
Pekín, 3 mar (EFE).- China desvelará el miércoles su presupuesto anual de Defensa, un gasto en el que no está dispuesta a hacer recortes pese a la propuesta del presidente de EE.UU., Donald Trump, de reducir a la mitad este capítulo.
La Asamblea Nacional Popular (ANP, legislativo), órgano que no tiene un poder fiscalizador y está sujeto al control del Partido Comunista (PCCh), anunciará esta cifra en su sesión inaugural del miércoles después de que en 2024 la partida creciera un 7,2 % hasta los 1,665 billones de yuanes (228.589 millones de dólares), mismo porcentaje que en 2023.
Pekín no cederá en este plano: la semana pasada ya adelantó que considera su gasto «completamente necesario» e instó a Washington a que sea 'Estados Unidos primero' quien dé el primer paso de recortar su arsenal nuclear y su dispendio militar.
«Nuestro limitado gasto en Defensa responde a la necesidad de defender nuestra soberanía nacional, seguridad e intereses del desarrollo», zanjó el portavoz de Exteriores Lin Jian, que señaló que las 'grandes potencias' tienen que «dar ejemplo», en respuesta a la propuesta de Trump de que quiere negociar con China y Rusia una reducción del gasto militar.
Por otra parte, algunas voces señalan que el presupuesto militar divulgado por las autoridades no refleja la verdadera escala del gasto real en Defensa del país, que en los últimos años ha financiado una amplia modernización de sus fuerzas armadas.
El año pasado, Pekín presentó oficialmente el J-35A, un caza furtivo de quinta generación que aspira a medirse de tú a tú con el F-35 estadounidense, anunció la construcción de un cuarto portaaviones, sin especificar si es de propulsión nuclear, y culminó las primeras pruebas en mar de su tercera embarcación de este tipo.
También sorprendió en 2024 con el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) a aguas del océano Pacífico levantando recelos sobre su opaco programa nuclear mientras algunos informes estiman que el gigante asiático cuenta con más de 600 cabezas nucleares y que podría superar el millar para 2030.
Taiwán y Asia-Pacífico, focos de tensión
En los últimos años, el presidente chino, Xi Jinping, ha enfatizado que el Ejército Popular de Liberación (EPL, Ejército chino) debe mejorar su preparación para el combate en un contexto de crecientes tensiones con Taiwán, isla gobernada de forma autónoma desde 1949 pero considerada por las autoridades de Pekín como una «provincia rebelde».
Las relaciones entre ambos lados del Estrecho se recrudecieron aún más el año pasado a raíz de la toma de posesión del actual presidente taiwanés, William Lai, considerado como un «independentista» y un «alborotador» por las autoridades chinas.
Xi ya adelantó en 2022 que China perseguirá con el «máximo esfuerzo» la «reunificación pacífica» con Taiwán y que Pekín nunca renunciará al uso de la fuerza para conseguir ese objetivo.
Así, China organizó dos maniobras militares a gran escala en las cercanías de la isla en 2024, a lo que hay que sumar las últimas y sorpresivas maniobras con fuego real que realizó la semana pasada, según denunció el Departamento taiwanés de Defensa.
A todo esto hay que sumar los constantes choques entre China y países como Filipinas en el mar de China Meridional -rico en recursos y clave para el comercio mundial- o los ejercicios para exhibir músculo que viene realizando en varios puntos del Pacífico, el último de ellos unas 340 millas náuticas (629 kilómetros) al sureste de Sídney, en aguas internacionales, provocando quejas de Camberra por no avisar de las maniobras con suficiente antelación.
Escándalos de corrupción
Xi también ha subrayado la necesidad de reforzar la disciplina después de investigaciones anticorrupción en el seno del EPL que resultaron en la purga de al menos nueve generales y varios ejecutivos de la industria de Defensa por supuestamente recibir sobornos.
El líder chino quiere garantizar que el EPL es «absolutamente leal, puro y confiable», pero según medios como Financial Times, los escándalos habrían mermado la confianza del líder chino en el estamento castrense, generando dudas sobre su capacidad de invadir Taiwán para el año 2027, un objetivo que, según cargos militares estadounidenses, habría trazado el mandatario.
El mismo diario publicó a finales de enero que China estaría construyendo un complejo militar 10 veces mayor que el Pentágono en el oeste de Pekín, donde, según fuentes de la inteligencia estadounidense, se situaría el centro de mando en tiempos de guerra.