Bruselas, 27 feb (EFE).- La ministra de Igualdad de España, Ana Redondo, afirmó este martes que está “todavía valorando” a que manifestación acudirá el próximo 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer, en un momento donde Madrid volverá a tener dos protestas diferentes, e insiste en que lo importante es estar “en la calle”.
En declaraciones a la prensa a su llegada a una reunión con las ministras de Igualdad de la Unión Europea (UE), Redondo expresó que lo esencial es que “seamos muchas mujeres reivindicando nuestros derechos en la calle” porque “hay todavía mucho que hacer”.
“Yo creo que no es tan importante dónde estemos. Yo estoy en la calle, estoy con ambas manifestaciones. Estoy, desde luego, en la defensa de los derechos de las mujeres”, destacó la ministra a los medios.
Este 2024, como en años posteriores, marchará por un lado la Comisión 8M con la consigna #SeAcabó y por otro el Movimiento Feminista de Madrid (MFM) pidiendo la abolición de la prostitución.
En el contexto de la reunión ministerial de las titulares de Igualdad en el marco de la presidencia belga del Consejo de la UE, la ministra señaló, por oro lado, que es “muy importante reconocer que hay retos por delante” como “en materia de pornografía infantil”.
Al respecto, la titular de Igualdad reconoció que en ese ámbito “necesitamos estrategias comunitarias y políticas europeas”.
Además, Redondo destacó que España “debe seguir avanzando” en la “Ley tan importante de Paridad” -en este momento en tramitación- y que la ministra recordó que “va mucho más allá de lo que es la normativa comunitaria”.
En esta línea, uno de los ejes sobre los que versará la reunión ministerial es la independencia financiera de las mujeres como vía hacia la igualdad de género, en un momento en el que, según cifras de la Comisión Europea, las mujeres ganan un 13 % menos de media por hora que los hombres.
La reunión ministerial también tratará los avances realizados en materia de Igualdad durante los últimos cuatro años, así como los retos para abordar de cara a 2030 en un momento donde ha habido un aumento de las disparidades entre los Estados miembros, así como en un crecimiento en las desigualdades de género en áreas como la situación económica o el acceso a la atención sanitaria.
