Sainz asesta un golpe a la general en la etapa reina del Dakar, que deja KO a Al-Attiyah

Carlos Sainz conduce su Audi RS Q E-TRON E2d durante la quinta etapa. EFE/EPA/Andrew Eaton

Riad (Arabia Saudí), 12 ene (EFE).- Decía el español Carlos Sainz (Audi) que hasta que no acabara la etapa reina del Dakar este viernes no sabría si haber parado de manera voluntaria durante tres minutos el pasado miércoles para salir en buena posición ayer y hoy habría sido «un error o un acierto», pero el nuevo líder ya parece tener la solución al enigma.

Sainz y su copiloto, Lucas Cruz, acabaron la sexta manga líderes en la general en el día previo a la jornada de descanso, que los españoles encaran con 20 minutos de ventaja sobre el siguiente rival, el sueco Mattias Ekström (Audi). Esa enorme diferencia no sólo muestra la su gran conducción sobre las dunas saudíes, donde terminó segundo, sino también la perfecta ejecución de su estrategia.

Además, Sainz se desquitó del catarí Nasser Al-Attiyah (Prodrive) y de una fallida predicción lanzada por el vigente campeón el primer día. El día 3 de enero, recién llegado al primer campamento del Dakar, el catarí explicó a unos cuantos medios españoles, entre ellos EFE, que daba «tres días» a los pilotos de Audi y que después se irían «a casa, como ya se vio en Marruecos y Aragón».

Sin embargo, fue el propio Al-Attiyah quien estuvo muy cerca de 'irse a casa' este mismo viernes, pues una avería en el cojinete de la dirección le obligó a estar varado en el desierto durante más de dos horas y media, despidiéndose así de las opciones de pelear por la general en la segunda semana, una pugna que habría sido muy bonita para recordar viejas luchas entre dos 'rockeros' del rally.

Un plan perfecto que tuvo el jueves una extensión

Desde Audi idearon el pasado miércoles un plan para encarar la etapa reina de la mejor manera. El objetivo era perder algunos minutos en la quinta etapa, la especial más corta del Dakar con sólo 118 kilómetros, para no tener que ser de los primeros en salir a la etapa reina, una crono de 48 horas con más de 600 kilómetros de especial por las dunas saudíes.

Era una apuesta atrevida, aunque tenía sentido, porque salir desde atrás tanto jueves como viernes permitiría seguir las huellas de los demás y tener referencias visuales de los pilotos conforme el Audi, un coche mejor que los de delante, fuera superando rivales. No obstante, el hecho de terminar la quinta manga en vigésimo octavo a nueve minutos de Al-Attiyah hizo dudar.

Era bastante tiempo perdido y, además, Al-Attiyah tenía una estrategia totalmente distinta: primero, ganar la quinta etapa y ya luego pensar en cómo rodar por el desierto de dunas. «No hay estrategia para mañana, sólo acabar», dijo el catarí el miércoles, mientras que Sainz deslizaba que habría que «esperar un par de días más para ver» si el plan era el bueno.

Sin embargo, le salió todo bien el jueves, pues Sainz lideró la prueba y sacó 24 minutos a Al-Attiyah, el gran rival por la general después de que el saudí Yazeed Al Raji, líder hasta ese momento, tuviera que abandonar al volcar en el kilómetro 51.

De hecho, salió tan bien que aprovecharon y redujeron la marcha para no pasar por el campamento D a las 15.59 h y sí a las 16.00 h. Así, Sainz y Cruz pararon en el campamento D y no tuvieron que hacer el recorrido entre ese vívac y el campamento 'E', a unos cuarenta minutos, mientras anochecía en Arabia Saudí y la arena se ponía peor para rodar.

Al-Attiyah pierde casi tres horas por una avería

Si a Sainz le salió todo de cara, la 'no estrategia' de Al-Attiyah fue su lastre durante esta crono de 48 horas en la que el catarí casi tuvo que abandonar. En la primera jornada, el vigente campeón perdió casi 25 minutos con el español. Algún que otro problema de navegación y el hecho de tener que abrir pista propiciaron que el cinco veces campeón se fuera descolgando en la general.

Sin embargo, la gran sorpresa se vivió este viernes, cuando una avería en el cojinete de la dirección le hizo estar más de dos horas reparando su vehículo y esperando a que un camión de asistencia le llevara las herramientas necesarias para poder arreglar el desaguisado. Pese a todo, ahora mismo está a dos horas y 45 minutos de Sainz con una semana por delante y su predicción terminó por ser fallida.

Sainz encara ahora una jornada de descanso que le ayudará a digerir todos estos resultados. Ni mucho menos tiene ganado el Dakar, pero sí tiene en su mano -y en la fiabilidad de su coche- la oportunidad real de convertirse en cuatro veces ganador del Dakar, pues tiene una ventaja de 20 minutos y 21 segundos sobre Ekström y 29 minutos y 31 segundos sobre el francés Stéphane Loeb (Prodrive), quizá el gran rival a batir.

Carlos Rosique