Segovia, 15 ene (EFE).- Con -12,4 grados a las siete y media de la mañana, Cuéllar, en Segovia, ha anotado este miércoles por tercer día consecutivo la mínima de España, a lo que el alcalde de este municipio de 9.500 vecinos, Carlos Fraile, no da especial trascendencia: «Los inviernos en Cuéllar son así, y estamos más que acostumbrados».
En declaraciones a EFE, el regidor ha incidido este miércoles en la normalidad con la que el municipio afronta estas condiciones extremas.
«Al año, alcanzamos hasta 60 jornadas de temperaturas bajo cero. Es cierto que aquí en invierno las heladas son manifiestas y estamos más que acostumbrados a ellas, especialmente en la zona que llamamos de La Vega», donde se sitúa la estación meteorológica que marca la temperatura para la Aemet, ha analizado.
El alcalde ha recordado otras jornadas especialmente frías, como la semana tras la borrasca Filomena, en enero del 2021, cuando se alcanzaron temperaturas de 15 y 16 grados bajo cero.
«Así que estas jornadas están siendo especialmente frías, pero no son algo nuevo para nosotros», ha recalcado Fraile, quien ha destacado la respuesta municipal al impacto del frío, con los operarios pendientes de echar sal para deshacer el hielo en los lugares más relevantes de la villa, como centros de salud, colegios o institutos.
El alcalde también se refirió a la diferencia entre heladas secas y aquellas que se producen con niebla.
«Con este tipo de heladas, que son más secas, en cuanto sube el sol y llega el mediodía, en las zonas en las que da el sol no se está tan mal. Cosa distinta son las heladas cuando al mismo tiempo hay niebla, esas heladas engelantes o cencelladas que ciertamente nos dan más problemas», sobre todo en el apartado de la vialidad, ha trasladado.
Los vecinos del municipio están acostumbrados al frío invernal, y Fraile ha destacado su precaución ante las heladas,»porque la mayoría sabe vaciar y quitar la presión en las tuberías o protegerlas para que no se congelen».
Ha recordado además jornadas peores este mismo año, «ya que los primeros días de 2025 fueron más duros por la sensación térmica y la niebla persistente, que nos llegó a tener diez días sin ver el sol».
