Con ilusión y tranquilidad han comenzado a recibir las vacunas contra la covid-19 los madrileños de entre 50 y 55 años, que en muchos casos se han sorprendido por haber recibido tan pronto la cita para inocularse la primera dosis del fármaco que, según confían, les devolverá poco a poco a la verdadera normalidad.
Con ilusión y tranquilidad han comenzado a recibir las vacunas contra la covid-19 los madrileños de entre 50 y 55 años, que en muchos casos se han sorprendido por haber recibido tan pronto la cita para inocularse la primera dosis del fármaco que, según confían, les devolverá poco a poco a la verdadera normalidad.
Desde primera hora de la mañana el hospital Severo Ochoa de Leganés ha ido recibiendo a los primeros ciudadanos de 50 y 51 años que han sido citados por el Servicio Madrileño de Salud para recibir la primera dosis de Pzifer o Moderna.
Este lunes ha comenzado en los hospitales públicos, en el Wizink Center y en el Wanda Metropolitano la vacunación de la franja de edad de 50 a 55, mientras que en los hospitales públicos sigue la inoculación de Pfizer y Moderna a la población de entre 56 y 59 que empezó hace unos días.
Juan Carlos, de 51 años, es uno de los que recibió el jueves con sorpresa la cita para este lunes, ya que pensaba que no le tocaría su dosis hasta junio o julio, y ha agradecido tener puesta ya la vacuna. «Te quedas un poco más tranquilo», y más estos días, cuando ya está empezando a planear las vacaciones.
También con 51 años Luisa recibió con sorpresa el viernes su cita, con la que no contaba teniendo en cuenta que su madre, de 77, acaba de recibir la segunda dosis hace nada.
«Estoy feliz, muy contenta», ha asegurado, porque confía en que cuando haya mucha población inmunizada se pueda volver a «respirar» y dejar esta etapa de «distancia social» y de «comportamiento» tan «diferente» con el resto de personas.
Fernando, también de 51 años, ha exhibido contento su certificado de vacunación, que espera que pronto tengan «todos», porque es «el primer paso» para conseguir «la normalidad que tanto añoramos».
Para David, de 50 años, la dosis que ha recibido hoy le aporta un poco más de tranquilidad, después de haber pasado 28 días ingresado con covid.
«Es horrible, una sensación muy mala, no se lo deseo a nadie. Yo he tenido la suerte de que he quedado bien», afirma, pero ha coincidido en que es necesario que se vacune todo el mundo para «que todo vuelve a la normalidad».
Sin embargo para Jesús, de 50 años, ponerse la vacuna no supone más que «pasar el trámite» y cree que después de recibir su dosis no va a cambiar «nada» en su vida. «Entiendo que hay que hacerlo y ya está», ha aseverado.
Para Pilar, de 51, más que alegría la dosis de Pfizer ha supuesto «alivio», aunque haya que seguir guardando precauciones, porque cree que las vacunas van a cambiar la situación «a todos, no solo a mí».
Vanesa Guillén, responsable del operativo de vacunación del hospital Severo Ochoa, ha celebrado la rapidez con la que se está desarrollando el proceso de inoculación de las dosis, y ha señalado que en general la gente acude «muy emocionada» y «deseando vacunarse». «No comprendo que haya gente que no venga», ha apostillado.
Generalmente quienes acuden a las citas quieren saber sobre todo qué vacuna van a recibir y qué efectos secundarios pueden tener, según explican Vanesa Guillén y Sebastián, enfermero que ya ha perdido la cuenta de cuántas dosis ha administrado esta mañana junto a sus compañeros, «casi 400 de los más de 700 que hay citados para hoy».
«Vienen nerviosos, algunos agitados, preocupados por los síntomas, pero se ven animados, hay gente emocionada que agradece ser vacunada», ha explicado.
Fuente: © EFE 2021