Javier Herrero.
Madrid, 22 nov (EFE).- Proclama Rubén Pozo a sus 48 años y después de tres décadas de carrera en bandas como Buenas Noches Rose o Pereza que está aprendiendo a distinguir sus victorias. Como muestra, presume de que «Ha llegado el día», una de las canciones que presenta estos días en un formato físico especial, es su «obra maestra».
«Yo me flagelaba constantemente por mis errores, pero ahora estoy aprendiendo a reconocerme en lo que he hecho bien, porque hay que aprender a quererse», afirma a EFE el coautor de éxitos del rock español como «Pienso en aquella tarde», a menudo opacado por la larga sombra de su excompañero Leiva.
De ser indulgente con las equivocaciones hablaba precisamente en el optimista «Gente», corte inicial de su cuarto disco en solitario, «Vampiro», que publicó en mayo de 2022 y al que ahora, año y medio después, da continuidad con dos canciones nuevas que, a su modo de ver, se encuentran entre lo mejor de su producción.
«'Ha llegado el día' me parece compositivamente mi obra maestra y quería darle una presencia especial. La aparqué conscientemente de las sesiones de grabación de aquel disco para cumplir este sueño tonto», alega ante la publicación del tema «como los viejos sencillos de los años 60»: en un vinilo de siete pulgadas a 45 revoluciones, acompañado en su cara B por «Catálogo».
Tan especial es que, como por arte de magia, cuenta que fue escribirla y empezar a curarse los «problemas de insomnio» que siempre había padecido y que le llevaban como al vampiro de su último álbum a agotar en vela muchas horas de la noche entre música, lecturas o películas.
Reencuentro público con Leiva.
No ahorra cumplidos para «Catálogo», que califica como «una canción de canciones» en la que con ánimo retrospectivo se repasa a sí mismo a través de títulos de composiciones suyas desde la época de Buenas Noches, Rose. «Es algo que creo que nunca se había hecho», apunta orgulloso.
«La verdad es que no pienso mucho en el legado que voy a dejar, pero sí espero que las canciones que saco sean reconocidas en vida, porque una vez muerto no me enteraré de nada», afirma pragmático el músico, que espera en cualquier caso que se le recuerde como «un tipo que hizo canciones muy buenas y le alegró la vida a mucha gente».
Además de en vinilo, que podrá conseguirse únicamente en sus conciertos y a través de SMF Store, los dos nuevos cortes están disponibles desde el pasado viernes en versión digital como apéndice de «Vampiro», retitulado como «Vampiro +».
Cabe recordar que en aquel álbum gozó de la participación de otro roquero aún más mítico, Miguel Ríos, merced a la intercesión de su productor José Nortes, con el que ya fabricó su disco previo «Habrá que vivir» (2017) y que ejerce habitualmente de mano derecha del artista granadino.
En la esfera pública Pozo vivirá más reencuentros importantes en las próximas semanas, ya que además del concierto que ofrecerá el 25 de enero dentro del ciclo musical madrileño Inverfest, ejercerá en diciembre de telonero en el punto final de la gira que realizará en el Wizink Center su excompañero en Pereza, Leiva.
«Me llamó un día y me dijo: 'Te voy a proponer algo raro; si no te cuadra, me dices que no'. Pero a mí me pareció muy bien. Será un honor y un placer ser artista invitado en su despedida», asegura Pozo, que se cuida mucho de revelar si se les verá cantar juntos de nuevo sobre el escenario temas como «Estrella Polar» o la citada «Pienso en aquella tarde».