Una exposición examina la ciencia y la búsqueda de la belleza en la obra de Alphonse Mucha

Una exposición examina desde este miércoles y hasta el próximo 15 de octubre en el Palau Martorell de Barcelona la ciencia y la búsqueda de la belleza en la obra del artista checo Alphonse Mucha, máximo exponente del Art Nouveau, que recoge las investigaciones más recientes. EFE/Andreu Dalmau

Barcelona, 5 jul (EFE).- Una exposición examina desde este miércoles y hasta el próximo 15 de octubre en el Palau Martorell de Barcelona la ciencia y la búsqueda de la belleza en la obra del artista checo Alphonse Mucha, máximo exponente del Art Nouveau, que recoge las investigaciones más recientes.

Una exposición examina desde este miércoles y hasta el próximo 15 de octubre en el Palau Martorell de Barcelona la ciencia y la búsqueda de la belleza en la obra del artista checo Alphonse Mucha, máximo exponente del Art Nouveau, que recoge las investigaciones más recientes. EFE/Andreu Dalmau

Organizada en colaboración con la Fundación Mucha, la exposición, que ha sido comisariada por la especialista Tomoko Sato, muestra más de ochenta piezas, entre las que se incluyen sus famosos carteles dedicados a ‘la divina’ actriz Sarah Bernhardt y su paneles decorativos con mujeres elegantes de largos cabellos.

Una exposición examina desde este miércoles y hasta el próximo 15 de octubre en el Palau Martorell de Barcelona la ciencia y la búsqueda de la belleza en la obra del artista checo Alphonse Mucha, máximo exponente del Art Nouveau, que recoge las investigaciones más recientes. EFE/Andreu Dalmau

A pesar del fuerte impacto del estilo Mucha, «las ideas estéticas que subyacen a su desarrollo son menos conocidas», ha remarcado la comisaria, quien ha recordado que «el período de París, donde se convirtió en artista de publicidad, fue su laboratorio de pruebas, en el que no solo se basó en aspectos estéticos, sino también en consideraciones científicas al hilo de las nuevas teorías psicológicas de Freud».

En un primer apartado se analizan dos grupos de obras: los carteles para Sarah Bernhardt y los carteles publicitarios para productos comerciales en los que utiliza imágenes de bellas mujeres como iconos y vehículos de mensajes publicitarios.

El recorrido se inicia con «Gismonda» (1895), el primer cartel diseñado por Mucha para Bernhardt, a la que convirtió sobre el papel en una diosa bizantina, que sorprendió en las calles de París por su formato alargado, el uso de sutiles colores pastel y contornos elegantes.

Encantada con el éxito de este cartel, la famosa actriz ofreció a Mucha un contrato para realizar diseños de escenografía y vestuario y carteles para sus producciones teatrales, de los que se pueden ver ahora en Barcelona «La Dame aux Camélias» (1896), «Lorenzaccio» (1896) y «La Samaritaine» (1897).

Ese mismo éxito también le valió encargos de carteles publicitarios para marcas como JOB (papel de fumar), Lefèvre-Utile (galletas) y Waverley (bicicletas estadounidenses), ilustrados en la exposición por carteles, diseño de envoltorios, cajas de galletas y perfumes y diseño de portadas de revistas como «Les Maîtres de l’Affiche».

En el ecuador de la muestra se analiza la noción clásica de belleza que para Mucha era «el objetivo último del arte» que se alcanzaría a través de la armonía entre los contenidos internos (ideas, mensajes) y las formas externas.

El artista desarrolló una fórmula de diseño personal, un lenguaje propio para comunicar que, como ha indicado la comisaria, recurría a la imagen de una mujer combinada con flores y otros motivos decorativos derivados del arte popular checo, así como de diversas culturas exóticas.

Para Mucha, los paneles decorativos («panneaux décoratifs») que se pueden ver ahora en el Palau Martorell eran un medio ideal para hacer accesible el arte, carteles puramente decorativos a disposición del gran público.

En el mismo apartado se exhiben algunas de las fotografías que hizo de sus modelos, a modo de cuaderno de notas que complementaba sus bocetos y dibujos.

La exposición se cierra con el Mucha patriota, que se intensifica a partir del retorno a su país natal en 1910 para cumplir su sueño de trabajar por la libertad política que culminó con su monumental obra «La epopeya eslava» (1912-1926) y otras obras destinadas a inspirar la unidad espiritual de los pueblos eslavos.

En esta sección se exponen carteles para inspirar la solidaridad checo-eslava, así como su excepcional óleo «Canción de Bohemia», realizado en 1918, cuando su país obtuvo la independencia como Checoslovaquia tras la Primera Guerra Mundial.

En una proyección a gran escala se suceden imágenes digitales de los 20 lienzos que forman «La epopeya eslava», proyecto patrocinado por el empresario y filántropo de Chicago Charles Richard Crane en el que Mucha presenta la historia del pueblo eslavo.

Marcus Mucha, biznieto del artista, ha explicado en la presentación que «cuando los nazis ocuparon Checoslovaquia, la Gestapo detuvo a Alphonse por ser el artista más representativo del país, por pertenecer a la logia masónica y por vínculos familiares judíos, y aunque quedó en libertad a los pocos días, murió poco después a consecuencia de la neumonía que había contraído. Su entierro se convirtió en un acto de homenaje masivo».

Su biznieto ha añadido que, «aunque se ha avanzado mucho en el conocimiento de Mucha desde la última exposición que hubo en España en 2008, en estos quince años se han descubierto nuevas creaciones y documentos, algo que seguirá, pues tan solo se ha investigado poco más del 50% de su archivo». EFE

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