Seúl, 26 sep (EFE).- El Gobierno surcoreano envío hoy un mensaje de advertencia a Corea del Norte con la celebración en Seúl de un desfile militar, el primero en la última década, en el que exhibió algunas de sus armas más destructivas.
La intensa lluvia que cayó este martes en Seúl empañó algo la celebración, con motivo del 75 aniversario de las Fuerzas Armadas surcoreanas, y evitó que los activos de las Fuerzas Aéreas, como los cazas F-35 o el prototipo KF-21 en el que trabajan conjuntamente Corea del Sur e Indonesia, volaran hoy.
Pero el aguacero no evitó que miles de personas cubiertas con paraguas animaran a los efectivos de las distintas ramas del ejército y agitaran enérgicamente las «Taeguki» (la bandera nacional) a su paso.
Tampoco impidió que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y el ministro interino de Defensa, Lee Jong-sup, desfilaran a su vez – también protegidos por paraguas- por la céntrica avenida Sejong de la capital surcoreana.
Hacía 10 años que Seúl no veía un desfile de esta naturaleza, pese a que ha sido tradición celebrarlos cada cinco.
El anterior Gobierno surcoreano, liderado por el liberal Moon Jae-in, canceló el de 2018 para facilitar el diálogo que por entonces se había entablado con Pionyang.
Cinco años después la situación ha cambiado por completo y ha retornado a una fase de tensión y escalada militar después de que el diálogo sobre desnuclearización entre el régimen norcoreano y Washington fracasara en 2019.
A partir de ahí Corea del Norte comenzó a testar misiles a un ritmo récord, mientras que Estados Unidos y el Sur retomaron sus grandes maniobras militares y comenzaron a desplegar periódicamente activos estratégicos del Pentágono en la península como admonición para el régimen.
Es el mismo mensaje que ha enviado hoy Seúl con este desfile, que pese a carecer de la pompa del vecino del Norte, exhibió activos muy destructivos.
En ese sentido, más allá de los 3.700 efectivos que desfilaron acompañados de artillería móvil o drones de última generación, destacaron, por ejemplo, las distintas gamas de misiles tierra-tierra Hyunmoo.
Estos proyectiles, diseñados como misiles balísticos o de crucero, están concebidos para «descabezar» al régimen en caso de que Pionyang lance un ataque contra el Sur.
De hecho, Seúl está desarrollando actualmente la última versión, el Hyunmoo-V, que supuestamente será capaz de portar una cabeza de más de 8 toneladas y de destruir objetivos que se encuentren bajo tierra.
También desfiló el Sistema de Misiles Tierra-Aire de Largo Alcance (L-SAM por sus siglas en inglés), concebido para derribar misiles balísticos a una altura de unos 50-60 kilómetros.
Todos ellos están integrados en los tres ejes que Seúl tiene dispuestos para lanzar ataques preventivos, interceptar proyectiles norcoreanos y activar una ofensiva a gran escala.
A este despliegue se suma lo dicho horas antes por el presidente surcoreano en otro acto celebrado en una base aérea en Seongnam, al sur de Seúl, con motivo del aniversario militar.
Yoon repitió, como ha hecho en los últimos meses, que el uso de armas nucleares por parte del vecino del Norte deparará automáticamente una respuesta «abrumadora» de los ejércitos surcoreano y estadounidense que supondría «el fin del régimen».