Yakarta, 16 nov (EFE).- Un barco con 146 rohinyás llegó la noche del miércoles al noroeste de Indonesia, un día después de que otras dos embarcaciones con casi 190 llegaran a la misma zona, informó hoy la ONG local Fundación Geutanyoe.

La ONG indicó en un comunicado que este tercer barco, en el que viajaban 47 hombres, 60 mujeres y 39 niños, arribó a la costa de la aldea Pasi Merandeh, en el distrito Pide de la provincia de Aceh, que acoge a numerosos miembros de esta perseguida minoría musulmana originaria de Birmania (Myanmar).

Los rohinyás arriesgan sus vidas en peligrosas e insalubres travesías oceánicas en un intento de huir de Birmania, donde sufren persecución, y de los campos de refugiados de Bangladés, donde son víctimas de un aumento de la criminalidad, las restricciones impuestas por las autoridades y la falta de esperanza.

El pasado martes, llegaron a la zona otras dos embarcaciones, con unas 151 y 36 personas, respectivamente, en la misma área en Aceh.

La Fundación Geutanyoe, que colabora con las autoridades locales en asuntos de emergencia, señaló el martes que los rohinyás partieron en una fecha no precisada desde Bangladés, donde un millón de ellos malvive en hacinados campos de refugiados.

A su llegada a Indonesia, estas personas son evaluadas por las autoridades para recopilar sus datos y examinar su estado de salud y después son enviadas a centros de acogida provisional.

En marzo, un total de 184 rohinyás, incluidos 70 mujeres y 20 niños, alcanzaron en barco las costas de la provincia de Aceh.

Cerca de 3.500 personas de esa etnia se embarcaron en 2022, en las peligrosas rutas marítimas del mar de Andamán y la bahía de Bengala y al menos 348 de ellas murieron o desaparecieron en esas travesías, según los datos de ACNUR.

El Ejército birmano lanzó en agosto de 2017 una campaña militar contra la población rohinyá en el norte del estado de Rakáin (Arakan), por la que el país se enfrenta a una acusación de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya.

El brutal operativo militar motivó el éxodo de más de 720.000 refugiados a la vecina Bangladés, donde continúan hacinados, junto a otros rohinyás que huyeron en anteriores oleadas de violencia.