Huelva, 10 ago (EFE).- WWF considera que la situación de Santa Olalla, la principal laguna de Doñana, que por primera vez en su historia se ha secado dos años consecutivos, demuestra que este espacio natural «está viviendo probablemente el peor momento de su historia».
En declaraciones a EFE, el coordinador de la Oficina Técnica de WWF en Doñana, Juanjo Carmona, ha precisamente que «la situación del acuífero, declarado además en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo, es decir, sobreexplotado, es sencillamente lamentable».
«Un acuífero que ha permitido durante generaciones beber y hacer agricultura en Doñana, que a día de hoy demuestra que no puede soportar si quiera ni el llenado de las lagunas que tradicionalmente ha hecho a lo largo de la historia, como Santa Olalla o la Laguna Dulce», ha apuntado.
Pero además, ha añadido, «hay que señalar una cosa importante, Santa Olalla, cuyo secado lo hemos podido ver a través de las cámaras día a día, es solamente el último eslabón de una cadena más desconocida, que ha sido la pérdida paulatina de miles de cuerpos de agua en Doñana, cientos de lagunas que se han perdido en las últimas décadas y que demuestran la mala gestión que se está haciendo del acuífero en Doñana en estos años».
«Anualmente se riegan más de 1.000 hectáreas ilegales en Doñana, algo que es una vergüenza internacional, se mire por donde se mire, en una situación como la que tiene el acuífero», ha señalado.
Una situación que, además, de a las lagunas, «está produciendo cambios en la vegetación. Se pierde vegetación de manera paulatina, que requiere más agua, y esos espacios son ocupados por especies con menos requerimiento».
«Doñana no se extinguirá, antes lo hará la agricultura de la zona, sencillamente habrá cambiado, pero habremos perdido en ese trayecto cientos de especies únicas y que no encontrarán refugios en otros lugares», ha apuntado.
Todo ello, en opinión de Carmona, es «una tragedia que está sucediendo hoy, ante nuestros ojos, y que por diversos factores no somos capaces de parar».
«Básicamente falta de voluntad política por parte de la Junta de Andalucía, un aumento por encima de los límites de los regadíos en la comarca, de los usos del agua en la comarca, pero además agravado por un riesgo ilegal de más de 1.000 hectáreas con carácter anual y sin que la Administración andaluza no solamente no haga nada por impedirlo, sino que pone en marcha medidas totalmente contrarias a esto, como puede ser la ley anti- Doñana», ha explicado.
