Elena S.Laso
Madrid, 7 nov (EFE).- Casi una década después del histórico Acuerdo de París, y con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, los ecologistas apuestan por una Cumbre del Clima con mayor liderazgo y ambición en la reducción de emisiones, sin dejar atrás una nueva «arquitectura financiera global» que aporte más fondos a la emergencia climática.
A pocos días del inicio de la conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP29) en Bakú (Azerbaiyán), las principales entidades españolas medioambientales Greenpeace, WWF, SEO BirdLife y Ecologistas en Acción hacen un llamamiento a la importancia de esta cumbre, y claman por reconocer el papel de la naturaleza -bien conservada y restaurada- como instrumento de ayuda para mitigar los impactos del cambio climático.
Para Eva Saldaña, directora de Greenpeace España, se necesita «mayor liderazgo, concreción y ambición» en todo lo relacionado con la reducción de emisiones de los países y urge un nuevo objetivo cuantificado colectivo (NCQG) que aumente de forma significativa la financiación pública mundial, para los países en desarrollo que incorpore el principio de quien contamina paga.
La COP29 representa una «oportunidad», señala Saldaña quien reclama una nueva arquitectura de la financiación global para que los planes de acción climática de los países a 2030/2035 incluyan la eliminación gradual de los combustibles fósiles en consonancia con el objetivo de París.
También aboga por garantizar políticas de compensación y mercados de carbono que protejan y restauren ecosistemas, y alerta de que «las raíces de la pérdida de diversidad y del cambio climático están centradas en un modelo socio económico devorador».
Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción, sostiene que esta COP debe garantizar una financiación justa y suficiente para enfrentar la emergencia climática: «Es necesario que el Norte global garantice unos fondos públicos, adecuados y suficientes a los países más vulnerables para enfrentar las consecuencias del cambio climático».
Cuantificar esos gastos es una «tarea imposible», afirma Andaluz quien incide en que los países del Norte global fueron incapaces de proveer cien mil millones de dólares en 2020 (comprometidos en 2010), por tanto ahora tienen que incrementar sustancialmente esa financiación.
Los últimos meses -continua Andaluz- se ha visto como esos países ponían excusas sobre la «incapacidad» de tomar medidas para el fondo, unas excusas que sólo ocultan su negación a cumplir con los principios de justicia climática cerrados en el Acuerdo de París.
En cuanto a la mitigación, otro tema clave en las negociaciones, el ecologista demanda que de esta cumbre salgan indicaciones claras para que los nuevos compromisos presentados por los países con vistas a Brasil (sede de la COP30) cumplan con las indicaciones científicas y con el mandato de dejar atrás los fósiles.
Desde Seo Bird Life, Asunción Ruíz se postula a favor de una acción urgente que priorice un mecanismo permanente de coordinación del trabajo en la COP: «Se deben cumplir los compromisos y la acción de las Partes entre el convenio del clima y el de la biodiversidad, y mejor aún, si incluye también el convenio de la desertificación».
Asimismo, pide reconocer explícitamente el «papel de la naturaleza» -bien conservada y restaurada- para la absorción del CO2 como instrumento de ayuda para mitigar los impactos del cambio climático.
En cuanto a los compromisos de financiación, Ruiz insta a incluir las necesidades de conservación y de restauración de los ecosistemas ricos en carbono, y en lo referido a la adaptación, incide en que los indicadores de progreso deben incluir aquellos referidos a la conservación de la biodiversidad, alineados con los indicadores bajo al Marco Global Kunming-Montreal para la Biodiversidad.
Mar Asunción, responsable del programa de Clima y Energía de WWF, coincide con el resto de ecologistas en que la COP29 debe mostrar el «progreso hacia la actualización de los planes climáticos presentados en París» y que ya entonces se vio que eran insuficientes para no superar el aumento de temperatura global por encima de 1,5 grados.
En este punto, apuesta por avanzar en el compromiso de cumbres anteriores de dejar atrás los combustibles fósiles mediante una transición justa y equitativa e incide en que esta COP29, denominada cumbre de la financiación, «debe establecer nuevos objetivos colectivos cuantificados financieros» a los países en desarrollo.
Hay que impulsar la creación de un grupo de trabajo sobre clima y naturaleza para implementar decisiones anteriores en la misma senda que el marco mundial de Biodiversidad, concluye la ecologista.