Galicia prepara en París la candidatura de la Ribeira Sacra para la lista de la Unesco

El consejero de Cultura de la Xunta de Galicia, José López Campos, atiende a la prensa después de la reunión que ha mantenido este viernes en París con la directora general de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez y con el embajador de España en la UNESCO, Miquel Iceta. EFE/ Andre Pain

París, 20 sep (EFE).- El consejero gallego de Cultura, José López Campos, preparó este viernes en París la candidatura de la Ribeira Sacra para la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, que se formalizará en febrero con vistas a que pueda ser reconocida en 2026.

El embajador de España en la UNESCO, Miquel Iceta, atiende a la prensa después de reunirse este viernes en París con el consejero de Cultura de la Xunta de Galicia, José López Campos (d). EFE/ Andre Pain

En una reunión con el embajador español ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Miquel Iceta, López Campos le explicó «de primera mano» el proyecto y en particular «toda la fuerza, todo el empuje que tenemos desde Galicia, donde «es una candidatura muy deseada».

El consejero de Cultura de la Xunta de Galicia, José López Campos (d), este viernes en París con la directora general de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez (i), y con el embajador de España en la UNESCO, Miquel Iceta. EFE/ Andre Pain

En declaraciones a la prensa al término del encuentro, el consejero insistió en que se trata de que sea consciente «de todo el trabajo, de toda la implicación a nivel social en Galicia» y en el resto de España, ya que cuentan con el apoyo de las 17 comunidades autónomas.

El responsable de Cultura de la Xunta, que agradeció al embajador «la generosidad, la amabilidad y la inteligencia» del embajador, contó que con esta visita querían anticiparle la documentación que van a presentar a finales de mes al Ministerio de Cultura.

La representación española ante la Unesco transmitirá esa documentación para un primer filtro administrativo, pero el primer paso oficial en realidad será el 1 de febrero con la oficialización de la candidatura.

Como explicó Iceta, a partir de ahí, los expertos de la Unesco y las organizaciones que colaboran con ella desde el punto de vista patrimonial evaluarán la candidatura y proponen su inscripción al Comité del Patrimonio Mundial».

«Es un proceso que, si todo va bien, tiene que culminar en 2026, pero que conviene empezar con tiempo y habiendo trabajado las cosas muy bien», subrayó Iceta, que por su parte quiso reconocer «el trabajo magnífico» de la Xunta.

Preguntado sobre a quiénes hay que convencer para que el proceso culmine, el embajador precisó que hay que hacerlo con cada uno de los 20 países que son los miembros del Comité del Patrimonio, algunos de los cuales van a cambiar antes de la decisión final, y antes de eso a los expertos y especialistas encargados de la evaluación de la candidatura.

Sobre las posibilidades de que esa inscripción se logre para 2026, Iceta dijo que «es probable» pero también señaló una dificultad: España tiene ya una cincuentena de sitios en la lista del Patrimonio Mundial, con lo que es el cuarto o quinto país con más número de los 194 miembros de la Unesco que está «intentando equilibrar un poco».

En cualquier caso, repitió que «si se funciona al ritmo que en los últimos años se está viendo, desde luego 2026 es una fecha razonable, y por lo tanto nuestra obligación es trabajar para hacerla realidad».

La Ribeira Sacra engloba 26 municipios del sur de la provincia de Lugo y del norte de la de Ourense con un elemento fundador, que son los valles del Miño, Sil, Cabe y Bibei.

En palabras del consejero «es un lugar único» y el elemento central de la candidatura son los aprovechamientos del uso del agua durante siglos, con la construcción de monasterios, la transformación del terreno con terrazas en las que se lleva mucho tiempo cultivando la vida y otras transformaciones del paisaje por el hombre.

La directora general del Patrimonio de la Xunta, María del Carmen Martínez, hizo notar que su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial supondría «en primer lugar un reconocimiento, y a partir de ese reconocimiento, unas obligaciones».

«Tenemos -recordó Martínez- un paisaje totalmente protegido con una declaración de bien de interés cultural. Ése es uno de los requisitos prioritarios para poder ser Patrimonio Mundial y eso nos garantiza que ese paisaje se conservará, se protegerá».

Para ella, el primer beneficio de entrar en la lista de la Unesco sería precisamente ése, «su preservación para el futuro».

  • loranca