Satisfecho por haber conseguido el objetivo de la salvación, el reto que asumió al convertirse en el técnico principal del Urbas Fuenlabrada, el barcelonés Josep María Raventós admite a EFE que le gustaría «muchísimo» seguir al frente del conjunto madrileño, aunque es una decisión que depende del club.
«Gustarme, me gustaría muchísimo, lo que pasa es que no depende de mí, depende del presidente del club y de los directivos», explica Raventós, que termina contrato al final de esta temporada, en la que ha conseguido asegurar la continuidad del equipo madrileño un año más en la máxima categoría del baloncesto español.
El Urbas Fuenlabrada jugará el próximo curso su vigésimo cuarta temporada en la ACB, gracias a un acelerón final de cuatro victorias en siete partidos, los que ha dirigido el técnico catalán. «Estamos muy contentos. Cogimos el equipo con mucha ilusión, nos han ido las cosas muy bien, y cuando consigues el objetivo te quedas muy satisfecho», valora en una entrevista con EFE.
Hace mes y medio, las circunstancias no parecían tan halagüeñas. El conjunto madrileño, que arrancó la temporada con cinco derrotas que causaron el puesto a Paco García, remontó el vuelo con cuatro victorias de cinco en el inicio de Javier Juárez, pero luego solo ganó tres de los siguientes 16 duelos, lo que provocó su cese.
En esa mala racha asumió el puesto Raventós, algo que ya había hecho en anteriores ocasiones de forma temporal en el club en el que lleva trabajando desde 2015 como técnico asistente. Pero esta vez el club decidió darle la responsabilidad hasta final de temporada.
«Faltaban diez partidos y lo afrontamos como un reto deportivo. A la gente que estamos en el deporte estos retos nos gustan mucho. Hablamos con los jugadores y les dijimos que comprendieran que había que cambiar la mentalidad como grupo», relata el entrenador, buen conocedor del club, que valora el esfuerzo de todos los empleados del Fuenlabrada para poner a los jugadores «en dinámica positiva».
Lo cierto es que surtió efecto. Nada más asumir el cargo, el ‘Fuenla’ de Raventós plantó cara en un escenario de postín: el Palau Blaugrana, donde no ha ganado nunca en su historia y se quedó a las puertas (81-79). «Le regalamos al Barça un partido que teníamos, pero los jugadores quedaron convencidos de que jugando así las cosas podían ir mejor», rememora.
No tardaron en llegar las alegrías: cuatro victorias en los cinco partidos siguientes, ante Monbus Obradoiro (84-82), Hereda San Pablo Burgos (89-83), Movistar Estudiantes (86-87) y Lenovo Tenerife (98-65) y solo el borrón del derbi contra el Real Madrid (76-90). La permanencia estaba en sus manos en Andorra, pero cayeron (85-71) y fue la derrota del Movistar Estudiantes la que les dio la salvación.
«SI EL EQUIPO RESPONDE, DA IGUAL QUÉ JUGADORES ESTÉN»
Cuatro triunfos en siete partidos conseguidos pese a las bajas -a las de Osas Ehigiator y el estonio Siim-Sander Vene se sumaron Álex Urtasun y Marc García, todos hasta final de temporada- y pese a un brote de coronavirus en medio de la racha, que afectó a jugadores clave como el base estadounidense Melo Trimble, lo que refuerza a Raventós en su palabra clave: equipo. «Si el equipo responde, da igual qué jugadores estén. Esa es la clave», afirma.
Precisamente Trimble es el nombre propio de este equipo. Máximo anotador de la ACB con 17,2 puntos de media por encuentro, el base estadounidense ha parecido ir de más a menos en esta campaña, una opinión de la que disiente su entrenador.
«Ahora ha estado más decaído porque ha pasado la covid-19, pero fue superimportante al principio y lo es ahora. Su rendimiento no ha bajado. Él centra la atención de las defensas rivales, y eso ya es mucho», opina Raventós, que lo ha utilizado de escolta. «Creo que es un combo, estoy contento con los dos chicos que juegan de base (Ziga Samar y Jovan Novak) y al ‘2’ Melo nos puede dar cosas», añade.
El técnico catalán no ha dudado en poner sobre el parqué en partido oficial a los canteranos que le han ayudado a trabajar en los entrenamientos. Entre ellos al maliense Bassala Bagayoko, que protagonizó ante el Real Madrid el debut más precoz de la historia de la ACB con 14 años, 7 meses y 15 días.
«Le veo un buen futuro, tiene que seguir trabajando y ser paciente. No hay que tener prisa con estos jugadores que son precoces», opina Raventós. No sería raro que otras canteras vengan a por él. «Lo que ocurra en los despachos se sale de lo deportivo, pero creo que los jugadores que están con nosotros están contentos porque aprenden, si un jugador está contento no tiene por qué ir a otro sitio donde a lo mejor no aprende tanto», responde.
EL MÉRITO DE SALVARSE SIN PÚBLICO
El Fuenlabrada suele ser un equipo que basa sus victorias en la Liga Endesa en los partidos en el Pabellón Fernando Martín, donde el público arropa con sus cánticos y hace retumbar el pequeño pabellón de 5.500 espectadores, esta temporada vacío por la pandemia.
Su último partido en casa será el miércoles 19 ante el Coosur Betis, y parece difícil que puedan contar con el aliento de los aficionados, dado que las condiciones anunciadas el miércoles por el ministro de Cultura y Deporte José Manuel Uribes para la vuelta de espectadores se refieren a regiones en fase 1 de la pandemia, situación en la que no está la Comunidad de Madrid, aunque ni el Ministerio ni la ACB han confirmado qué partidos tendrán público.
«Me da muchísima pena. Nosotros somos un equipo muy distinto cuando jugamos en casa con nuestros aficionados y este año no lo hemos podido gozar en ningún partido. Si esta temporada la acabamos sin que puedan entrar, espero que la temporada que viene cuando se empiece puedan hacerlo», desea.
Salvarse sin ese plus de los aficionados es una dificultad adicional para el conjunto madrileño, que ha sorteado con éxito.
«La verdad es que tiene mérito, estábamos en una situación un poco difícil, pero era un reto que hemos conseguido todos juntos, y estamos muy contentos», reflexiona Raventós.
Fuente: © EFE 2021