Vucic responsabiliza a Kosovo de la falta de avances en el proceso de normalización

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, el pasado día 11 en Macedonia del Norte. EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI

Bruselas, 14 sep (EFE).- El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró este jueves que Serbia y Kosovo «corren el riesgo de quedarse atrás» en su camino hacia la UE si no normalizan su relación, en un momento en el que Bruselas ha acelerado el proceso de ampliación.

«Kosovo y Serbia corren el riesgo de quedarse atrás cuando otros socios regionales avanzan más rápidamente hacia la UE», dijo Borrell en una declaración sin preguntas ante la prensa, tras reunirse en Bruselas con el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro kosovar, Albin Kurti, en un encuentro que terminó sin acuerdo.

«Esto es particularmente preocupante en un momento en el que la UE está claramente avanzando hacia la ampliación», continuó el jefe de la diplomacia europea, tras el debate que ha abierto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de aceptar a nuevos países en 2030.

Borrell mantuvo primero encuentros por separado con Vucic y Kurti y después reunió a ambos líderes en una misma sala para intentar que cerrasen un pacto que permitiese avanzar a Serbia y Kosovo en el acuerdo de normalización que firmaron el pasado febrero.

Sin embargo, responsabilizó a Kurti de la falta de acuerdo, al no haber aceptado establecer la Asociación de Municipios serbios en el norte de Kosovo, al mismo tiempo que Belgrado se comprometía a no impedir la entrada de Kosovo en instituciones internacionales.

Una propuesta que, según Borrell, Vucic sí aceptó.

Las tensiones entre Serbia y Kosovo aumentaron a finales de mayo tras la celebración de las elecciones en cuatro municipios del norte de Kosovo, boicoteadas por los serbokosovares.

Las protestas de los serbios de Kosovo a que los alcaldes albanokosovares ocupasen sus puestos terminaron con enfrentamientos violentos entre manifestantes serbios con las fuerzas de KFOR de la OTAN, en las que 93 soldados resultaron heridos.

Desde entonces, Bruselas y Estados Unidos han pedido a ambas partes que se vuelvan a celebrar las elecciones, aunque la falta de avances llevó a la UE a aplicar sanciones financieras contra Kosovo.

Por ahora, el Gobierno kosovar se ha comprometido a no emprender acciones que puedan agravar la situación y reducir en un 25 % la presencia de la policía especial dentro y alrededor de los edificios de ayuntamientos de los cuatro municipios del norte poblados por serbios.