Majadahonda (Madrid), 22 may (EFE).- Nada más el Manchester City, el Real Madrid, el Barcelona, el París Saint Germain, el Bayern Múnich y el Juventus han jugado la Liga de Campeones en cada una de las últimas diez temporadas, aparte del Atlético de Madrid de Diego Simeone, clasificado por undécimo año seguido para el torneo, tan ajeno antes de su llegada, tan rutinario ahora y una fuente de ingresos de 650 millones de euros en la última década.
Desde 2013-14 hasta 2023-24. No ha faltado a ninguna cita con la ‘Champions’ el técnico argentino ni su equipo, infalible en ese objetivo en cada una de sus once Ligas enteras al frente del conjunto rojiblanco. «Que se pongan un rato el traje negro (que luce en los partidos del Atlético en el banquillo) durante ocho meses y después se van a dar cuenta de que no es tan fácil», reivindicó Simeone, tras culminar el billete con un 3-0 a Osasuna.
Sólo esos seis equipos (cinco ya están clasificados para el torneo del año que viene, no así el Juventus, a la espera del final de la Serie A y la sanción que espera de puntos) lo han conseguido. Ninguno más. Ninguno de los más de 60 conjuntos que han aparecido al menos alguna edición de la Liga de Campeones desde entonces hasta ahora. Ni siquiera el Liverpool. Ni el Manchester United. Ni el Chelsea. Ni el Arsenal. Ni el Tottenham. Ni el Inter, ahora finalista, ni el Milan, ni el Nápoles, ni el Roma. Ni el Borussia Dortmund. Ni el Oporto.
El Atlético sí lo ha conseguido, sin bajarse del podio de LaLiga Santander en ninguna de esas diez campañas precedentes (la undécima aún tiene que definir su puesto, siete puntos por encima de la Real Sociedad, cuarta, y dos por delante del Real Madrid, tercero). En 2013-14 y 2020-21 fue a la Champions como campeón, en 2017-18 y 2018-19 como segundo y en 2012-13, 2014-15, 2015-16, 2016-17, 2019-20 y 2021-22 como tercero. Nadie ha quedado por delante en todo ese tramo en esta competición salvo el Real Madrid y el Barcelona… Y no siempre.
Cuando llegó al banquillo en enero de 2012, Miguel Ángel Gil Marín, el consejero delegado y máximo accionista del club, le pedía a Simeone «cuatro o cinco ‘Champions’ seguidas para poder equilibrar y crecer como club». Van once. El número del gesto que hizo el técnico cuando alcanzó la meta y revisó el reto más inmediato a falta de tres jornadas. Ahora es ser segundo, su posición actual. Le quedan Espanyol, Real Sociedad y Villarreal.
51 MILLONES EN 2022-23; 89,9 EN 2021-22; 75 EN 2021-22; 91,4 EN 2019-20…
El impacto de la Champions es crucial en el Atlético. Su dimensión actual o su plantilla (en 2021-22 gastó 212,940 millones de euros en el concepto de ‘plantilla deportiva’) sin contar los fichajes (este curso, entre Nahuel Molina y la compra de Antoine Griezmann invirtió 40 millones de euros, por ejemplo) van relacionadas directamente a su presencia constante en la Liga de Campeones, a todo lo que supone para el conjunto rojiblanco como fuente de estabilidad.
Desde todas las perspectivas. En lo deportivo, en la competencia ininterrumpida en el torneo más prestigioso del mundo (subcampeón en 2013-14 y 2015-16; semifinalista en 2016-17; cuarto finalista en 2014-15, 2019-20 y 2021-22; eliminado en octavos en 2018-19 y 2020-21 y caído en la fase de grupos en 2017-18 y este último curso) y en lo económico, en la que aparece como un factor indispensable en las alturas que se mueve ahora.
«Volvimos a repetir algo que en un momento parecía complicado», enfatizó el domingo el técnico argentino. Bajo su mando, la Liga de Campeones ha generado unos ingresos directos para el Atlético de Madrid de hasta 650 millones de euros, a la espera de que se sume el ‘market pool’ televisivo de esta campaña (unos 8 millones) y las cantidades ya seguras en la próxima edición, unos 15,5 millones de euros, por su simple participación.
Por ejemplo, en un recorrido tan por debajo de las expectativas como este curso en la fase de grupos, eliminado en el último puesto, con tan solo un triunfo y dos empates en seis jornadas, ha obtenido hasta ahora unos 51 millones de euros, por los 30,699 que corresponden a su ránking UEFA (es el sexto por coeficiente de los últimos 10 años), los 15,64 de jugar la primera ronda y los 4,66 por sus resultados deportivos, por más que hayan sido tan decepcionantes.
En las cantidades que reparte la UEFA entre los conceptos de victorias, empates, avance de rondas, coeficiente y mercado televisivo por país, el Atlético percibió 89,593 millones de euros durante la pasada temporada en la Liga de Campeones, cuando alcanzó los cuartos de final (fue eliminado por único gol de diferencia por el Manchester City, por el 1-0 de la ida y el 0-0 de la vuelta).
En 2020-21, cuando cayó en octavos con el Chelsea, fueron 75,060 millones de euros; en 2019-20 (llegó hasta cuartos, cuando fue derrotado a único duelo por el Leipzig, entre la pandemia del Covid-19) fueron 91,454 millones; en 2018-19, 85,650 millones hasta su eliminación en octavos ante el Juvenuts; en 2017-18, fuera en la fase de grupos, tan solo logró 31,730 (después agregó 16,127 millones como campeón de la Liga Europa).
