Turner, el pintor de la luz, recala en Barcelona con una exposición inmersiva

Un centenar de pinturas, acuarelas, dibujos y grabados del pintor británico Joseph Mallord William Turner (1775-1851), considerado el mejor paisajista del período romántico, se exhiben desde hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) dentro de la exposición "Turner.La luz es color". EFE/Andreu Dalmau

Barcelona, 19 may (EFE).- Considerado como el mejor paisajista del período romántico por su dominio de la luz, el color y la atmósfera, Joseph Mallord William Turner (1771-1851) prefería, sin embargo, pintar en su estudio a partir de dibujos, bocetos y acuarelas tomados al aire libre, como puede verse en una «inmersiva» exposición en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

Un centenar de pinturas, acuarelas, dibujos y grabados del pintor británico Joseph Mallord William Turner (1775-1851), considerado el mejor paisajista del período romántico, se exhiben desde hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) dentro de la exposición "Turner.La luz es color". EFE/Andreu Dalmau

«Turner. La luz es color» es un proyecto que el MNAC produce junto con la Tate, comisariado por el antiguo conservador jefe de Arte Histórico Británico de la institución, David Blayney Brown, y que incluye un centenar de piezas, entre pinturas, acuarelas, dibujos y grabados, procedentes del legado personal del artista, que donó al morir al gobierno británico.

Un centenar de pinturas, acuarelas, dibujos y grabados del pintor británico Joseph Mallord William Turner (1775-1851), considerado el mejor paisajista del período romántico, se exhiben desde hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) dentro de la exposición "Turner.La luz es color". EFE/Andreu Dalmau

Brown ha explicado este jueves en rueda de prensa que no es habitual mezclar en una misma exhibición los óleos acabados del pintor con sus esbozos, que él nunca pensó en mostrar, y que le servían tanto para experimentar como para «recordar lo que veía, desde un paisaje, a unas olas rompiéndose o una gran tormenta».

Estos apuntes podían permanecer años guardados en un cajón de su estudio, hasta que un día decidía una composición y los utilizaba, como puede verse con una acuarela sobre la francesa Grenoble, que hizo en 1802, aunque no terminó el cuadro basado en la misma hasta 1820.

En otro caso, el cuadro «La caída de una avalancha en los Grisones», expuesto en 1810, proviene de unos esbozos que tomó en el verano suizo de 1802, recreando un alud, que según Brown, nunca presenció.

Brown ha argumentado que este lienzo, además de por su calidad artística, sirve de ejemplo para mostrar «la imaginación y la capacidad de síntesis de Turner», a partir de sus propios bocetos.

Siempre estuvo interesado, según el comisario, en el paisaje, la naturaleza y «en el efecto que tiene la luz, los juegos de sombras que crea, cómo puede aniquilar las formas», sin que se pueda decir que fuera un pintor abstracto.

A su juicio, lo que marca la abstracción es «la eliminación de significado, pero la obra de Turner está llena de emociones», aunque no ha rehusado que sus bocetos y acuarelas pueden llevar al público a verlo como alguien «avanzado a su tiempo».

En todo caso, ha subrayado David Blayney Brown, se trata del «pintor que quiere transmitir los elementos de la naturaleza y el gran pintor de la luz».

La exposición del MNAC, que podrá verse hasta el próximo 11 de septiembre, se distribuye en siete ámbitos temáticos, y sigue el desarrollo de sus composiciones, a partir de los primeros esbozos y hasta las acuarelas, óleos y grabados finales.

Antes de morir, se dice que Turner afirmó que «el sol es Dios», un elemento que fue central en su obra, su tema más representado y «el más bello de los seres», según dejó sentado.