Raquel de Blas
Madrid, 22 nov (EFE).- Las mujeres africanas que llegan a España en patera embarazadas o con sus bebés en brazos son «carne de cañón» para caer en manos de las redes de trata. Evitar que esto ocurra y tener la oportunidad de recuperar sus vidas es el objetivo del programa ÖDOS, que acompaña a estas mujeres y menores que provienen de contextos de violencia.
Ödos es un término griego que significa 'acompañamiento en el camino' y eso es precisamente lo que lleva haciendo este proyecto desde su nacimiento hace cinco años, que tiene como base un centro en plena campiña cordobesa, en los alrededores de Montilla, un lugar que acoge a estas mujeres y las prepara para evitar que las redes las atrapen.
A lo largo de estos años, el centro ha atendido a 360 mujeres y 255 niños, según explica a EFE la responsable y coordinadora jurídica del programa ÖDOS, Cristina Manzanedo, en una entrevista con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
«Intentamos hacer una parada en el camino, facilitar un espacio de recuperación y de sanación para que las mujeres que han sufrido una migración irregular muy difícil y son víctimas de todo tipo de violencias puedan recuperarse», explica la abogada.
El programa propone una estancia de tres meses, un tiempo en el que esperan los resultados de las pruebas de ADN, tomadas nada más desembarcar en España y que deben confirmar su vínculo con los menores. No es un tiempo máximo, algunas han llegado a estar casi un año.
En esos meses las mujeres descansan e intentan recuperarse física y psicológicamente. Muchas huyen del maltrato en sus hogares, de matrimonios forzosos infantiles, mutilación genital, agresiones sexuales… Más tarde asisten a talleres formativos sobre derechos básicos, educación sexual o para conocer nociones de la vida en Europa.
«Hay que intentar ir ajustando expectativas y sobre todo que tomen conciencia de su situación de vulnerabilidad porque una mujer negra en situación irregular con un niño no lo tiene nada fácil», indica Manzanedo.
Prevenir la trata antes de que se produzca
La detección de potenciales víctimas de trata no siempre es fácil porque la mayoría de las mujeres que llegan al centro están de paso hacia otros países de Europa, y al no haber alcanzado aún al destino, «o no han sido explotadas todavía o no son conscientes de ello». Todas creen que han llegado a «una tierra de derechos, paz y prosperidad»; después vendrá el «golpe de realidad».
«Algunas se dan cuenta de que están en riesgo, pero si no lo hacen nos da igual porque si les pasa cuando se van, tienen herramientas para detectar tempranamente que van a ser explotadas», asevera.
Rebate con contundencia la idea generalizada de que la inmensa mayoría de las mujeres africanas que llegan a España son víctimas de trata. La experiencia se lo ha demostrado: en estos cinco años sólo 3 de las mujeres que han pasado por ÖDOS han sido identificadas por la Policía como víctimas de trata.
Por tanto, una de las hipótesis sobre las que se abrió el proyecto «no se ha cumplido», aunque insiste en que muchas de las mujeres que llegan en pateras «son carne de cañón» para acabar en situaciones de explotación o trata, y de ahí la importancia que el programa concede a la prevención secundaria.
«Hay que repensar qué se puede hacer frente a la trata en el contexto de las llegadas a costas porque la trata en España se asimila a la recuperación de personas que están explotadas en una red y se las consigue salvar, y en costas no se salva a nadie. Ahí lo que se puede y se debe hacer es prevención secundaria», añade.
Una vez finalizada la fase de la primera acogida, comienza la segunda etapa del proyecto, en la que se realiza un acompañamiento integral a las mujeres y se les ayuda en gestiones administrativas como el empadronamiento o la obtención de la tarjeta sanitaria. Se les ofrecen además alternativas de inclusión a través de diversas entidades con las que ÖDOS trabaja en red.
«La mayoría continúan su trayecto hacia Europa, pero los casos que tenemos acaban saliendo adelante», señala Manzanedo, que cita como ejemplos los de una chica que está trabajando en un hotel en Sevilla y otra que ha logrado un Grado en Enfermería en la Universidad del País Vasco «y va a ser quien cuide a los viejitos de Donosti».
La importancia de documentar a los menores para darles visibilidad
La protección de la infancia en movilidad es otro de los pilares del proyecto. «El niño parece que como viene con la mujer, ya está protegido por su madre y no es cierto, están invisibilizados y en muchos casos no cuentan ni siquiera con documentación», denuncia la responsable jurídica de ÖDOS.
Uno de los principales problemas que han identificado en este tiempo es el de los niños que han nacido en el camino clandestino de sus madres migrantes hacia España y que no tienen ningún documento que acredite su nacimiento ni su identidad.
«Si no están en un Registro Civil carecen de identidad, y sin identidad, el resto de los derechos no existen. No puede haber niños que no sean de ningún país», remarca Manzanedo.
En octubre de 2021 lograron que un juez de Montilla acordara inscribir en el Registro Civil a una bebé nacida en Argelia cuando su madre camerunesa trataba de llegar a España. Con esa inscripción, el consulado otorgó a la pequeña la nacionalidad de la madre.
«Es una resolución pionera que sienta un importante precedente en la protección de los derechos de estos menores apátridas que son totalmente invisibles», destaca la letrada.
La realidad de los menores separados -aquellos que viajan con un adulto que no es su progenitor, sino un familiar o alguien de confianza- es otro de los aspectos que trabaja el programa. En España habitualmente se los separa de esa persona y son tutelados por las comunidades, pero desde ÖDOS abogan por que permanezcan juntos mientras se investiga el caso concreto.
«Ya hemos conseguido muchas reagrupaciones familiares y en los casos en los que esas cuidadoras son sus 'madres de facto', hemos logrado que se reconozca a la mujer con la figura de la guarda de hecho o con la tutela», reconoce orgullosa Manzanedo
Queda mucho por hacer para «consolidar» este trabajo de protección de infancia y de género. Mientras, ÖDOS seguirá abriendo sus puertas para ofrecer la oportunidad de una nueva vida a estas mujeres y niños.