Susana Rodríguez
Madrid, 3 mar (EFE).- Obras de los grandes artistas españoles de finales del siglo XIX y principios del XX, desde Picasso, Miró, Dalí o Sorolla hasta Saura, Barceló y Tàpies, estarán a la venta la próxima semana en Standarte, la feria del arte moderno y las vanguardias históricas que orbita alrededor de Arco.
«Arco es la cabeza tractora que ha hecho posible la Semana del Arte de Madrid», coinciden los expertos que promueven la II edición de Standarte, que se celebrará en el Palacio de Linares de Madrid, sede de la Casa de América, del 5 al 10 de marzo.
A diferencia de Arco y otras ferias satélites que giran en torno al arte contemporáneo, Standarte fija la mirada en los artistas de las vanguardias clásicas, principalmente españoles, pero también internacionales como Andy Warhol o Marc Chagall. Incluye, además, una selección de piezas de arte antiguo.
«Lo que los visitantes pueden encontrar aquí son obras de artistas consagrados y mundialmente reconocidos. Es lo que más se mueve en el mercado internacional del arte», explica la organizadora de la feria, Mercè Camps.
Obras con una historia detrás
Algunas de las más de 150 obras que se mostrarán en la feria esconden una historia propia, desvela Camps a EFE en la semana previa a su apertura.
Es el caso de una pieza milenaria que refleja el vínculo entre el arte clásico y las vanguardias: un retrato en mármol del emperador romano Antonino Pío.
Esta obra arqueológica perteneció a la colección particular de Andy Warhol, como acreditan dos fotografías tomadas en Nueva York en 1985, donde el artista posa con la escultura en la Fourth Factory, su último estudio en Manhattan.
El busto, valorado en 380.000 euros, llega a Standarte de la mano de la galería barcelonesa J. Bagot, que la expondrá en su estand junto a las estampas que reflejan la pasión del padre del pop-art por el mundo clásico.
Un Sorolla de 1920 de la Galería Roger Viñuela de Barcelona nos narra otra historia: en el jardín de su palacete madrileño, hoy sede del Museo Sorolla, el artista más influyente del impresionismo español pintó varios lienzos de flores, pero el cuadro que se expondrá en la feria, ‘Rosas blancas’, es el único que se puede comprar. El resto de la colección está repartido por museos y fundaciones, aclara Mercè Camps.
También con este óleo viaja a Madrid una fotografía que acredita la relación entre obra y artista: en ella aparece Sorolla pintando rosas, rodeado de una vegetación exhuberante y bajo una gran sombrilla.
Otra obra más, en este caso una acuarela de Joan Miró, demostrará a los visitantes que los artistas también pueden tener una vertiente solidaria.
Miró donó en vida esta pieza sin título de 1962 para una subasta benéfica organizada por la galerista y editora francesa Yvonne Zervos.
Tàpies, en un museo y en una feria por su centenario
Los organizadores de la feria, por contrato, no pueden hacer público el coste de exponer en la Casa de América. Pese a la falta de cifras oficiales, es indiscutible que las nueve galerías participantes (de Barcelona, Madrid y Valencia) deben hacer una cuantiosa inversión, teniendo en cuenta que afrontan el pago del traslado de las obras, el seguro y el alquiler del espacio.
El galerista Jordi Pascual, que asume este reto profesional y económico, participa por partida doble en Standarte. Especializado en las vanguardias históricas y de posguerra, llevará a un estand obras de Dalí, Picasso, Miró, Saura, Barceló, Valdés, Feito, Sicilia o Millares, habituales en su sala de Barcelona.
Pero este apasionado del arte moderno ha ido más lejos y ha decidido reservar un segundo espacio exclusivo para la obra de Antoni Tàpies, coincidiendo con el centenario de su nacimiento.
«Los visitantes que acudan a la exposición del Reina Sofía podrán disfrutar de obras monumentales, piezas de grandes dimensiones como corresponde a un museo. De forma paralela, en Standarte podrán contemplar cuadros que, por su tamaño, sí pueden ponerse en la pared de una casa», explica a EFE.
Estas obras, a diferencia de las de un museo, se pueden comprar, pero a precios por lo general solo aptos para coleccionistas e inversores.
La veintena de cuadros de Tàpies a la venta oscilan entre los 30.000 y los 350.000 euros. Los supera en precio un lienzo de Joan Miró de750.000 euros, la pieza más cara que trae Pascual a Standarte.
«No nos engañemos -reconoce-, cuanto más importante es la pintura, menos clientes hay. Pero es que no se trata solo de vender. Nuestro propósito es que la gente disfrute del arte y que el arte llegue a todos».
Obras de Chagall y una tauromaquia de Picasso en tinta sobre papel son otros de los tesoros que este galerista colgará en el Palacio de Linares en su doble apuesta para Standarte.
París, Londres, Basilea… y Madrid
Organizadores y galeristas reconocen a Madrid como gran plaza del arte contemporáneo a nivel europeo.
«Madrid lleva muchos años haciéndolo bien. Al tener Arco y todo este tipo de ferias consolidadas es normal la ciudad atraiga nuevos coleccionistas», considera Mercè Camps, quien reconoce que su ciudad, Barcelona, no acoge actualmente grandes ferias de arte que la sitúen al mismo nivel, aunque confía en que las perspectivas mejoren.
«Madrid se está convirtiendo en un puntal en el mundo del arte europeo», añade Jordi Pascual. Lamenta que en Barcelona, «pese a ser una ciudad cosmopolita y cuna de artistas», la apuesta institucional por el arte «haya ido aflojando».
Pero estos galeristas no aflojan. Desde el sábado trabajan a ritmo frenético en el majestuoso Palacio de Linares para que el próximo martes, a las 7 de la tarde, Standarte pueda abrir sus puertas en su nuevo emplazamiento junto a la Plaza de Cibeles y a un paso del Triángulo del Arte, el gran conjunto museístico de Madrid. EFE