Jerusalén, 12 jul (EFE).- La jornada de protestas de ayer contra la reforma judicial en Israel, en la que decenas de miles de personas se movilizaron por todo el país, se saldó con 120 detenidos y más de 13 personas heridas leves en choques con las fuerzas de seguridad, según informaron hoy los grupos organizadores de las movilizaciones.
Anoche, en varias ciudades se registraron las manifestaciones más multitudinarias del llamado «Día de Resistencia» contra el polémico plan que impulsa el Gobierno de Benjamin Netanyahu, en una jornada entera de cortes de carreteras, marchas a lo largo de todo el país y una gran protesta ante el Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv.
Las movilizaciones nocturnas se registraron en urbes como Haifa, Beersheva y Jerusalén, mientras que la protesta más multitudinaria que reunió a decenas de miles de personas fue en el centro de Tel Aviv, donde los manifestantes intentaron cortar la autopista que cruza por el centro de la ciudad, lo que provocó que la Policía interviniera para evitarlo usando también cañones de agua.
Durante el día, la Policía arrestó a decenas de personas acusadas de «violar el orden público», mientras colectivos antirreforma apelan a realizar acciones de desobediencia civil, aunque muchos manifestantes fueron liberados poco después de su detención.
Según sus detractores, la reforma judicial del Gobierno -el más derechista de la historia del país- acaba con la separación de poderes, resta competencias a la Justicia, quita atribuciones a la Corte Suprema y lleva a Israel hacia la autocracia.
Como parte del plan, la coalición logró la madrugada del martes, en primera lectura, en el Parlamento un proyecto de ley que acaba con la doctrina de razonabilidad, que permite al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales en base a si estas son razonables o no, uno de los pilares de la reforma judicial.
Mientras el Gobierno sigue dispuesto a avanzar en la tramitación de la reforma, los movimientos antirreforma persisten en las protesta masivas y militares reservistas alertan con que no se presentarán a las tareas de servicio en el Ejército en caso de llevarse adelante el plan.
Ante ello, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, advirtió ayer de que la amenaza de los reservistas de no presentarse a servicio «perjudica la seguridad de Israel» y beneficia a los enemigos del país.
«Hago un llamado a las figuras públicas de derecha e izquierda a que dejen la política fuera del Ejército», instó Gallant.