Marina Estévez Torreblanca
Madrid, 8 nov (EFE).- Christian Gálvez dejó de creer en Dios cuando hizo un reportaje sobre pederastia y en sus propias capacidades tras la «catástrofe» del final de ‘Pasapalabra’, pero el amor de su mujer le ha ayudado a recuperar la fe y escribir «sin miedo» una novela sobre de Jesús, ha explicado a EFE.
‘Te he llamado por tu nombre’ (Suma, Penguin Random House) es una narración histórica situada en el Jerusalén del siglo I en la que el presentador televisivo y escritor reflexiona sobre el espíritu humano en busca de un propósito en medio de la adversidad.
El protagonista de la novela, publicada este jueves, es un personaje ficticio, Jacob, testigo del padecimiento de Jesús de Nazaret. Hijo del líder de los zelotes, llegará a jugar cuarenta años después un papel fundamental en la difusión del cristianismo, narración en la que Gálvez ha puesto parte de su propia historia personal.
«Mi propio propósito culmina cuando nace mi hijo (Luca, junto a la periodista Patricia Pardo) y empieza la vida que siempre quise tener. Ya todo me da igual, hasta el punto de que escribo sobre Jesús de Nazaret y sé que me pueden aplaudir y me pueden crucificar, nunca mejor dicho, pero es lo que quiero escribir», resume Gálvez sobre esta obra, su cuarta novela.
El pensamiento viene a colación por las críticas al ensayo ‘Leonardo da Vinci. Cara a cara’, tachado de intrusista y poco riguroso por algunos académicos, aunque le valió el premio al mejor trabajo periodístico de investigación científica de la Academia de Ciencias y Artes de la Televisión, y le llevó a comisariar exposiciones en España e Italia sobre el genio florentino.
«No es que quiera recuperar ese debate, pero ¿qué se hizo mal al hablar de Leonardo?», se pregunta. «Es como si ahora me dicen que tengo que hacer Teología para hablar de Jesús. Hablo de lo que me da la gana, siempre que sea con respeto y pertinente», zanja el presentador.
Ahora está al frente del concurso ‘¡Boom!’, que ayer volvió a emitirse en Telecinco («con muy buena audiencia, quizá la gente está hastiada de tanta información», reflexiona) tras una pausa por los especiales de la dana.
Antes, Gálvez presentó doce años ‘Pasapalabra’, hasta que la Justicia condenó a Mediaset a dejar de emitir el concurso en 2019 por una demanda de la productora británica propietaria del formato. Vinculado al grupo, Gálvez pasó el testigo a Roberto Leal cuando el programa se recuperó en Antena 3.
«Cuando llega una catástrofe a tu vida, como en mi caso pudo ser el fin de ‘Pasapalabra’ y de repente tarda en sonar el teléfono, te preguntas ‘¿pero yo sigo valiendo para esto o seré capaz de estar a la altura en un nuevo concurso?», confiesa el presentador nacido en Móstoles (Madrid) hace 44 años.
En una disyuntiva así, para Gálvez, que ya había perdido la fe en Dios «y hasta en el ser humano» al realizar en 2009 una investigación sobre turismo sexual y explotación infantil en Camboya, hay «un ejercicio de voluntariedad» en querer «volver a creer en el amor, en el trabajo, en tus propias aptitudes».
En su caso, recuperó las diferentes caras de la fe «gracias al amor y gracias a mi mujer», asegura. Junto a ella hizo un viaje a Jerusalén el año pasado que le supuso quedarse prendado de todo lo que allí converge, momento en el que decidió escribir sobre lo que le apetecía «sin miedo», insiste.
«Estoy escribiendo lo que quiero, con el rigor que debo -se apoya en fuentes históricas y en el trabajo de teólogos y lingüistas para la novela- y respetando al lector, tanto creyente como no creyente, porque es una novela que habla de la fe en todas sus vertientes», subraya.
Al igual que con Leonardo da Vinci, del que publicó novela y ensayo, Gálvez siente que ahora se ha «enamorado» de la figura de Jesús. «Me documento tan en exceso que siento que puedo contar más», remarca, y por eso ahora le ronda, por ejemplo, la idea de escribir sobre la sábana santa.
Además, adelanta que está desarrollando con su propia productora «un proyecto que tiene que ver con Jesús, que pueda servir para entretener con curiosidades y también para acercar temas históricos, de cultura y arte».
«Tengo tanto cariño en casa y tanto que hacer en mi propósito, que las guerras que inician otros y que yo ya he perdido, no las voy a librar. Ya he perdido muchas», asegura el presentador, que se propone ser padre, que es lo que más feliz le ha hecho en el mundo y «cuidar a mi hijo y mi familia, a las niñas de mi chica, a mi chica, mi núcleo familiar», concluye.