En 2016-17, hasta semifinales, ingresó 60,615 millones de euros; en 2015-16, la última vez que disputó la final, en San Siro ante el Real Madrid, sumó 69,665 millones; en 2014-15, cuando fue doblegado en cuartos, 43,723 millones; y en 2013-14, cuando disputó el partido decisivo de Lisboa, perdido en la prórroga ante el Real Madrid, recaudó 52,687 millones, según los datos oficiales de la UEFA en sus informes financieros anuales.
El efecto en el presupuesto, entre todos los éxitos deportivos de toda esta era, es evidente. Antes de Simeone, en 2011-12, la previsión era de 129,8 millones de euros. Antes de la covid-19, que influyó de forma negativa en todos los aspectos económicos de cada club, el Atlético había alcanzado los 515 millones de euros en su plan de aquel curso. Un 297 por ciento de diferencia entre uno y otro momento, hasta la reducción de la pandemia.
DEL 57 POR CIENTO DE LOS PUNTOS INICIALES AL 73 POR CIENTO DESDE EL MUNDIAL
Simeone se mantiene infalible en la clasificación para la Liga de Campeones, tan esencial también a la hora de abordar su continuidad en el Atlético año tras año. «Tengo un año más de contrato y va muy ligado a esto de estar en Champions o no. Hablaremos como hablamos todos los años con Miguel (Ángel Gil Marín, consejero delegado), Andrea (Berta, director deportivo) y Enrique (Cerezo, presidente del club) y buscaremos como siempre lo mejor para el equipo», dijo en ese sentido el técnico, cuyo vínculo concluye en 2024, pendiente de si hay una nueva renovación más allá de ese año, antes del próximo curso.
No estaba tan claro el pase cuando el Atlético se fue al Mundial 2022 con una derrota por 1-0 con el Mallorca. Entonces, era quinto en la clasificación, a 11 puntos del segundo, el Real Madrid. Ahora es segundo, con dos puntos de renta sobre el tercero, también el club blanco. Tan solo había ganado hasta ese momento la mitad de sus partidos: 7 de 14.
«Allá por el mes de noviembre, estábamos en la clínica y vino un médico y nos dijo que estábamos casi muertos, pero, bueno, trabajando día a día, buscando cómo pensamos en ese momento ¿qué podemos hacer? Preocúpate por lo que es tu trabajo, mejorar al equipo. Lo otro no lo puedes mejorar. Preocúpate para trabajar en consecuencia de que el equipo mejore. Trabajamos, los chicos nos siguieron y hoy el médico nos dijo que todavía seguimos con vida», explicó el técnico tras la victoria por 3-0 a Osasuna, la octava seguida como local.
Entre aquellas primeras catorce jornadas, con 24 puntos ganados de 42 posibles (un 57 por ciento), y las 21 posteriores, cuando ha conseguido 48 de 63 puntos (un 73 por ciento) hay dos equipos distintos. Irreconocible el primero, imponente el segundo. Sólo ha sufrido dos derrotas en sus últimos 19 choques y ha coleccionado diez victorias en las últimas doce citas. Desde Qatar 2022 en adelante, sumó 15 triunfos, cedió tres empates y sufrió tres derrotas, una menos de las que había padecido en las 14 citas anteriores.
«UN AÑO COMPLICADO, MUY DIFÍCILES LOS PRIMEROS SEIS MESES»
«Ante la dificultad, uno tiene que elegir qué hacer, cómo comportarse. Y creo que tuve, primero, una muy buena respuesta de los futbolistas, porque sin ellos es imposible. Ellos volvieron del Mundial de otra manera, enfrentaron las diferentes situaciones con mucha personalidad y creció muchísimo el equipo», valora Simeone.
«Por hablar de nombres, desde Oblak a Hermoso, al final de temporada de Giménez, que es extraordinario; el momento de Savic, la ayuda de Axel (Witsel) en un lugar que no es el suyo (central derecho en la línea de cinco atrás que ha consolidado de nuevo desde hace doce jornadas, desde la lesión de Reinildo Mandava el pasado 25 de febrero ante el Real Madrid), el crecimiento grandísimo de Molina, ni que hablar de lo que está haciendo Carrasco, que es un jugador extraordinario cuando logra jugar en esa velocidad», explicó.
«La visión de juego de De Paul, que ve lo que no ven los demás; el lugar de Koke (de medio centro en el triángulo de la mitad del campo), que siempre es difícil de explicar en esa posición, porque tiene poca recuperación, pero ve mejor que los demás y nos permite jugar mejor; el momento de Lemar; la ayuda de Saúl; el crecimiento de Barrios; ni que hablar de Morata, Memphis, de Correa, cada uno desde su lugar dándonos ayuda para que el equipo ofensivamente encuentre el gol; la tremenda temporada de Griezmann, que nos genera tener un jugador diferente dentro del plantel, y todos esos chicos que por ahí, en esos pocos minutos que pudieron jugar, dieron lo máximo para que lleguemos al objetivo final. Estoy contento. Fue un año complicado, muy difíciles los primeros seis meses», admitió.
Iñaki Dufour