Siguiendo con nuestro especial entrevistas en torno al Día Internacional de la Mujer, nos reunimos con Candela Luque, Presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Sevilla (AJE Sevilla).
Buenos días, Candela. Antes de nada, ¿cómo estás viviendo a nivel personal este periodo excepcional causado por el covid-19 y los sucesivos estados de alarma?
Justamente el 9 de abril, cuando fue todo el pico de la pandemia, ahí estaba yo dando a luz. Estuve en el hospital dando a luz y después a casa al confinamiento. No hay mal que por bien no venga, el nivel de trabajo se relajó. En marzo/abril ya solíamos tener todo el verano ocupado. En estos meses es cuando más reservas suelen entrar, pero claro en ese momento… Pude estar desconectada de todo y disfrutar de mi niña.
Además de tu cargo como Presidenta en AJE Sevilla, eres CEO del Complejo Turístico Rural Molino la Flor y fundadora del Glamping Villa Sandía, un concepto que mezcla camping con glamour. ¿Hasta qué punto te han afectado como empresarias las restricciones impuestas por el covid-19?
Me ha tocado, pero dentro de lo malo no me puedo quejar. El año pasado, cuando se abrieron las restricciones, tuvimos una cantidad de reservas impresionante. Lo normal es que lleguen progresivamente para verano, pero hubo momentos en los que tenía hasta 40 reservas en el día. Ni siquiera capaz de gestionarlas todas a la vez.
Donde más nos ha afectado es en el tema de la movilidad. Siempre hemos sido un negocio muy local: venía gente de Málaga, de Cádiz, de Sevilla… Pero Villa Sandía, que tiene nada más que dos añitos de vida, la habíamos abierto al público de Madrid, porque precisamente hay un tren directo a Jimera de Libar. Esto se ha visto totalmente restringido, y estamos moviéndonos otra vez en el mismo círculo cuando la idea era expandirnos.
«Si tienes el poder, las ganas y la pasión, seas hombre o seas mujer, tienes cabida en ser empresario»
Ahora en Semana Santa la verdad es que tengo casi todo reservado. El problema está en lo que nos dejen. Nos ha alquilado principalmente gente de Málaga. Vienen sobre todo por Los Molinos y porque para grupos tenemos dos casas rurales que son de 15-20 plazas. Esas son las que más miedo nos dan por el tema de las reuniones.
En el tema de las reuniones de grupos, no tiene sentido que te puedas reunir en una manifestación o en tu propia casa mientras que en un establecimiento, que da de comer a muchas personas, no puedes hacer lo mismo. Son incongruencias que no tienen ningún sentido y, al final, perjudican totalmente a la economía.
El pasado 9 de octubre fuiste elegida como Presidenta de AJE Sevilla, siendo la primera mujer en el cargo tras siete años. ¿Qué sensaciones tienes en este nuevo puesto? ¿Qué retos te has propuesto para los próximos cuatro años?
Cuando fue la pandemia, me planteé mucho si estar en la presidencia. Yo he estado muy de la mano de Javier Pineda, el anterior presidente. Estuve en su ejecutiva dos años. Éramos —y somos— uña y carne. Él estaba viendo su final en la asociación, porque al ser “Jóvenes Empresarios” tenemos fecha de caducidad —a los 41 años—, y me lo sugirió: “Cande, veo que debes ser el relevo que AJE necesita. Mujer, joven, emprendedora…”. Antes de la pandemia estaba súper convencida de que sí y, cuando pasó lo del covid-19, ya no tanto.
No quería dejar la asociación porque fui la única candidatura. Estábamos todo el equipo muy unido y muy contentos con los avances que estábamos logrando. Todo el mundo tenía la idea de que me iba a presentar así que fue coser y cantar. Soy una persona con muchas inquietudes, un rabillo loco, y no pude decir que no.
