Logroño, 4 dic (EFE).- El entrenador del Girona, Míchel Sánchez, ha reconocido que la eliminación de su equipo ante la Unión Deportiva Logroñés en la Copa «es un golpe duro”, aunque ha admitido que su equipo no fue superior a su rival, que es de Segunda RFEF «pero en el campo no se ha visto la diferencia de categoría».
Además, el técnico catalán ha considerado «raro» que el colegiado no diera como bueno uno de los penaltis de la tanda, lanzado por Stuani, que rebotó en el larguero «y para mí el bote ha sido dentro de la portería es lo que se ve en la televisión», aunque en esta competición no hay tecnología de gol. «aunque sea fútbol profesional», ha criticado.
En cualquier caso se ha centrado en que «no hemos logrado demostrar superioridad» ante un rival «que ha hecho un gran partido».
«No hemos estado finos y ellos han estado muy bien y han sabido defender bien», ha dicho y ha pedido a sus jugadores que hagan «un examen de conciencia” aunque, a preguntas de los periodistas, ha negado que su plantilla no haya tenido actitud en el partido.
Además tampoco le ha dado importancia al hecho de dar presencia a jugadores poco habituales en el equipo «porque no tengo ni titulares ni suplentes, tengo un equipo».
Por último, Míchel ha asegurado que el Girona “tenía muchas ilusiones puestas en la Copa del Rey” por lo que ha lamentado la eliminación y ha aceptado “todas las críticas que puedan venir”.