El pasado viernes, 2 de junio, en la Casa del Libro del Centro Comercial Tres Aguas de Alcorcón, tuvo lugar la presentación de El fuego y la noche, primera novela del joven escritor madrileño Justo Zamarro.
El acto, que tuvo el inestimable apoyo y acogida de gerencia y personal de la Casa del Libro de Alcorcón, contó con la presencia de más de una veintena de asistentes entre lectores interesados, amigos, familiares y medios de comunicación.
La presentación corrió a cargo de Aurora Moreno, Periodista y Master en Relaciones Internacionales, quien actualmente dirige las labores de comunicación de IBVM- Fundación Mary Ward. El evento se desarrolló de una forma interesante y a la vez distendida, mediante una amena conversación entre la periodista y Justo Zamarro, el escritor, que permitió a los asistentes, además, ser partícipes directos del contenido de la novela escuchando varios fragmentos de la misma.
“El fuego y la noche”: una presentación interesante y entrañable
Tras el saludo inicial y el agradecimiento a los asistentes, Aurora Moreno destacó la trayectoria académica y profesional de Justo Zamarro: “Estudió en España Historia y Periodismo. Después estuvo viviendo en Italia y luego en Viena, donde lleva 12 años ejerciendo como Profesor de Historia y de Español. Allí ha cumplido uno de sus sueños: publicar su primera novela. Ha sido un trabajo duro y le agradecemos que haya venido a Alcorcón en un viaje relámpago de fin de semana y poder contar con él”.
A continuación, Justo manifestó diversos agradecimientos al público asistente y a los colaboradores de su proyecto: “El objetivo es pasar un buen rato y que conozcáis un poco más el fruto de mi primer trabajo publicado, que no el primero realizado”, añadió.
El fuego y la noche es una novela que tiene muchas sorpresas, muchos niveles de lectura y donde nos encontramos el desencanto de un joven que está un poco perdido e incluso en un momento se le llama “anti héroe”, quien busca su sitio y termina por encontrarlo en los bares liberales de Madrid. Un mundo muy desconocido y en el que el escritor nos adentra de una forma sorprendente y muy bien narrada. En compañía del protagonista, los lectores van viviendo una historia que les va “atrapando” y hace que le vayan conociendo y comprendiendo mejor. Una novela que invita a su lectura y donde hay mucho por descubrir.
“Este es un retrato de la sociedad actual donde Madrid está muy presente. Es un cuadro de la crisis vista desde el punto de vista de una persona que, a priori, no la sufre, porque tiene su trabajo y su casa.¿Por qué decidiste hablar de este tema?”, preguntó Aurora.
“Efectivamente, hablar de la crisis es un tema un poco manido y sobre el que el lector ya no tiene interés. Sin embargo, me interesó hablar de la crisis como telón de fondo, como un marco de circunstancias donde mi personaje David Larós, comercial inmobiliario con una relación directa con la burbuja inmobiliaria, me pareció perfecto para enmarcar esta historia. En realidad la historia no habla solo de la crisis, tiene muchas más tramas y muchos más temas donde todo gira en torno a una pregunta: ¿cómo le afecta la crisis a alguien a quien no le debería afectar, como a David Larós? Esta visión no ha sido comentada en los medios de comunicación. Al final, resulta que sí que le afectaba y, en esta especie de vacío o frustración interior, en esta búsqueda de ilusión, acaba buscando una especie de consuelo en una serie de aventuras nocturnas de mucho calado sexual y erótico”, argumentó Justo Zamarro quien, además, aclaró simpáticamente que: “En esta historia yo soy el autor, pero no tengo más responsabilidades”.
“¿Por qué decidiste darle al personaje esta salida de los bares liberales?”, continuó Aurora.
“Siempre es un poco complicado. Cuando uno escribe una novela, se da en él una dualidad: hay una parte de la historia que se va fraguando en el inconsciente. Yo sabía dónde quería llevar a mi personaje y conocía el marco general, pero me faltaba algo a nivel técnico. Que el personaje se fuera a discotecas a ligar como un poseso no era suficiente, me parecía muy poco, algo simple y manido. Me faltaba una vía de escape para David Larós. Un día, leyendo un artículo sobre bares liberales en un periódico, en medio de la crisis, me pareció muy curioso y llamativo que la responsable de un local dijera: “Desde que está la crisis vienen menos clientes pero, lo que vienen, practican sexo con más alegría. Esta idea la fui trabajando en mi subconsciente y dije: claro, mi personaje tiene que venirse aquí y, a partir de ahí, empecé a documentarme y a estructurar la idea de esta manera. David Larós lleva una vida muy independiente y ajustada a sí mismo, a sus propias necesidades y muy egoísta; darle este punto contrario me pareció casi divertido: mi personaje se mete en estas situaciones sexuales, aunque no haga nada muchas veces, se queda mirando el exhibicionismo, el poco pudor y la desinhibición más absoluta de la que luego en su vida diaria él no es capaz de participar. Esta situación paradójica me parecía fascinante”.
