València, 3 nov (EFE).- La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 en funciones, Ione Belarra, ha reclamado que la lucha contra la pobreza infantil sea una «prioridad política» de todos los países de la Unión Europea, y ha agradecido que 24 países hayan firmado ya la declaración impulsada por España en esa dirección.
Belarra se ha pronunciado así durante su intervención, este viernes en València, en la Reunión de Coordinadores de la Garantía Infantil, organizada en el marco de la Presidencia española del Consejo de la UE, donde ha reivindicado que no haya «ni una generación más» de niños y niñas cuya preocupación no sea otra que jugar o hacer los deberes.
Ha destacado de esa declaración impulsada por España la mención especial a identificar los grupos vulnerables que se enfrentan a mayores dificultades, como los miles de niños que viven en los centros del sistema de protección, que, según ha dicho, no deben tener menos oportunidades que el resto.
«Debemos romper los círculos de la pobreza y de la exclusión desde la raíz», ha destacado la ministra, quien ha señalado que también se ha puesto el foco en el fortalecimiento y desarrollo de sistemas integrados de protección infantil que pongan a la niña o al niño en el centro y fomenten su participación en lo que les concierne.
Belarra ha manifestado que el cumplimiento de los derechos de la infancia es un debate de futuro, pero sobre todo de presente, porque no hay que esperar a que esos niños y adolescentes se conviertan en personas adultas para actuar: «Tenemos que hacer algo ya, porque sus derechos tienen que estar garantizados hoy».
La ministra ha destacado que en los últimos años se está viviendo un encadenamiento de crisis que se lo ha puesto «difícil a los derechos de la infancia», y ha considerado que los gobiernos europeos han hecho importantes esfuerzos, pero no siempre han protegido suficientemente a la infancia y la adolescencia.
Así, ha explicado que en la actualidad uno de cada cuatro niños y adolescentes en la UE está en riesgo de pobreza y exclusión social, una cifras que «no son aceptables», porque no se puede «naturalizar» que haya menores que se queden atrás, ya que crecer en la pobreza repercute en la salud, el desarrollo o el rendimiento escolar.
Por ello, ha pedido redoblar el compromiso contra la pobreza, la consecuencia «más brutal de la desigualdad», y ha asegurado que aspiran a erradicarla.
La desigualdad «es una decisión política, no es un fenómeno meteorológico, ni siquiera una situación inevitable», ha defendido Belarra, por lo que hay que promover y contribuir a impulsar en los estados miembros planes «ambiciosos» para luchar contra la pobreza infantil. E