Las lluvias «normales» de otoño e invierno suponen un importante beneficio para Doñana

Imagen de archivo de una vista de las marismas junto a la aldea de El Rocío en el Parque Nacional de Doñana. EFE/ Raúl Caro

Sevilla, 31 ene (EFE).- Las lluvias caídas en Doñana durante el otoño y el invierno, que están en la media normal, están produciendo efectos «muy positivos» para el espacio natural, ya que están posibilitando que la dinámica de la vegetación cambie, que entre agua en la marisma y que haya una infiltración del suelo.

Así lo ha manifestado este viernes Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), a preguntas de los periodistas durante la presentación del informe científico de seguimiento de Doñana 2024 realizado por este organismo.

«Esas lluvias el efecto que tienen es muy positivo, permite que la dinámica de la vegetación cambie, deje de haber esa mortalidad tan intensa y empiece a recuperarse», ha apuntado.

«Permite que entre agua, como está entrando ahora mismo en cantidad importante en la marisma, que es fundamental para que la situación del espacio cambie en el medio plazo y que haya infiltración en el suelo, con lo cual si somos capaces de reducir la demanda de agua se podrá producir una recuperación del acuífero también a medio plazo», ha añadido.

Por lo tanto, ha considerado que «la situación es muy positiva», aunque ha apuntado que la precipitación que han observado hasta la fecha «más o menos está en la media». «Está siendo un otoño y un invierno normal, lo cual es positivo teniendo en cuenta de donde venimos».

Según Revilla, «una cosa positiva es que los sistemas acuáticos son muy resilientes, tienen una capacidad de recuperación muy importante y eso es una ventaja» con la que hay que jugar «a la hora de intentar recuperar el estado de Doñana como humedal en los dos grandes sistemas, por un lado las lagunas temporales y por otro en la marisma».

Por ejemplo, ha indicado que si continúa esta tendencia y se lograr mantener el sistema de Doñana, que «es un sistema grande y complejo, mediterráneo y sometido a una enorme variabilidad ambiental entre años y entre décadas incluso, no solo espacial», confía en que este espacio natural pueda recuperar la presencia de aves acuáticas, en declive en los últimos años.

Y ello porque las aves acuáticas «tienen esa capacidad de localizar los mejores lugares disponibles por un lado como refugio durante la invernada o durante la migración o como áreas de reproducción» y porque «las zonas húmedas están en regresión de manera genérica, no solamente Doñana o en España, sino en toda la cuenca del Mediterráneo y también en África y en Europa».

«Es un problema generalizado y, por tanto, aunque la situación sea mala, Doñana aumenta también su valor, por el hecho del problema que tienen de conservación otros sistemas acuáticos en la Cuenca Mediterránea».

  El Acuerdo por Doñana, fundamental

Revilla también se ha referido al Acuerdo por Doñana alcanzando entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía en noviembre de 2023, asegurando que es «fundamental», ya que «sin ese acuerdo, compromiso y voluntad que están mostrando a nivel político el siguiente paso, el siguiente nivel, que es el de gestión, el de aplicación de esas políticas que se han diseñado no iría a ningún sitio»

«Yo como científico -ha agregado- me tengo que manifestar como optimista con respecto a cómo estábamos, sin ninguna duda; la situación es mala, lo era también antes de ese acuerdo, pero sin él sería todavía peor».

Según ha dicho, «se está trabajando y a todo el mundo le gustaría que fuese más rápida la aplicación de esas políticas, también a la gente que está aplicando esas medidas de gestión, pero la realidad es compleja y requiere de un trabajo intenso a medio y largo plazo».