Ginebra, 15 dic (EFE).- El II Foro Global para los Refugiados finalizó hoy, después de tres días de reuniones, con la promesa de reasentar a un millón de desplazados antes de 2030 y con compromisos de hasta 2.200 millones de dólares (2.024 millones de euros) para asistir a los alrededor de 114 millones de personas en esa situación que hay en todo el mundo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, que intervino en la clausura mediante un viodeomensaje, agradeció a los países de acogida de estos desplazados, muchos de ellos economías en desarrollo, por su esfuerzo, pero aseguró que éste coste debe ser compartido por toda la humanidad, incluidas las naciones más ricas.
«La protección y la ayuda a los refugiados no debería ser una lotería y un desproporcionado gasto para unos pocos países y comunidades simplemente por su situación geográfica», señaló Guterres en referencia a países vecinos o cercanos a otros sacudidos por crisis o conflictos.
Esa protección «es una obligación que comparte toda la humanidad», reiteró el diplomático portugués, quien animó a la comunidad internacional a «igualar la generosidad de los países de acogida con una mayor solidaridad internacional», algo que ya se acordó en el Pacto Global para los Refugiados aprobado en la ONU hace cinco años.
Tres de los cinco coorganizadores del foro, Colombia, Jordania y Uganda, son ejemplos de países en desarrollo que asumen grandes esfuerzos financieros para acoger masas de refugiados (procedentes en sus casos respectivos de Venezuela, Siria y República Democrática del Congo, entre otras naciones).
El foro es el principal encuentro para ayudar a los refugiados a nivel global y comenzó a celebrarse en 2019, un año después de que la ONU aprobara el Pacto Global para ayudar a este colectivo.
En esta segunda edición se anunció la creación de un nuevo fondo global, con participación de gobiernos y organizaciones, para ayudar a que otros tres millones de refugiados puedan reasentarse a través de patrocinios de distintas comunidades, señaló un comunicado de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Participaron más de 4.200 personas de 168 países, incluyendo jefes de Estado, gobierno, ministros, jefes de organizaciones internacionales, representantes de la sociedad civil y personas que han sufrido o sufren el desplazamiento forzado.
«Los participantes han mostrado liderazgo, visión y creatividad a la hora de buscar soluciones para problemas complejos», destacó el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi.
«Por encima de todo, han expresado el compromiso de seguir trabajando juntos para mejorar las vidas de millones de personas en todo el planeta», agregó el jefe de ACNUR.
Los compromisos de más ayuda a los refugiados procedieron no sólo de gobiernos sino también del sector privado, incluyendo organizaciones benéficas.
Guterres destacó que la segunda edición del foro de refugiados ha llegado en un año de «intensa división política, conflictos y catástrofes climáticas» que han acelerado el drama de los desplazados hasta superar los 114 millones, entre ellos 36 millones que han cruzado las fronteras de sus respectivos países.
«Ha sido un año en el que cantidades nunca antes vistas de personas han sido expulsadas de sus hogares, huyendo de la violencia, la inseguridad y el peligro en Sahel, Afganistán, Siria, Yemen, República Democrática del Congo, Birmania, Somalia o Gaza, donde estamos siendo testigos de una devastación total», recordó.
Guterres insistió ante esta situación que hay que apoyar «no sólo a los refugiados sino a los países de acogida para aliviarles de su presión, y también se deben afrontar los problemas sistémicos que causan que tanta gente huya de sus hogares».
Entre esos problemas el secretario general mencionó el cambio climático como creciente factor de desplazamiento, las crisis económicas y «por encima de todo, la crisis de paz que nuestro mundo sufre hoy».
«Necesitamos construir mucha mayor voluntad política para poner fin a los conflictos y revertir la actual tendencia a la división, la destrucción y la denegación de los derechos humanos que lleva a tanta gente lejos de sus casas», resumió Guterres, quien fue alto comisionado de la ONU para los refugiados entre 2005 y 2015.