Madrid, 12 abr (EFE).- El bailaor Rafael Amargo ha negado que vendiera droga desde su casa y ha afirmado que es «totalmente falso» el relato acusador de la Policía y de la Fiscalía, en una causa en la que la estrategia es «que dejase de trabajar» y confesara un delito que no ha cometido. «Han intentado matarme con este juicio», ha dicho.
Amargo ha declarado este viernes en la jornada final del juicio que se sigue contra él, el productor Eduardo de Santos y el socio del artista Manuel Ángel Batista, acusados de integrar un grupo que vendía droga desde el domicilio del artista.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para Amargo -que está en prisión desde noviembre de 2023 por no acudir a firmar al juzgado- y para el productor, mientras que para el otro acusado solicita seis años.
Amargo ha ido negando cada una de las acusaciones sobre las que le ha preguntado su letrado, en una declaración algo atropellada en la que su abogado le ha pedido varias veces que se ciñera a las preguntas.
«Perdón, es que tengo unas gasas…» ha dicho en varios momentos el artista, que ha afirmado que él es buen orador pero no en el ámbito jurídico. «Yo soy más coloquial, yo soy como Lola Flores», ha dicho, lo que ha provocado la sonrisa del público y del tribunal.
Amargo ha afirmado que a su casa «no ha ido nadie en la vida a comprar (droga)» y que no usaba mulas para mover estupefacientes, con frases como «eso es totalmente falso».
«La estrategia era que yo dejase de trabajar, y que me declarara narcotraficante, y eso no va a pasar», ha afirmado Amargo sobre la investigación, destacando que él se enteró de su detención «por la prensa» y antes de que le arrestaran, casualmente justo antes del estreno de Yerma.
«Han intentado matarme con este juicio», ha dicho durante su declaración, en la que ha dejado claro que no tiene necesidad, gracias a su familia y a sus amigos, «de dedicarse a otra cosa que no sea a lo que se ha dedicado toda la vida, las artes escénicas».
Ha defendido que «el trasiego» de personas del que habla la Policía se debía a que ensayaba en su casa, y que la conversación sobre el alquiler de un trastero era porque realmente necesitaban un lugar para lavar la ropa de los espectáculos, y la balanza que se le intervino al ser arrestado la llevaba para pesar la droga que compraba para él.
Durante la sesión se le ha mostrado la báscula intervenida, pero él ha dicho que no es la suya.
Amargo ha incidido en que lleva casi cuatro años soñando con declarar en el juicio y está «supercontento» por poder decir «la verdad y nada más que la verdad», y ha destacado que en estos últimos cuatro años, desde que fue detenido en 2020, le han «arruinado la vida».
Ha explicado que ahora está «feliz» de haber entrado en Proyecto Hombre y estar desintoxicándose
Por su parte el productor Eduardo de Santos ha dicho que no vendía droga y ha querido dejar claro que «jamás» fue a la casa de Amargo a comprar o vender droga, sino que «solo consumían juntos», ya que ambos eran adictos.
A la pregunta de si durante la época que se investiga, el año 2020 en plena pandemia, hizo acopio de droga ha reconocido que sí, «como otros hacen acopio de papel higiénico»: «Hay una mayor dificultad y hay que hacer acopio», ha añadido.
Ha destacado que es un enfermo, ya que tiene un trastorno cognitivo que le afecta a la memoria y otras patologías, por lo que le han reconocido una discapacidad absoluta, y que durante el proceso se ha sentido «desprotegido».
Por su parte Manuel Ángel Batista ha negado que fuese una «mula» del grupo y ha explicado que trabajaba para Amargo en los espectáculos, y que iba a su casa porque le conoce desde hace diez años, dado que es bailarín.
En las conclusiones finales, la Fiscalía ha mantenido su petición de pena para los tres acusados, mientras que la defensa de Amargo ha dicho que «no admite más que la absolución» pero, si el tribunal viese culpabilidad, tendría que ser con eximente por consumo de droga.
Por su parte los abogados de los otros dos procesados defienden su inocencia.