Un «marine» ucraniano: somos los guardianes de Europa para frenar a los rusos

Un militar ucraniano con ropas de camuflaje, con su arma a la espalda, cerca del frente de batalla de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania. EFE/Esteban Biba

Járkov (Ucrania), 25 may (EFE).- Las explosiones en el frente de guerra se escuchan relativamente cerca, mientras unos militares ucranianos descansan antes de volver a la primera línea. «Somos los guardianes de Europa» para frenar a los rusos, comenta a Efe uno de ellos que prefiere identificarse como un «marine».

Unos militares ucranianos descansan antes de volver a la primera línea, en una zona agrícola cerca de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania. EFE/Esteban Biba

Los militares evitan dar cualquier dato de su identidad, que les tomen fotos si no es de espaldas o hablar ante la cámara. Toda precaución es poca cuando los combates están a unos quince kilómetros en una zona agrícola cerca de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania.

Militares ucranianos descansan antes de volver a la primera línea, en una zona agrícola cerca de Járkov, la segunda mayor ciudad de UcraniaEFE/Esteban Biba

«Estamos defendiendo a toda Europa para que los rusos no sigan por Polonia, los países bálticos o donde sea», asegura este militar de complexión fuerte, vestido con ropas de camuflaje, con su arma a la espalda.

EN PRIMERA LÍNEA

Hace de jefe del grupo, sin más detalles sobre su rango militar. Los rusos ocuparon la aldea hasta hace unos días, antes de que la liberaran los ucranianos, y cualquier detalle, por mínimo que parezca, puede poner en riesgo su seguridad.

Este militar ucraniano explica que esta zona cerca de Járkov es una en las que desde hace unos días las tropas rusas concentran su ofensiva, junto a otras como Odesa, Zaporiyia o el Donbás.

«Quieren limpiar el territorio ucraniano con su artillería», afirma con gesto serio.

En su caso, al estar cerca de la frontera rusa, señala que «los ocupantes» reciben apoyo con misiles desde Rusia, lo que complica la defensa a los ucranianos.

Además de ir al frente, al que volverán en cuanto lleguen a quienes deben dar el relevo, su labor incluye apoyar otras funciones como la desactivación de minas antipersona.

Por eso, alertan del peligro de salirse de los caminos, que ya están limpios, porque estas minas no explotan por contacto, sino al sentir vibraciones, como las ondas de un aparato electrónico, puede ser un teléfono móvil. Los agujeros en el terreno tras explotar algunas muestran su capacidad de hacer daño.

Además, vecinos que regresan a sus casas les cuentan que hay granadas que pueden explotar al abrir la puerta. Saben de varios heridos en la zona.

El «ENEMIGO»

Su principal cometido es liberar aldeas que estuvieron ocupadas por los rusos, a la vez que rechazar contraataques del «enemigo», que no parece estar muy motivado, según las palabras de este militar y las de varios compañeros.

El grupo de militares ucranianos dice haber detectado comunicaciones en las que soldados rusos comentan que no quieren seguir combatiendo, «pero sus oficiales les obligan».

«Se retiran porque tienen miedo al cuerpo a cuerpo» con los ucranianos, subraya. Un compañero le respalda a la vez que añade que han visto soldados rusos con cascos «de la Segunda Mundial».

Los rusos dejan en su retirada cuerpos de compañeros, señala, «porque salen corriendo y hasta abandonan las armas».

Las risas por estos comentarios apenas duran unos segundos, pues a continuación recuerdan historias que les cuentan los habitantes de aldeas que van liberando.

De personas mayores a las que pusieron de rodillas mientras las apuntaban con sus armas para ver si sacaban algo de información sobre las fuerzas ucranianas, recuerdan.

«Lo que quieren es aterrorizar a la gente, además de destruir nuestras infraestructuras», advierte el militar.

El grupo de soldados ucranianos declara haber capturado a varios militares rusos, pero igualmente prefiere evitar cualquier detalle sobre los prisioneros.

«GUARDIANES DE EUROPA»

Ahora están concentrados en precisar su artillería para contrarrestar la del enemigo, con un helicóptero de apoyo.

Tras comenzar la invasión el pasado 24 de febrero, «los rusos no pararán en Ucrania», insiste convencido del peligro para el resto de Europa, a la que agradece su ayuda de distinto tipo.

«Somos sus guardianes», repite un «marine» ucraniano.

Járkov, situada en el este de Ucrania cerca de la frontera con Rusia, tiene unos dos millones de habitantes en su área metropolitana, desde la que en ocasiones se escuchan a lo lejos explosiones en el frente de guerra.

El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha apuntado que los rusos intentan afianzar posiciones en zonas cercanas a la ciudad después de que las tropas ucranianas lograran expulsarlos de Járkov.

Luis Ángel Reglero, enviado especial