Bangkok, 19 abr (EFE).- Hasta 14 mujeres han dado un paso adelante para denunciar por presuntos abusos sexuales y violación al político Prinn Panitchpakdi, ex número dos del Partido Demócrata, en el mayor y casi único caso #MeToo («yo también», en inglés) en Tailandia.
El goteo de denuncias en la última semana contra Prinn le obligó a renunciar a su puesto en el partido, que forma parte de la coalición del Gobierno, y el propio líder de los demócratas, Jurin Laksanawisit, pidió este martes perdón por el escándalo.
En una conferencia de prensa, Jurin anunció su dimisión de dos comisiones gubernamentales sobre igualdad de género y asuntos sobre mujeres.
El abogado Sittra Biabungkerd, que representa a las demandantes a través de la Fundación de Abogados del Pueblo, confirmó en su página de Facebook que el número de denuncias ascienden de momento a 14.
La primera denuncia por supuesto abuso sexual se produjo la semana pasada cuando una joven de 18 años denunció al político, de 44 años, por haberla tocado y besado sin su consentimiento en un restaurante en Bangkok, lo que motivó más denuncias.
Otra denunciante es Hathairat “Anna” Thanakitamnuay, candidata en las elecciones locales de Bangkok que se celebran este viernes, aunque dimitió tras presentar la demanda ante la policía.
Prinn, licenciado en la prestigiosa London School of Economis (LSE), renunció el pasado jueves como número dos del Partido Demócrata, en el que tuvo una carrera meteórica en los últimos tres años, según el canal Thai PBS.
El expolítico negó las denuncias al ser interrogado por la policía, incluida una supuesta violación, pero más mujeres han dado un paso adelante para denunciarle por más presuntos abusos sexuales.
Además de un prominente expolítico, Prinn es hijo de Supachai Panitchpakdi, que fue secretario general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) entre 2001 y 2005 y ocupó varios altos cargos políticos en su país, llegando a ser vice primer ministro en dos ocasiones en los años 1990.
Hasta el momento, el movimiento #MeToo ha tenido poca repercusión en Tailandia, donde las víctimas de abusos sexuales y violaciones denuncian tener poco apoyo por parte de las instituciones y de la propia sociedad.
La etiqueta #MeToo fue utilizada por primera vez por la activista estadounidense Tarana Burke hace diez años, pero fue la actriz estadounidense Alyssa Milano quien la popularizó en 2017 en Twitter, tras los escándalos sexuales del productor de Hollywood Harvey Weinstein.
La campaña animó a muchas mujeres, y algunos hombres, a denunciar públicamente sus experiencias traumáticas y señalar a sus supuestos violadores, algunos de ellos notorios personajes de la política y el espectáculo.