Manila, 21 sep (EFE).- Centenares de filipinos acusaron este jueves al presidente Ferdinand Marcos Jr. de llevar a cabo una «caza de brujas» contra defensores de derechos humanos, en unas protestas con motivo del 51 aniversario de la imposición de la Ley Marcial por su padre, el fallecido dictador homónimo.
Los manifestantes, con pancartas contra Marcos Jr. y su predecesor, Rodrigo Duterte, urgieron en la capital filipina a la liberación de víctimas de desapariciones forzosas y pidieron la abolición de una fuerza anti-comunista establecida por el anterior dirigente, acusada de utilizarse contra críticos del Gobierno.
El grupo de derechos humanos Karapatan acusó también al Ejecutivo de Marcos Jr. de escudarse en ella para emprender «cazas de brujas contra activistas, defensores de derechos humanos y disidentes», así como de permitir al Ejército «perpetuar reminiscencias de la represión de la era de la Ley Marcial», dice el diario Phil Star Global.
Precisamente, dos activistas medioambientales en la veintena supuestamente retenidas por el Ejército filipino desde el 2 de septiembre, cuando desaparecieron cerca de la capital, Manila, fueron liberadas el martes por la noche, recoge la prensa local.
Filipinas vivió protestas en varias ciudades el pasado año, con motivo entonces del 50 aniversario de la Ley Marcial, un régimen de restricción de libertades decretado por el fallecido dictador Ferdinand Marcos, padre del actual presidente «Bongbong» Marcos.
Durante la aplicación de la Ley Marcial, que entró en vigor el 21 de septiembre de 1972 y duró 11 años, unas 3.257 personas fueron asesinadas, más de 35.000 torturadas y más de 70.000 fueron detenidas sin garantías civiles.
La Ley Marcial impuesta por Marcos padre, que duró hasta 1981, supuso la supresión de la Constitución hasta entonces vigente, un silenciamiento brutal de la prensa y la persecución de la oposición política fue detenida.
El dirigente actual, Marcos Jr., justificó el pasado año en una entrevista la imposición de la Ley Marcial hace medio siglo, aduciendo que Filipinas «se enfrentaba a dos guerras» en la época de su padre: la insurgencia comunista y los separatistas de Mindanao (sur del archipiélago).