Europeo de la nave Orión en el centro de investigación Glenn de la NASA, y participa estos días en el congreso 'Small Satellites & Services International Forum (SSSIF)', que se celebra en Málaga.
Será a final de la década de los 30 cuando se empezará a trabajar en los sistemas para Marte. El ingeniero malagueño espera que al final de esa década «o principios de los 40» estén «muy avanzados» como para poder dar ese paso. «Igual no estoy trabajando en ello, pero definitivamente espero verlo», señala.
Para «acelerar» este proceso, se pretende combinar el trabajo de las agencias gubernamentales con la innovación de las empresas privadas. ¿Quién iba a pensar que habría turistas hoy con naves yendo a la órbita de la Tierra y en la Estación Espacial?», comenta en alusión a los vuelos de SpaceX o Blue Origin.
En Marte no vale «Houston, tenemos un problema»
Mientras que para llegar a la Luna se puede tardar tres o cuatro días, y «las comunicaciones ya se retrasan unos segundos», desplazarse a Marte puede ser un viaje de seis a nueve meses, y una vez allí, el retraso en la comunicación puede ser de 20 minutos solo de ida, precisa García-Galán.
A esa distancia «no te puedes permitir si se te olvida algo o si se rompe, si la tripulación tiene un problema de salud… No puedes reaccionar de manera inmediata, tienes que tener lo que necesites allí», subraya el ingeniero, que pone como ejemplo la mítica frase «Houston, tenemos un problema», que tardaría 20 minutos en llegar a la tierra, y otros 20 para averiguar de qué se trata.
Por ello, sostiene que hay que «desarrollar tecnologías nuevas para ser totalmente independientes», al tiempo que se aprovecha la información que proporcionan los nanosatélites, que permiten crear mapas sobre la superficie lunar o crear una red de comunicaciones.
La Luna se usará como «plataforma de pruebas» tanto para establecer campamentos en los que viva el ser humano como para experimentar la tecnología, afirma a EFE Andrés Martínez, ejecutivo del programa de operaciones independientes de la Tierra en la NASA, que incluye las misiones precursoras de robótica, comunicación y navegación.
Martínez está inmerso en organizar a expertos, científicos e ingenieros para diseñar un sistema que de forma autónoma resuelva cualquier tipo de problemas que pueda surgir en Marte, de manera que se active una alarma antes de que ocurra.
Pisar Marte en 2039 es el objetivo, el último año de la década de los 30, pero «es un reto y depende del trabajo colaborativo con la industria y la coordinación con el resto de socios internacionales, por lo que ese horizonte se puede «dilatar», admite.
Sensores, agricultura y biología para sobrevivir
La investigación necesaria para la anhelada misión abarca tanto ensayos de los equipos de tecnología como el desarrollo de la agricultura espacial y estudios de biología para garantizar la supervivencia y evitar los daños que ocasiona en el ADN de las personas la radiación del espacio profundo.
A bordo de la Estación Espacial Internacional se han llevado a cabo muchos experimentos de los que se extraen enseñanzas. «Las plantas usan la gravedad como un compás, para determinar dónde van las raíces», y se trata de saber «cuánta gravedad es necesario ofrecer para que la planta germine y crezca» lejos de la Tierra, apunta.
Porque el objetivo es crear un ecosistema que permita sobrevivir en el espacio. En un viaje a Marte, los astronautas tendrán que «aprender a vivir esos 80 días» y el primer concepto de misión pretende «llegar ahí y quedarse» un tiempo, por lo que tienen que saber «cómo generar agua».
Para conocer los efectos que tiene sobre los seres vivos la permanencia en el espacio y proteger a los humanos, se realizan unos experimentos biológicos dentro del satélite BioSentinel en los que la NASA utiliza levadura porque «su ADN reacciona de manera similar cuando se le expone a una alta dosis de radiación», explica Martínez.
Con el despliegue de pequeños satélites en la órbita lunar se extraerán datos que se podrán usar en otras misiones espaciales en el futuro. «El ser humano va a ser interplanetario porque, por naturaleza somos exploradores», asevera.
Conquistar el espacio se consiguió mucho antes en el cine, aunque en muchas ocasiones con visiones más propias de la ciencia ficción que de la realidad. Andrés Martínez se queda con 'Interestellar' y confiesa que 'Gravity' les hizo «reír» porque tenía más como fin «emocionar al público en general» pero se alejaba más de la base científica.