«El asociacionismo no es que te tenga que traer clientela, es que te abre las puertas necesarias para que un día, cuando menos te lo esperes, suene la campana»
De cara al futuro, tenemos el gran reto de darle visibilidad a la asociación y llegar a los jóvenes empresarios y empresarias. En la asociación teníamos muchas empresas de toda la vida: abogacías, consultorías… Y queremos atraer también a otros sectores más innovadores como los de tecnología. De hecho, en los Premios AJE Sevilla 2020 las empresas ganadoras fueron Wet Edugames, por una web para enseñanza en colegios súper innovadora, y Grupo Mezzana-Express Vip Pizzas, que también la lleva una mujer y tiene setenta y tantos trabajadores en su cadena de pizzerías. Las dos son mujeres pero nosotros no premiamos por género. En esta ocasión ha sido así, pero premiamos la igualdad de oportunidades y la excelencia. Si tienes el poder, las ganas y la pasión, seas hombre o seas mujer, tienes cabida en ser empresario.
Es verdad que hace cerca de 15 años que no había una presidencia femenina en AJE Sevilla, y ya era hora de quitar ese estereotipo. De las AJE que hay en Andalucía soy la única presidenta y pienso que ese lado femenino puede aportar mucho. Para mí, tanto hombres como mujeres somos exactamente iguales.
Recientemente, en AJE Sevilla habéis creado una Comisión de Igualdad, presidida por Aida Escudero. ¿Cómo se va a trabajar con las mujeres empresarias desde la asociación?
Aida está súper motivada y está proponiendo constantemente iniciativas. Por ejemplo, todos los meses honramos en nuestras redes sociales a una mujer de la historia que haya hecho algo importante. Tenemos también otras muchas iniciativas como un Concurso de Relatos Cortos que hicimos en plena pandemia, donde las mujeres enviaron sus relatos y después editamos un libro con las ganadoras.
«Si las mujeres deciden dedicarse a su familia en vez de ser empresarias también es algo totalmente legítimo»
También hacemos mesas redondas de mujeres empresarias. Al final, por H o por B, las mujeres somos las que menos participamos en este tipo de encuentros y hay que fomentarlo. Si te organizas, se puede hacer de todo.
¿Qué visión tienes del asociacionismo empresarial? ¿Por qué consideras tan importante en este momento la unión y colaboración entre empresarios?
Creo que el mejor ejemplo es explicar por qué me asocié. Tenía un negocio de turismo rural que es de relevo generacional y quería montar Villa Sandía, mi propio negocio, y no me dejaban. Era tal la problemática: todo tipo de permisos, burocracia, búsqueda de financiaciones… De hecho, al final tardé casi cinco años en montar Villa Sandía. Así que, ¿qué es lo que hice? Pedir ayuda. ¿Dónde? Pues en una asociación de jóvenes empresarios. ¿Qué es lo que hicieron? Me propusieron, entre otras cosas, presentarme a unos premios en 2017 y, además, tuve el honor de ganarlos. También me abrieron muchísimas puertas… El asociacionismo no es que te tenga que traer clientela, es que te abre las puertas necesarias para que un día, cuando menos te lo esperes, suene la campana.
«No puede ser que a nivel estatal se esté presionando constantemente, aunque a nivel local, de Diputación o de la Junta de Andalucía, estén dando pequeñas pinceladas de ayuda»
El principal valor añadido de AJE Sevilla es la red de contactos que tenemos y la fuerza que da la asociación después de 30 años. Sin ir más lejos, en Andalucía hicimos la Ley del Emprendimiento. Somos un lobby para presionar al Estado, a nivel regional y local, y para hacer fuerza juntos y reivindicar nuestros intereses.
Sin duda, las empresas de Sevilla han empezado un año complicado y están afrontando una difícil situación. ¿Cuál es el estado actual de las empresas de AJE? ¿Qué te transmiten los asociados y asociadas?
Sus inquietudes, lamentablemente, son todas relacionadas con el covid-19. Ha habido muchas bajas, sobre todo en el sector de la hostelería, y me ha dado una pena enorme. Les estamos ofreciendo facilidades de pago a la hora de las cuotas o, incluso, que el siguiente parte lo paguen en otro momento, cuando puedan. Somos una asociación sin ánimo de lucro, pero con las aportaciones de los socios es como podemos crecer y hacer más eventos. Lo que nos demandan es, sobre todo, presión. Ahora mismo, hacer presión con las entidades públicas para que no se les abandone. Eso es lo que más esperan: apoyo institucional y apoyo del asociacionismo empresarial.
