Valencia, 21 nov (EFE).- El ministro de Universidades, Joan Subirats, ha apostado este lunes por que las políticas culturales consigan “un nivel de protección superior”, como el que se aplica a las políticas sanitarias o educativas, y ha afirmado que la cultura es “lo que nos hace sentir o ser ciudadanos, lo que nos hace sentir o ser personas”.
Así lo ha considerado el ministro, que ha impartido la conferencia ‘Les polítiques públiques i la ciutadania cultural’ como parte de la inauguración de la cátedra de Políticas Culturales Valencianas, que ha tenido lugar en el IVAM y a la que ha asistido también la consellera de Educación, Cultura y Deporte, Raquel Tamarit.
“Las políticas culturales no han estado situadas nunca en una posición central”, ha destacado Subirats, que ha afirmado que “en la Constitución Española hay algunos derechos que están súper protegidos”, mientras que las políticas culturales “no tienen el elemento de protección y de salvaguarda que tienen la sanidad y la educación”.
Se ha preguntado “qué justificaría que la política cultural consiguiera el nivel de protección superior” y ha subrayado que “la cultura es lo que nos hace sentir o ser ciudadanos, sentir o ser personas” y, por tanto, ha apostado por “políticas culturales fuertes”.
“No se puede hacer política educativa sin política cultural”, ha manifestado Subirats, que ha añadido que “cada vez más, educación y cultura deberían trabajar juntas”, porque “es muy difícil que podamos avanzar en la lucha contra la desigualdad si no incorporamos estos factores culturales que son cada vez más determinantes”.
Así, ha defendido que “si el sistema educativo no es capaz de reinventarse e incorporar elementos de una realidad cambiante, será menos capaz de presentarse como una garantía de ascenso social”, y se ha mostrado partidario de una visión “transversal” de la cultura.
“En la salud, los profesionales cada vez hablan más de los condicionantes sociales, es decir, culturales, del estado de salud”, ha apuntado, y se ha preguntado, por otra parte si “es posible imaginar políticas de ciencia sin políticas culturales”.
Para el ministro, “no se puede entender la política cultural solo como la creación artística y la divulgación de obras artísticas”, y ha llamado a trabajar para que la cultura “tenga la capacidad de incorporar valor añadido a las otras políticas”.
Entre los “elementos sustantivos” ha destacado “cultura popular, artes visuales, museos, arquitectura, diseño, artes escénicas, cultura del cuerpo, escritura, literatura, memoria, historia o patrimonio”, si bien ha señalado que estos elementos “deberían ser capaces de tener relación con otras políticas”.
Según Subirats, las políticas culturales se enfrentan a interrogantes como “si consideramos al público solo como espectadores o también como creadores”, “qué quiere decir participar en cultura”, “si hablamos solo de la cultura legitimada o de lo que para la gente es cultura” o “si consideramos la cultura como uno de los elementos necesarios sin los que no se puede conseguir la condición de ciudadanos”.
En el siglo XXI, «el binomio entre la libertad e igualdad ha pasado a ser un triángulo, con otro polo de tensión que es la diversidad. Ahora, más que de libertad tenemos que seguir prestando atención a la igualdad pero incorporar la diversidad, que es algo que a la Administración Pública le cuesta tener en cuenta”, ha resaltado.
El ministro ha apostado por «no situar las políticas culturales en el marco del siglo XX, sino en el marco del siglo XXI» y ha considerado que la cultura es «la gran palanca de apuntalamiento de las políticas fuertes» a las aporta un «carácter vivificador».