Sevilla, 25 abr (EFE).- Unas 500 personas, según los convocantes, han participado este jueves en una concentración organizada en Sevilla para pedir que no abra de nuevo la mina de Aznalcóllar, por las «catastróficas consecuencias ambientales» que se producirán si se vertiesen aguas tóxicas sin una correcta depuración en el río Guadalquivir acumuladas en la explotación.
Convocada por formaciones como Ecologistas en Acción o Greenpeace la concentración viene a recordar que se cumplen 26 años de la rotura de la balsa de la mina de la multinacional sueca Boliden en el citado municipio de Sevilla, que abrió una brecha de más de 50 metros en el muro de la balsa, provocando un vertido en la cuenca del río Guadiamar de unos seis millones de metros cúbicos de lodos muy contaminantes, destruyendo la vida animal y vegetal a su paso.
Los lodos llegaron a las puertas de Doñana, produciendo entonces el mayor desastre ecológico de España, recuerdan los convocantes.
En nombre de Ecologistas en Acción, Pepín Carbonell ha dicho a EFE que es muy importante «al menos» que se conozca la situación de la mina y los vertidos que podrán producirse con su apertura, aunque parar los plazos previstos «es complicado, porque es una estrategia desde Europa fomentar la minería de minerales estratégicos».
Ha destacado que la Junta de Andalucía «se lo ha tomado a pecho regulando temas ambientales, y es complicado luchar contra eso», aunque «hay que presionar y conseguir que la gente lo conozca».
En la concentración han participado sobre todo representantes de distintas organizaciones ecologistas de la provincia de Sevilla, así como de localidades gaditanas como Trebujena o Rota.
Además, ha intervenido el alcalde de Coria del Río (Sevilla), Modesto González (AxSí), como representante de uno de los municipios a los que afectarían los vertidos.
Los participantes exigen a la Junta de Andalucía que niegue la Autorización Ambiental Unificada a este proyecto y consideran «contradictorio» que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca haya firmado un dictamen ambiental positivo, pues según afirman, estas aguas contaminadas pondrán en peligro «actividades agrícolas y pesqueras».
Al respecto, las entidades firmantes de un manifiesto consideran que «parece que no se ha aprendido nada de aquella catástrofe anunciada varios años antes», sin que hasta la fecha haya informado el Consejo de Participación de Doñana ni se hayan pronunciado tampoco desde la Estación Biológica.