Beirut, 13 ene (EFE).- El presidente del Líbano, Joseph Aoun, inició este lunes una ronda de consultas parlamentarias con los diferentes bloques políticos para designar a un nuevo primer ministro, en medio de una aparente falta de consenso sobre una figura clara que pueda formar Gobierno.
Aoun, elegido la semana pasada por la Cámara tras más de dos años de vacío en la jefatura de Estado, comenzó a recibir diputados y delegaciones a primera hora de la mañana, y los encuentros continuarán hasta pasadas las 17.00 hora local (15.00 GMT) en el Palacio Presidencial, a las afueras de Beirut.
Los primeros parlamentarios convocados expresaron su apoyo al actual primer ministro, Najib Mikati, o al presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Nawaf Salam, después de que el candidato opuesto al grupo chií libanés Hizbulá Fouad Makhzoumi anunciara su retirada en las últimas horas.
Sin embargo, el número dos del Legislativo libanés, Elias Bou Saab, alertó de una falta de consenso entre los bloques de cara a la elección de un nuevo jefe de Gobierno para el país en sustitución de Mikati, que lleva en funciones desde las elecciones parlamentarias de 2022.
«Lo que estamos viendo en lo que se refiere a la jefatura del Gobierno y a las candidaturas es que el ambiente es diferente al que vimos con la elección del presidente. Esperábamos (…) el mismo entendimiento y comprensión, y que no sea un tema de divergencia como parece hasta este momento», dijo Bou Saab.
En un discurso tras abrir la ronda de consultas con Aoun en el Palacio Presidencial, el vicepresidente del Parlamento advirtió de que si vuelve a haber «diferencias verticales» en la elección de un nuevo primer ministro, comenzará una «crisis» y habrá problemas para completar la renovación institucional.
«Esperemos que hoy al final del día esas ideas cristalicen para todos y lleguemos a un entendimiento sobre un mandatario reformista, un mandatario capaz de asegurar la formación de un Gobierno que responda al discurso de juramento (de Aoun)», zanjó durante su intervención.
Él mismo se abstuvo de apoyar a ningún postulando durante su turno en la ronda de contactos, pues considera que ninguno de los nombres que están sobre la mesa han expresa una postura clara sobre temas clave como la reforma financiera para atajar la crisis económica o la devolución del dinero de los ahorradores, atrapado en un «corralito» bancario desde 2019.
El dirigente designado estará a su vez encargado de formar Gobierno, algo que en el pasado se ha demorado durante meses e incluso ha llevado a la dimisión de varios primeros ministros en esa primera etapa por verse incapaces de encontrar un reparto de carteras que contente a todos los partidos políticos.
El puesto de primer ministro se reserva para un musulmán suní, del mismo modo que el de jefe de Estado debe otorgarse a un cristiano y el del jefe de la Cámara de diputados, a un musulmán chií.