Granada, 10 may (EFE).- Un estudio liderado por un investigador de la Universidad de Granada (UGR) ha revelado que los buitres tienen preferencias alimentarias según el lugar o grupo al que pertenezcan, con lo que su dieta está «modelada por su cultura».
Este trabajo, publicado en la revista «Proceedings of the Royal Society» y del que ha informado este miércoles la universidad, es fruto de una amplia colaboración entre diferentes centros y universidades nacionales, entre los que se incluyen -además de la UGR- la Estación Biológica de Doñana (CSIC), la Universidad Miguel Hernández y la de Alicante.
Aunque estudios anteriores sobre la dieta de los buitres se habían enfocado más en la población en su conjunto que en cada uno de los individuos, en este trabajo el equipo científico ha ido más allá y ha analizado por primera vez la dieta de los buitres a escala individual.
Para ello, hicieron una exhaustiva campaña de campo en la Península y combinaron el seguimiento mediante dispositivos GPS de 30 buitres leonados capturados en Las Bardenas Reales en Navarra y 35 en la Sierra de Cazorla en Jaén.
Gracias al acelerómetro incorporado en el GPS, se pudo conocer en qué lugar había comido cada uno de los individuos marcados.
Un equipo de diez personas recorrió cuatro mil de estos lugares para analizar lo que habían comido los buitres en cada uno de ellos y, con estos datos, reconstruyeron su dieta.
«Observamos, por ejemplo, que los machos prefieren los recursos más ligados al ser humano, como la ganadería intensiva y la basura, principalmente, mientras que las hembras son más propensas a alimentarse de recursos menos predecibles, como restos cinegéticos o ganadería extensiva», ha explica el investigador Eneko Arrondo, de la Universidad de Granada.
Una de las hipótesis que manejan para explicar esta conducta es que los machos tienen una conducta más confiada frente a paisajes humanizados, próximos a poblaciones humanas, con más infraestructuras o entornos muy alterados, como los basureros.
«Los machos se atreverían con más frecuencia a comer en sitios más peligrosos. Por el contrario, las hembras serían menos confiadas y más prudentes», ha afirmado el profesor de investigación José Antonio Donázar, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC).
DIFERENCIAS ENTRE POBLACIONES
Las diferencias también fueron patentes entre las dos poblaciones de Navarra y Jaén, de modo que los individuos capturados en Bardenas se alimentaron principalmente de restos de granjas intensivas, muy abundantes en la zona, mientras que los capturados en Cazorla prefirieron los restos cinegéticos y la ganadería extensiva, que son los recursos principales de su área de campeo.
«Lo más sorprendente es que, cuando analizamos qué comían los buitres de ambas poblaciones cuando compartían espacio en las dehesas extremeñas, observamos que los individuos seguían manteniendo sus preferencias alimenticias. Las diferencias se mantuvieron incluso aunque la disponibilidad de alimento fuese igual para todos los individuos», ha afirmado Arrondo.
Esto demuestra que los buitres adquieren «gustos» alimentarios gracias a la transmisión cultural entre los individuos de una misma población.