Madrid, 31 may (EFE).- PHotoESPAÑA 2022 reivindica la relevancia histórica y la vigencia de la fotografía de estilo documental con «Sculpting Reality», un proyecto que recorre un siglo del género a partir de dos exposiciones, medio millar de imágenes y una treintena de sus más importantes creadores.
Walker Evans (1903-1975), padre del género y su figura central, se codea en la exposición junto a otros nombres fundamentales como Henri Cartier-Bresson, Robert Frank, Garry Winogrand, Lee Friedlander, Helen Levitt, Joel Meyerowitz, Susan Meiselas, Edward Ruscha o los españoles Bleda y Rosa.
Todas las imágenes pertenecen a la Colección Per amor a l'Art de Bombas Gens (Valencia), que cuenta con el asesoramiento de Vicente Todolí, exdirector de la Tate Modern y comisario del proyecto junto a Sandra Guimarães.
Las dos exposiciones se pueden ver hasta la primera semana de septiembre en el Círculo de Bellas Artes y Casa de América en Madrid, y son el proyecto más importante de PHotoESPAÑA este año, que celebra su 25 aniversario y arranca mañana de manera oficial.
¿QUÉ ES LA FOTOGRAFÍA DOCUMENTAL?
«El arte nunca es un documento, pero puede adoptar su estilo». Así definía Walker Evans este nuevo género que fundó y que compartía elementos con el fotoperiodismo, pero tenía vocación inequívocamente artística.
«Walker Evans fue el primero en hacer el tránsito de la fotografía al arte conceptual», ha argumentado Todolí.
El fotógrafo norteamericano cuenta en «Sculpting Realities» con algunas imágenes de su mítico libro y exposición «American Photographs», la primera dedicada a un fotógrafo en solitario en el MOMA (1939), con la que retrató un Estados Unidos en plena transformación.
Todas las fotografías incluidas en la exposición se exhiben en series o en libros, porque lo importante para estos nuevos fotógrafos no era lo que fotografían sino cómo lo hacían. Evans, por ejemplo, se sentía más cercano al trabajo de escritor que al de fotoperiodista.
«Estos fotógrafos no hacen imágenes para que se exhiban en una pared en solitario», ha argumentado el comisario.
Esa peculiar manera de contar las cosas se aprecia de manera especial en los cuatro icónicos portofolios de Walker Evans, Manuel Álvaro Bravo, Garry Winogrand y Free Friedlander para Double Elephant Press (en Casa de América).
Winogrand capta a Marilyn Monroe en la mítica escena de «La tentación vive arriba» sujetándose la falda o en Andy Warhol en una fiesta, mientras que Robert Frank, Helen Levitt y Louis Faurer se fijan en la vida de la calle.
Al principio la fotografía documental estuvo marcada por el blanco y negro, pero más adelante aparecen maravillosos ejemplos a todo color, como «Rodeo Drive» (1984), una serie de Anthony Hernandez que retrata a los transeúntes de la calle de Beverly Hills poniendo de relieve cuestiones como la división racial o la desigualdad de clases.
NO SOLO UN ESPEJO
Esta serie revela una cuestión clave de la fotografía de estilo documental: su objetivo no es tanto reflejar la realidad como poner de relieve cuestiones socio políticas como pueden ser las migraciones, el poscolonialismo, los derechos de la mujer o las consecuencias del capitalismo.
Todas ellas están presentes en las dos exposiciones, pero especialmente en la del Círculo de Bellas Artes, donde se han reunido a un gran número de autores. El primer apartado está dedicado a las imágenes tomadas por grandes autores en España: Henri Cartier Bresson en Alicante, Robert Frank en el barrio del Cabanyal (Valencia) o la visita a Málaga de los sesenta de Joel Meyerowitz.
Junto a ellas, se pueden encontrar un conjunto de variadas obras que permite apreciar las mil y un formas que adopta el género y que tienen ejemplos tan alejados como los espacios abandonados de Bleda y Rosa, los solitarios edificios de Bernd y Hilla Becher o el retrato de la Sudáfrica del Apartheid de Jürgen Schadeberg.
En «Sculpting Reality» también se pueden descubrir el trabajo de autores menos conocidos como Ricardo Rangel, Yto Barrada, Humberto Rivas o Luigi Ghirri.