Santiago de Compostela, 31 dic (EFE).- El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, hizo este domingo una reivindicación autonomista en su discurso de fin de año, que ha recibido las críticas de la oposición por su «autocomplacencia» y «electoralismo».

Rueda eligió como escenario para grabar su mensaje el Pazo de Xelmírez, el edificio que se apoya en el costado norte de la Catedral de Santiago, en la Plaza del Obradoiro, donde, «en un mes de Navidad como este, se reunió por primera vez -diciembre de 1981- el Parlamento de Galicia», como él mismo recordó.

El titular del Gobierno gallego aseguró que, «como entonces», ahora «existen riesgos que amenazan el marco constitucional que durante todo este tiempo amparó el progreso de Galicia» y defendió que «la igualdad entre los ciudadanos, los lazos de fraternidad que nos unen y la credibilidad del marco legal que nos protege no deberían estar jamás en negociación».

El presidente de la Xunta también puso el foco en las elecciones autonómicas que se celebrarán el 18 de febrero.

«Este 202 Galicia escogerá, en libertad y con plena autonomía, su camino para los próximos años. Confío en que el debate sea siempre constructivo, y que no se añada ruido al día a día de los gallegos. Aunque en otros lugares parezca algo excepcional, la política en Galicia no tiene por qué ser una fuente de nuevos conflictos, sino que debería ejercerse siempre como herramienta para encontrar soluciones», argumentó.

El titular del Ejecutivo autonómico esgrimió que «existen muchas más razones para ser optimistas que para caer en la resignación» y dijo que «son muchos los motivos para sentirnos orgullosos de la Galicia en la que vivimos».

El regreso de 8.000 migrantes, las «inversiones» que captó Galicia en 2023, el «calendario de vacunación infantil más completo», ser una tierra «líder en energías limpias», una comunidad en la que «la educación es gratuita desde que se llega gateando hasta que se sale con el primer título bajo el brazo» o en la que «la Universidad es más económica que en ninguna otra parte y la Formación Profesional demuestra ganar en fortaleza cada día» fueron algunos de los aspectos que destacó.

Críticas de la oposición por autocomplacencia y electoralismo

El secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, criticó la «autocomplacencia» de Rueda en su mensaje de fin de año y se mostró convencido de que el «pueblo gallego» reflexionará y verá a los socialistas como «la mejor de las opciones» en las elecciones autonómicas.

«No esperaba otra cosa de Rueda en un mensaje de fin de año, de evaluación del año 2023, que un discurso cargado de autocomplacencia y que niega realidades que los gallegos percibimos cada día», indicó González Formoso en un audio remitido a los medios de comunicación.

La candidata de Sumar Galicia a la Xunta, Marta Lois, tildó el mensaje de Rueda de «decepcionante» y «electoralista» y se mostró convencida del papel «decisivo» que tendrá su formación el 18-F.

«Claramente adquirió un tono electoral, de propaganda política. No le habló a la Galicia real, a los gallegos preocupados por cosas como pagar el precio del alquiler, las hipotecas, las urgencias saturadas o el personal sanitario que no da abasto», explicó.

La aspirante a presidir la Xunta por parte del BNG, Ana Pontón, se mostró convencida de que el 18F va a hacer «historia» porque en las elecciones va a «ganar una Galicia mejor».

Así se manifestó en su mensaje de fin de año, que grabó en el barrio compostelano en el que reside, donde sus vecinos le «dicen» que hay que «hacer algo con la sanidad, con la atención primaria, la subida de los precios», la falta de trabajo o la subida de las cuotas de la hipoteca y de la electricidad.

“Son las preocupaciones que me llegan hablando con las personas de mi barrio,  las mismas que me compartís vosotros en los encuentros que tengo cada día por el país, las mismas que siento yo”, aseguró la líder del BNG.

Mientras, la secretaria general del PPdeG, Paula Prado, destacó la «reivindicación autonomista» del mensaje de fin de año del presidente de la Xunta y la «estabilidad» de Galicia en un año en el que «unos llamaron a quemar la Constitución y otros la retorcieron en favor de unos pocos y en detrimento de la mayoría».