«El principal valor añadido de AJE Sevilla es la red de contactos que tenemos y la fuerza que da la asociación después de 30 años»
Uno de los eventos más sonados con los que cerramos el 2020 fue la I Feria de la Joven Empresa Sevillana. Los asociados, al principio, estaban reticentes en invertir en algo semipresencial porque no sabían cuál iba a ser la repercusión. La llamamos “Feria de los Sentidos”. De esta forma, a cada uno de los sentidos le asignamos una experiencia: por ejemplo, en la vista participó la empresa Past View, que son de gafas virtuales en las que puedes ir haciendo un recorrido por Sevilla y viendo cómo era en el pasado. El olfato lo identificamos con la Semana Santa, con ese olor a incienso, ese aroma a azahar…
¿Qué pretendíamos con una feria así? Que no era puramente empresarial sino sensorial. Pues que sintieran que AJE estaba ahí, que la Administración estaba ahí… Que todo se puede y todos vamos a volver, que hay esperanza. Volverá la Semana Santa, volverá la Feria, volverán los negocios… y estaremos ahí con ellos.
Tanto el Ayuntamiento de Sevilla como la Diputación de Sevilla y la Junta de Andalucía han emprendido medidas de apoyo y ayuda a las empresas y autónomos. ¿Cómo las valoras? ¿Qué podríamos pedirles a estas administraciones para facilitar la recuperación económica del tejido empresarial?
No puede ser que a nivel estatal se esté presionando constantemente, aunque a nivel local, de Diputación o de la Junta de Andalucía, estén dando pequeñas pinceladas de ayuda. A un negocio como el mío, que lleva cinco meses cerrado, le han dado mil euros de ayuda. Tú verás qué hago con mil euros y cinco trabajadores de alta trabajando —porque no tengo a ninguno en ERTE y, al ser un campo, hay menor presión fiscal—. Que me ayuden en seguros sociales, a reducir las cargas… En vez de ayudas tan sumamente puntuales.
«Soy una persona tremendamente optimista y creo que siempre lo que viene es para bien»
Yo no pido ayudas directas de “damos tres mil euros”. Lo que pido es que si mis trabajadores están trabajando y yo generando puestos de trabajo, que me quiten seguros sociales o la cuota de autónomos. Estoy totalmente de acuerdo en que los que más tienen deben pagar más. Pero es que esto ya se paga y está gravado dos veces: uno, por el impuesto de sociedades o por el impuesto de la renta; y otro, por el de autónomos. Uno Seguridad Social y, el otro, Hacienda. Basta ya de presionar. Al final, lo que se están viendo son colas del paro cada vez más largas del. Tiene que haber ayudas directas para estas personas desempleadas, sí. Pero ¿no es más fácil generar puestos de trabajo? ¿Ayudar a las empresas para que no haya tanta cola del paro? Quizás así no tendrían que destinar tantas ayudas a estas personas.
Estamos en la semana del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, una fecha para conmemorar la lucha de las mujeres y reivindicar lo que nos queda por avanzar en materia de igualdad. ¿Cómo crees que está la situación de las mujeres entre los jóvenes empresarios de Sevilla? ¿Has notado una evolución en los últimos años?
Concretamente en los empresarios de Sevilla, creo que se valora muchísimo a la mujer. Sin duda, la mujer ha sido muy maltratada en el pasado, pero ahora es nuestro momento. Pienso que la mujer empresaria está totalmente al mismo nivel, o más, que el empresario, ya que tienen más ayudas. Ahora es el momento de la historia en que la mujer está mejor.
En mi experiencia propia, yo no me he sentido discriminada en ningún momento de mi vida, afortunadamente. Habrá mujeres que sí; pero yo, precisamente, no. Yo nunca he tenido ese pensamiento de “soy menos porque soy mujer” o “aquí me van a tratar mal porque soy mujer”. Para nada.
