Wim Mertens: “Me gustaría que mi música refleje la época en la que vivo”

El aclamado compositor belga Wim Mertens recala en España con el espectáculo 'Wim Mertens Winds', en el que el músico se rodea de un cuarteto de viento para tocar algunos de los grandes éxitos de su carrera de más de cuarenta años y presentar su próximo trabajo, 'Voice of the living', en el que reflexiona sobre los conflictos con la intención de "reflejar" la época en la que vive. EFE/Javier Cebollada

Inés Escario

El aclamado compositor belga Wim Mertens recala en España con el espectáculo 'Wim Mertens Winds', en el que el músico se rodea de un cuarteto de viento para tocar algunos de los grandes éxitos de su carrera de más de cuarenta años y presentar su próximo trabajo, 'Voice of the living', en el que reflexiona sobre los conflictos con la intención de "reflejar" la época en la que vive. EFE/Javier Cebollada

Zaragoza, 23 may (EFE).- El aclamado compositor belga Wim Mertens regresa a España con dos únicas paradas, Zaragoza y Madrid, con un espectáculo en el que hace un pequeño repaso de sus grandes éxitos y presenta su nuevo trabajo, ‘Voice of the Living’, con la determinación de reflejar con su música la época en la que vive.

El pianista, que este martes recalará en el Teatro La Latina de la capital y que el lunes lo hizo en el Principal de Zaragoza, cuenta a EFE en una entrevista en su estancia en la capital aragonesa que siempre ha tenido la ambición de “no de crear una música que esté dominada por la forma tradicional», sino de que sea lo más cercana posible a su época.

Su nuevo disco, ‘Voice of the Living’, fue un encargo de la Cancillería del Primer Ministro belga como parte de la conmemoración de la I Guerra Mundial, aunque Mertens, que lanzó el primer single del álbum el 24 de febrero de 2023, primer aniversario de la guerra en Ucrania, ve estos conflictos como un “fenómeno universal”.

“Es nuestra obligación rendir homenaje no solamente a las víctimas de 1918, sino a las de lo que sucede hoy en Europa o en otros lugares del mundo”, explica el compositor, que dedica su música a “las personas que están vivas y que pueden atestiguar lo que les sucedió a aquellos que ya no lo están, soldados y civiles que murieron”.

Para el músico, que en sus espectáculos toca el piano y canta, a las personas “nos queda la voz”: “Cada uno encuentra su propia voz, y ese es el objetivo de la vida”.

“Mi propia generación vive en una época en la que no había conflictos tan próximos, nos creíamos protegidos, pero hemos llegado a una situación bastante compleja”, explica el pianista, que en su música busca “también el conflicto”, por lo que confiesa que a menudo tiene la impresión de que “el combate se convierte en el factor dominante”.

Como relata Mertens, después de un largo periodo acompañado por cuerdas, en los conciertos que ha traído a España bajo el nombre de ‘Wim Mertens Winds’ vuelve a recurrir a los vientos con un cuarteto de “excelentes músicos belgas”: Simon Diricq (saxofones), Serge Rigamount (trompeta y corneta), Anthony Devriendt (trompa) y Lode Smeets (trombón).

Entre los temas a los que pondrán música, Mertens destaca algunos como ‘Angles and dangles’, inspirado en los movimientos que hacen los submarinos antes de zarpar y que está escrito en un compás de 3/4, como si fuera un vals. O ‘On the zephyrous peak’, que muestra una contradicción, pues el céfiro es un viento suave y agradable pero que en una situación de guerra “hace daño”.

En la entrevista, el compositor toma el disco para centrarse en la carátula, de cuatro cuadrantes con cuatro imágenes de la Primera Guerra Mundial. Su elección no es casualidad, tampoco el orden, explica.

“Yo veo una analogía de los cuatro elementos con los cuatro grupos de instrumentos tradicionales: el arpa, las cuerdas, los vientos y la percusión”, señala.

La tierra, que aparece en primer lugar en forma de trincheras embarradas sería la pesada arpa; a continuación el agua, sobre la que se deslizan las cuerdas; le sigue el aire, con la presión de los disparos y, para él, el viento; y concluye con el fuego, la percusión, como dos piedras que producen chispas al chocar.

El músico belga, que ha viajado por todo el mundo con su piano y su voz acompañado de diferentes formatos, sigue fascinado por cómo la música escrita “puede tener cada vez un nuevo tipo de impacto en un público que no está especializado y que no comprende los mecanismos de la música, pero que se acerca a ellos”. “Eso es un privilegio”, concluye.

Su próximo objetivo es tocar el réquiem de guerra ‘Voice of the Living’ con una orquesta sinfónica. Las partituras están listas, advierte, y ahora solo le falta reunir a los más de setenta músicos que requiere el proyecto, “como un ejército”.