Madrid, 15 oct (EFE).- El español Alfredo García-Heredia concluyó el Abierto de España en decimocuarta posición al completar la última jornada con una tarjeta de 69 golpes ( bajo par) y un acumulado de 270 (-14) que le permitieron ser el segundo español del torneo tras Jon Rahm.
García-Heredia, asturiano, de 41 años y 536 del mundo, parece vivir un idilio con este torneo y con el Club de Campo Villa de Madrid, pues ya el año pasado terminó en sexta posición y, de no ser por una mala tercera vuelta, podría haber metido en problemas a Jon Rahm.
Este año, en los tres primeros días de competición, el gijonés rindió a un gran nivel y afrontó la cuarta y última jornada con opciones de triunfo a solo cuatro golpes del líder, el francés Matthieu Pavón, que se acabó proclamando campeón.
«No sé por qué juego bien siempre aquí, será porque en estas fechas suelo trabajar más el swing con mi entrenador, pero la verdad es que estoy a gusto en Madrid. Si hiciera una última vuelta como la de 2022 puede que me diera para ganar porque tengo margen de mejora», dijo el golfista asturiano antes de tomar la salida el último día.
Esa vuelta tan buena de 2022, en la que realizó 64 golpes (7 bajo par), no la pudo repetir este año. Realizó 69 golpes (-2) con cuatro birdies y dos bogey.
El golfista gijonés, el más regular de todos los españoles en competición, fue de menos a más en el torneo, incluso pese al contratiempo sufrido en la segunda jornada, cuando se hizo un corte en una mano al salir de un baño tras jugar el tercer hoyo.
«Estoy totalmente recuperado, queda únicamente la cicatriz y por suerte pude seguir jugando porque el dolor no me impidió seguir y ha ido a menos cada día», dijo tras concluir la tercera jornada.
García Heredia es un jugador de perfil bajo. Sus pasiones son la lectura y la pesca, dos actividades con las que desconecta del golf, un deporte que cuando no juega no sigue. De hecho, ha reconocido que no vio ni tan siquiera por televisión la última Ryder Cup.