“La novela nos muestra ambientes de los que apenas conocemos nada, o no se habla mucho de ellos abiertamente, y me llama la atención cómo fue ese proceso de documentación del que hablas”, preguntóAurora.
“Lo bueno de ser escritor es que uno tiene la excusa perfecta para meterse en problemas y buscar cosas. Como primera fuente de conocimiento me apoyé en Internet y luego hubo una visita a algún bar de este tipo. A través del proceso de documentación de esta novela he tenido la fortuna de aproximarme a un ambiente y hablar con gente con la que no hubiera hablado si no hubiera existido esta novela o este proyecto”.
“Me ha sorprendido mucho que escribas todo en primera persona, que es muy difícil técnicamente y porque parece que hay algo de ti en el personaje. ¿Qué hay de ti en David Larós?”, cuestionó Aurora.
“Bueno, qué hay y qué no hay siempre es complicado y, efectivamente, escribir en primera persona es difícil, a nivel técnico tiene muchas dificultades. Cuando uno escribe en primera persona, tiene que justificarlo todo, no hay un narrador en tercera persona que te va explicando. Con respecto a qué hay de mí en el personaje, no solo en el principal, sino que en todos los personajes secundarios siempre hay algo de uno. Lo que tú escribes ha pasado por ti: porque te lo ha contado alguien, porque te has documentado, cosas que se te han ido quedando ahí y tú sirves de filtro para seleccionar estos materiales, los que te sirven y los que no te sirven. David Larós odia particularmente los años 80 y yo, sin poner esa época a parir, alguna opinión de ese tipo comparto, como también le he prestado alguna opinión política. El tono de David Larós, sin embargo, no es el mío: yo soy una persona un poco más alegre y abierta”.
Los personajes secundarios de El fuego y la noche cobran una fuerza muy particular
Durante la conversación, se habló de la variedad de los personajes secundarios, quienes tienen mucha fuerza en la novela de Justo Zamarro, desde los que cumplen una misión visible hasta aquellos a quienes el escritor no dudó en calificar como “besugos”. Además, se habló de la importancia de los personajes ausentes, de los que el autor da pinceladas en su novela; tal es el caso del padre de David Larós, clave en todo el acontecer de la novela y en la propia vida del mismo. Un puzle de presencias y ausencias sobre el que Justo manifestó: “Todos vivimos así, creemos que vivimos con la gente que tenemos alrededor, pero es mentira: no solo vivimos con la gente que vemos cotidianamente, sino que en nuestra cabeza estamos conviviendo con gente que también estuvo, que nos contó cosas y nos marcaron. Entonces nos damos cuenta de que, si tuviéramos que hacer una lista de los personajes de nuestra vida, tendríamos que dividir entre los del plano real y aquellos que están en modo latente. Es lo que pasa en mi novela”, argumentó Zamarro. “El padre de David Larós está presente mediante los comentarios machistas que han formado parte de su educación y que han estado ahí y juegan un papel muy determinante en su forma de ser. Además de los personajes, a modo de objetos curiosos cabe destacar el papel que juegan los taxis: si algo tiene de característico Madrid y la noche de Madrid son los taxis, con más de quince mil, una de las ciudades que más tiene de Europa”, añadió.
Además, el escritor argumentó que cuando uno escribe una historia, esta no le pertenece al autor, sino al escritor. “Con la literatura pasa como con la música, aunque no tanto, porque tiene más material escrito: está abierta a posibles interpretaciones y lecturas”, comentó Justo.
Antes de concluir el acto, la presentadora y el autor también compartieron impresiones sobre la elección del autor de ubicar la novela en la zona Sur de Madrid: “Siendo de Alcorcón y habiéndome criado aquí, el Sur de Madrid tenía que estar presente, indudablemente. Lo que para la gente resulta ser muy común o muy rutinario, es tan factible de convertirse en literatura como un viaje a Tokio en busca de un manuscrito perdido. De esta manera, cualquier material es carne de cañón de literatura, solo hay que intentar trabajarlo. Es una de las funciones de la literatura: poner sobre el papel lo que pasa desapercibido a los ojos”, argumentó.
Tras la presentación, y antes de la firma de ejemplares, varios de los asistentes realizaron preguntas al auto, tanto sobre la obra como acerca el personaje y del propio escritor. Justo Zamarro está ya preparando su segunda novela, ambientada entre la Viena de la Segunda Guerra Mundial y la época actual. “Como dice Vargas Llosa, para escapar de la tela de araña de una novela, hay que empezar a escribir la siguiente”, concluyó.