«Es duro. No tengo maternidad como tal, no puedo coger los cuatro meses que se dan porque tengo que seguir trabajando. Pero, al final, con esfuerzo y sacrificio todo se consigue»
A los eventos van muchas mujeres sevillanas, pero no tantas como hombres, hay que decirlo. Esto está teniendo un relevo poco a poco y se conseguirá paridad. Aunque si las mujeres deciden dedicarse a su familia en vez de ser empresarias también es algo totalmente legítimo.
A nivel general del 8M, yo no estoy muy a favor de días concretos. Todos los días somos mujeres y hay que reivindicar día a día, con nuestro trabajo y con nuestro esfuerzo, lo que somos y lo que valemos. No hace falta que sea un día concreto para demostrar absolutamente nada.
Uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en su desarrollo profesional es la conciliación entre trabajo y vida familiar. En tu caso, ¿ha supuesto una complicación?
Afortunadamente, mi hija es muy buena y mis padres, como son jóvenes, me ayudan mucho en ese sentido. Pero es duro, más siendo autónoma y no teniendo un horario. El año pasado, como os comentaba, hacia mayo, era tal el número de reservas que entraban que me quedaba hasta las cuatro de la madrugada gestionando esas reservas. Es duro, no tengo maternidad como tal, no puedo coger los cuatro meses que se dan porque tengo que seguir trabajando. Pero bueno, al final con esfuerzo y sacrificio todo se consigue. Ahora ya tiene cerca de un año, es más grandecita, y se puede compatibilizar con todo. Como con todo, organización.
Últimamente estamos viviendo unos acontecimientos excepcionalmente difíciles: Filomena, la crisis social y económica o el coronavirus, del que ya se habla de una cuarta ola… Ya sabes cómo funciona lo de poner nombre a las tempestades. Si viniera otro fenómeno meteorológico arrollador, ¿cómo lo llamarías? El nombre puede ser cualquier cosa: una palabra, una frase, una emoción…
“La debacle”, de verdad. Ya más… creo que no se podría soportar. Todo tiene un límite. Soy una persona tremendamente optimista y creo que siempre lo que viene es para bien, pero llega un punto —llamado economía— en el que no todo el mundo tiene el mismo nivel de ahorros. Cuando se acaban tus ingresos y tus ahorros… se acabó. Hay gente que va más al día y gente que ha podido ser más previsora y pueden estar aguantando. Muchas empresas, desgraciadamente, han hecho una fuerte inversión justo antes de la pandemia y se han visto abocadas al cierre porque no tenían cómo pagar.
«Animo a las personas a que se esfuercen y que sigan trabajando. De todo se sale de una forma u otra, pero se sale»
Nos dijeron que cerráramos nuestro negocio y lo hemos hecho, hemos cerrado. Nos dieron limitaciones y las estamos cumpliendo. Nos dijeron que nos pusiéramos mascarilla y nos la estamos poniendo. Pero todo llega a un límite y está en que la sociedad no aguante más. Al final, tienes que elegir entre la economía o la salud, pero si no nos morimos de coronavirus nos vamos a morir de hambre. Yo prefiero morirme de una enfermedad que de no tener qué darle de comer a mis hijos.
Para finalizar, como sabes, nuestros periódicos son leídos diariamente en la Comunidad de Madrid, Ciudad Real y Sevilla. ¿Qué mensaje te gustaría lanzar a nuestros lectores y lectoras?
Un mensaje de ánimo y esperanza. De todo se sale y de todo se aprende. Habrá personas que, como he dicho, habrán cerrado sus negocios. Y habrá otras que se han reinventado y han salido adelante. A nadie se nos regala nada. Nadie dice: “qué suerte tiene esa persona que ha podido salir de la crisis, reinventar su negocio”. Eso no es suerte, es trabajo. Animo a las personas a que se esfuercen y que sigan trabajando. De todo se sale de una forma u otra, pero se sale.