Berlín, 10 dic (EFE).- Participar en la corrección del rumbo político y económico en Alemania centra la campaña del partido liberal (FDP), cuya salida de la coalición gubernamental con la destitución de su líder, el ya extitular de Finanzas, Christian Lindner, y la renuncia de dos de sus tres ministros, precipitó el final del Ejecutivo tripartito del canciller Olaf Scholz.
«Todo se puede cambiar. También podemos dar un giro a nuestra situación económica», dijo Lindner durante la presentación de la campaña electoral a falta de 75 días de los comicios del 23 de febrero, cuya fecha, todavía no oficial, se comunicará una vez el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, se someta y pierda, como está previsto, la moción de confianza del próximo lunes.
El líder liberal afirmó que Alemania cuenta con «todos los requisitos para un giro económico» como país fuerte, con muchas mentes inteligentes y manos trabajadoras, experiencia y capital.
«Todo se puede cambiar», volvió a decir Lindner en una alusión al lema de la campaña, que alude al papel que desempeña el Estado, del que los ciudadanos se sienten «tratados con condescendencia y sermoneados», así como a cuestiones sociopolíticas que contribuyen actualmente a la polarización.
Lindner afirmó que los liberales se ven como «la fuerza política del cambio» y aludió a la credibilidad y seriedad de su partido, demostrada por convicción y en interés del país con la renuncia a participar en el Gobierno alemán.
«Todo puede cambiar, pero sólo con el Gobierno y la coalición adecuados», añadió.
Lindner advirtió en contra tanto de una «gran coalición» de socialdemócratas y conservadores como de una alianza de conservadores y verdes en el Ejecutivo al no aportar esas opciones «ningún impulso de renovación» y afirmó que «sin los demócratas liberales no hay posibilidad de cambio».
El líder de los liberales subrayó el objetivo de participar en la formación de una mayoría gubernamental con un FDP fortalecido «que dé al país el giro que necesita».
Por su parte, el secretario general de los liberales y exministro de Justicia, Marco Buschmann, presentó en cinco carteles y cinco lemas las prioridades en esta campaña.
Contra la deuda y la injerencia del Estado
Con el lema «Darlo todo. También por tu puesto de trabajo», Buschmann subrayó la importancia de garantizar puestos de trabajo como la mejor política social, mientras que el eslogan «Trivializar ni es un logro económico» apunta a dejar de ignorar los problemas existentes en materia económica y trabajar en sus soluciones.
Los liberales aluden con «Deudas: los hijos se hacen responsables por sus padres» a la necesidad de respetar el freno de la deuda y a la injusticia generacional que supone heredar las consecuencias de un endeudamiento desmesurado, indicó.
En Alemania se entiende por «freno de la deuda» la disposición de la Ley Fundamental que limita el endeudamiento público del Gobierno al 0,35 % del PIB.
Los liberales abordan el tema de la inmigración regulada con la divisa «Migración: también la buena voluntad debe poner límites», y consideran negativa la injerencia del Estado en los asuntos privados de los ciudadanos al afirmar en su campaña que «Papá Estado no es tu tutor legal».
Los más recientes sondeos conceden a los liberales de Lindner entre un 3 % y un 4,5 % en intención de voto, por debajo del mínimo necesario del 5 % para acceder a la Cámara Baja del Parlamento o Bundestag, lejos del 11,5 % obtenido en los pasado comicios de septiembre de 2021.