Singapur, 2 jun (EFE).- El Diálogo Shangri-La, el foro anual de seguridad más importante de Asia, arranca este viernes en Singapur con los jefes de Defensa de EE. UU. y China como protagonistas y el telón de fondo de una rápida carrera armamentística regional en medio de las crecientes tensiones entre las dos superpotencias.
El foro transcurrirá en un momento delicado: cuando ambas potencias y sus socios refuerzan sus alianzas y Ejércitos a un ritmo no visto desde la II Guerra Mundial, según analistas, sin que falten los focos de tensión en la región, como Taiwán, el mar de China Meridional o Corea del Norte.
La guerra de Ucrania, por sus implicaciones directas e indirectas en Asia -con paralelismos a menudo trazados entre la invasión rusa del país vecino y un potencial ataque de China a Taiwán, isla autogobernada-, también ocupará parte de las conversaciones.
¿QUÉ ES Y CUANDO SE INAUGURÓ?
Organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres, ésta es la vigésima edición del Diálogo Shangri-La, que se celebra en el hotel homónimo de Singapur, la «Suiza asiática» por su neutralidad, del 2 al 4 de junio y se ha convertido en una de las conferencias internacionales de seguridad más importantes.
Mientras el terrorismo fue el tema prioritario del primer Shangri-La, celebrado meses después del ataque del 11-S, dos décadas después ha acabado siendo un barómetro del estado de las relaciones de Defensa entre Estados Unidos y China.
¿QUIÉN PARTICIPA?
En contraste con los 11 jefes de Defensa que atrajo en su primera edición, este año contará con más de 550 delegados- entre ministros, diplomáticos, expertos y militares- de unos 40 países.
Destacan el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, y el ministro de Defensa chino, Li Shangfua, además del primer ministro de Australia, Anthony Albanese, quien inaugurará el foro.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y responsables y altos cargos de Defensa de Ucrania, Reino Unido, Japón, Indonesia, Canadá, Alemania, Filipinas, Pakistán, India y Corea del Sur, entre otros países, también estarán presentes.
¿QUÉ SUCEDE EN EL DIÁLOGO?
Uno de los platos fuertes son los discursos, así como los paneles abiertos a preguntas del público en los que participan los delegados, más propicios a respuestas que se salen del guion.
El foro brinda además la posibilidad de múltiples reuniones bilaterales y multilaterales entre bambalinas, tanto entre aliados como miembros enemistados.
En este sentido, la bilateral China-EE. UU., que sí ocurrió en 2022 (entre Austin y el predecesor de Li, Wei Fenghe), es de las más esperadas, aunque Pekín ha rechazado programarla.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
La relevancia del Shangri-La ha crecido a medida que el eje de la geopolítica mundial se desplazaba hacia Asia-Pacífico y aumentaba el pulso entre China y EE. UU. por su supremacía militar y económica en la zona, el teatro principal en el que se miden las fuerzas.
En este sentido, si en el año 2000 el gasto militar en Asia-Pacífico suponía el 17,5 % del presupuesto mundial en Defensa, en 2021 ascendía hasta el 27,2 % (excluyendo a Corea del Norte), según el Instituto para la Paz de Estocolmo.
¿QUÉ SE ESPERA ESTE AÑO?
Es habitual desde hace años que el secretario de Defensa estadounidense y el ministro de Defensa chino aprovechen el foro para sacar músculo sobre sus planes en el Indopacífico frente a sus socios, lo que también se prevé que Austin y Li hagan en esta edición.
China continúa expandiendo su influencia en la región y defendiendo sus reclamaciones en el mar de China Meridional, donde se disputa territorios con países vecinos, además de reivindicar un nuevo rol como mediador en conflictos.
Austin llega a Singapur desde Tokio tras meses en los que Washington ha reforzado las alianzas con sus socios para contrarrestar a China: desde Filipinas (donde ha casi doblado el número de bases militares a la que tiene acceso), a Australia (a través del pacto de seguridad AUKUS) y Japón, que ha emprendido su mayor giro en materia de Defensa desde la II Guerra Mundial.